Dormía. La noche era primaveral y algo calurosa por la tormenta que se olía desde hacía dos días. La ventana de la habitación estaba cerrada. Me desperté sobresaltada pero no me moví, sentí una presencia, aunque más bien era como una atmósfera espesa, como si el espacio o el aire se hubieran paralizado. No me causó temor pero sí permanecí inmóvil y a la expectativa, como esperando algo. Sentía que iba a suceder algo. No me atrevía ni a cerrar los ojos y los cinco sentidos se me mantenían erizados. De momento me paralicé más si cabe, un soplo de aliento fino, fresco y suave, me pasó de un hombro al otro, atravesándome por encima del pecho y se esfumó.
Permanecí con los ojos abiertos mientras el soplo de aire se desplazaba.Tanto la sensación de cargada atmósfera como la del soplo de aliento siguen hasta hoy, tan frescas en mí, como la oscura noche en la que sucedió.
...historia real...
Más relatos nocturnos en neogeminis...
Alguna vez creí sentir igual y desde entonces ni recordarlo quiero aggggggg! Que miedo!!!.
ResponderEliminarBesos y vamos a por un café para despejar.
Son sensaciones que nunca se olvidan. Pero miedo no pasé, más bien sorpresa y alerta de precaución.
EliminarBesito. Te llega mail.
De quieta nada la noche, eso veo y leo. Corrientes de aire y presencias, un aliento en la nuca...cierto como la noche misma.
ResponderEliminarSe te da muy bien la narrativa Ben Plantà, hay sensaciones reales que ni un fantasma inventado podría igualarlas.
Me fijé en un desconchado de la pared (necesito repintar la casa), pues en la penumbra cobró vida ese rostro, lo juro.
Que tengas buenas noches, bon día amiga, cafetó i galetetes.
Pues ya te veo yo en Quinto Milenio, "El misterio de las caras de Andorra"... y procesiones enteras de gente hasta tu casa para ver, velas encendidas en tu portal...
EliminarPon una cesta en la puerta para "la voluntad"...
Besito, templà!
Jejeje, siendo QUINTO mi hijo, será en Roma, y poco misterio tiene Andorra, alguna bruja del lago, alguna Dama Blanca, para ir tirando, en Galicia es mejor, lobishomes, compañas, haberlas haylas.
EliminarPetooooooooooooo con eco.
Haylas, haylas... la sugestión es mucha y la cogorza con las queimadas de monte la propician, jajaja!
EliminarBesitooooooooooooo respuesta del eco.
Magníficamente narrado. La plasticidad de nuestro cerebro es increíble, estas cositas pueden ocurrir y se le atribuyen todo tipo de explicaciones. Bssss.
ResponderEliminarPues ya ves tú, los escépticos seguimos sin buscar explicaciones, sucedió y ahí se quedó. Le queda tanto por saber a nuestro cerebro...
EliminarAh, pues todavía me guardo una experiencia peor ¡¡¡y eso que no creo en estas cosas!!! El yuyu no me lo quita nadie.
Beso y café, emejota.
Hay veces en que se agudiza nuestra capacidad receptiva y hasta puede que logremos sintonizar de forma especial con nuestro entorno...quién te dice que que a nuestro alrededor hay frecuencias que no percibimos habitualmente, pero están...el hecho de haber vivido semejante experiencia te marca que algo sucedió, sin dudas, la certeza sobre qué fue...eso -por ahora- queda a cuenta de cada quien...
ResponderEliminarUn abrazo!
Por ese mismo desconocimiento, el pobre cerebro humano ya no da para más, no oso ni divagar sobre el asunto. Así pasó y así se quedó la experiencia.
EliminarUn beso.
no sentí miedo...una vez me ahogué conscientemente...no sentí miedo...de pasarte otra vez, creo yo, pasarías miedo...de pasarme otra vez aquello de ahogarme conscientemente, pasaría miedo...la virginidad en estos casos, creo yo, es lo que nos permite no tener miedo, quizá por que este también se paraliza como nosotros, como la consciencia...
ResponderEliminarme gusta la cortedad del texto y el hecho de ir al grano, sin aspavientos...
medio beso, mamá.
Es cierto, a veces sacas conclusiones que me dejan estupefacta!
EliminarUn besito.
La misma observación que hace Natalia, se te da muy bien la narrativa. Sí, también el ensayo, claro.
ResponderEliminar"En la noche no hay nada nuevo", buena frase, que extrapolo del contexto en que me la dijo un taxista cuando me cobraba un suplemento de nocturnidad del que nunca había escuchado hablar.
Besos para los cuatro.
Gracias, Juan Carlos. Sí, es verdad, sería una prepotente si creyera que estas cosas sólo me han pasado a mí. Ya ves la de amigos y amigas que andan por el mismo cerro.
EliminarYa te contaría yo de lo pasmada que me han dejado algunos taxistas...
Un besito y feliz domingo.
Buenasssss!!!! No es por nada, pero ya sabes que esas sensaciones significan "algo". Yo también he tenido alguna experiencia similar y la verdad, que lo respeto!!! Besos.
ResponderEliminarPues sí, leyendo los comentarios me he dado cuenta de que estas cosas son muy comunes. Cuando las ves como teorías publicadas te ríes, pero cuando tantos amigos te lo cuentan... por algo será!
EliminarUn besito y un cafelito.
Es curioso, a veces pasan cosas que tienen poca explicación y se confunden entre sueños y realidad... A mi me pasó en la casa de Ana Frank (ya ves, ahora dicen que no es cierto que allí no estuvo), supongo que de alguna manera empaticé con el entorno, pero me pudieron las sensaciones que esa casa me dio. Todavía el olor está entre mis recuerdos.
ResponderEliminarLeerte me produjo un escalofrío...
Besos y me llevo mi café que es la hora ;)
Es cierto, aunque sí que pasó en este caso, cuando entré en las duchas de gas nazis, creía que el aire me aplastaba y tuve que hacer un macro-esfuerzo para no romper a llorar y controlar los temblores.
EliminarToma, tómate el café que ya preparo otro...
Beso.
Hay sucesos y sensaciones que no podemos explicar y aunque seamos escépticos siempre nos dejan un poquito de y si...?
ResponderEliminarMuy bueno el relato.
Un besito y ya nos pondremos de acuerdo para coincidir no?
Ahí está la cosa... que creer no creo pero explicarlo tampoco.
EliminarEso, a ver si coincidimos. Mientras tanto te dejo un cafelito.
Beso.
Muchas veces son las sensaciones o la propia aprensión por algo que hubiera sucedido. También puede que al despertar de algún sueño. En fin, son tantas las cosas que consiguen que nos pase algún escalofrío extraño por los huesos...
ResponderEliminarPero es verdad que leyéndolo da un poco de yuyu, amiga, jaja.
Un abrazo
Muchas explicaciones racionales y racionalizadas le podemos dar al asunto, José Vicente, pero hay tantas cosas a las que nuestro mísero cerebro no llega todavía... Es como si tratásemos de explicar a los decimonónicos cómo funciona internet. A saber dentro de doscientos años, a la velocidad que vamos.
EliminarUn abrazo y muchas gracias por venir.
Miedo a aquello que podemos percibir pero no poder ver, tocar ni tomar entre las manos. Y ese soplo, o viento o aliento que se hace tan presente, hasta que en la mas de las quietudes podemos escuchar, ¡pucha! Como olvidar un momento así.
ResponderEliminarDe niña tenia que dormir con la luz prendida, aun a veces, muy debes en cuando... también.
Me encanto tu relato.
Un abrazo.
Estas sensaciones son inolvidables por lo inexplicables que son. Todavía recuerdo cerrar un vídeo de miedo en el maletero del coche porque dentro de casa me daba terror y no podía dormir ¡¡¡y era ya bien grande!!!!
EliminarUn beso, Cecy.
Cuantas sensaciones imprevistas nos regalan nuestros sentidos, amiga Censuras, yo puedo decirte que sin ser fanatica de nada, si creo que hay energias que no podemos ver, pero que nuestra alma siente,tu relato lleno de detalles y comodo de leer.
ResponderEliminarGracias y besos guapa.
Yo creo que nuestro cerebrillo sigue usando el 10% de su capacidad y, al paso que vamos, entre el sedentarismo y la tecnología, creo que en unos siglos estaremos usando menos del 1%, sino, mira los nuevos estudiantes que no entienden ni lo que leen.
EliminarUn besito, compi, y cafelito.
Soy una convencida de que la noche es propicia para captar, sentir, sensaciones y emociones diversas, la que aquí compartes, ciertamente es inquietante. Tal vez nuestros sentidos se agudizan, la percepción abarca más de lo visible, o nos ponemos proclives a sugestionarnos con detalles que durante el día pasarían totalmente desapercibidos. No dudo, Censura, ni por un momento de lo verídico de tu relato, pues la noche guarda misterios que quizá nunca alcancemos a develar.
ResponderEliminarBesitos al vuelo (sin suspiros inquietantes, que con lo que describes ya se me puso la piel de gallina!)
Gaby*
Amiga Gaby, debe ser por eso que yo duermo casi igual que las gallinas, cuando llega la noche me subo al palo y dejo de cacarear; hay tanto que asimilar durante el día que si me mantuviera despierta por las noches, creo que me pondrían una camisa de fuerza. La historia es cierta, tal cual la cuento y ¡¡¡MIRA QUE SOY ESCÉPTICA!!! Pero así pasó.
EliminarUn besoeliz domingo.
Yo le he comentado a alguien "si hay algo más allá, te soplaré después de muerta"...
ResponderEliminar¡Coñe! No me des esos sustos, a mí no me soples!!! ¿Te puedo sobornar con un par de cafés????
EliminarUn besito!
Oye, ¡que miedo!. Espero que nunca me pase algo así, seguro que yo salgo corriendo y aun me están buscando.
ResponderEliminarUn abrazo
¡No, mujer! No asusta, sólo te deja paralizada por la sorpresa. Como dice Gustavo, como no te lo esperas pues no te espantas, más bien permaneces a la expectativa.
EliminarBeso y buen domingo.
Hay amiga que impresión, las presencias extrañas no me gustan para nada, los alientos suaves tampoco, me suena familiar lo que nos cuentas ya que estas presencias las siento todo el tiempo son sensible a ellas pero me causan mucho estupor es mas no me gustan para nada,...
ResponderEliminarTambién he tenido algunas sensaciones de no estar sola, pero no las achaco a nada, simplemente creo que son (no recuerdo cómo lo explica la psiquiatría) sensaciones que vives como adelantadas y que la memoria te devuelve en milésimas de segundo, en retroceso, como si ya las hubieras vivido. No sé si me he explicado o me he liado...
EliminarUn besito, a mí tampoco me gustan, para nada de nada.
Bueno veo que acá todo el mundo es muy valiente. A mi ya la foto que ilustra la entrada me dió miedo, imaginate el resto ... . Creo que si me pasa algo asi no duermo mas, o me voy a dormir a un centro comercial o a un cine, donde haya por lo menos 50 personas mínimo.
ResponderEliminarTodavía recuerdo la historia del baúl que se movía y me asusto.
=S
Un beso
¡¡¡Pues todavía me queda una historia más que contar, de estas sin explicaciones, creo que es la peor, la de más miedo!!!
EliminarAfortunadamente, solamente me han sucedido estas tres, no soy yo muy amiga de los misterios y de las sorpresas... mmmm, depende.
Un beso cuatruplicado.
Muchas veces he notado sensaciones parecidas a esta que describes, Vero. Un soplo, una furtiva sombra, la certeza de una presencia cerca, seguramente todo fruto de la sugestión, pero que dejan en nosotros inquietud y desasosiego.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es verdad, Pepe, yo soy muy, pero que muy sugestionable. Eso de darme la vuelta porque siento alguna presencia detrás me tiene frita, mira que lo sé, pues no hay forma conmigo misma :)))
EliminarUn beso cuadriplicado, amigos.
Creo que me estreno en este sitio, también ha sido una sensación extraña, como la de estar en el sitio equivocado pero sin presencias extrasensoriales.
ResponderEliminarMe gusta lo que queda después del revuelo. Bueno, lo que más me gusta es que estés a pesar de él. Ya sé que esa presencia no tiene que ver... porque es de aire fresco que se pasea libre por tu abandonado cuerpo y lo otro olía francamente mal.
Besos
Ya ves, querido amigo, ni te imaginas lo que te echaba de menos...
EliminarUn poco de ambientador y una mudanza han hecho milagros, sin embargo, la censura (auto) la mantengo y es una sensación horrorosa observar cada palabra que escribo para que los malos olores y la emboinadas presencias no vuelvan a emponzoñar otro espacio.
Cuatro besos y muchas gracias por todo.
el jaleo de la vida diaria no deja hueco a las percepciones, pero... la noche, una noche tranquila y silenciosa, es el momento perfecto.
ResponderEliminarHistoria real? vivela como un regalo.
Un beso
Real, real y tan real. Es cierto, ese punto de vista no lo había pensado, es verdad que fue un regalo y bonito, además, inquietante pero bonito.
EliminarUn beso a los dos.
Menos mal que esta noche me voy de fiesta porque si no... ¡que miedo iba a pasar! ;) Y eso de que al final pongas historia real me ha impactado aún más. Yo no creo en este tipo de cosas, pero a la vez me dan muchísimo respeto, así que espero no tener que encontrarme nunca en una situación parecida. Un beso.
ResponderEliminarSí, sí... eso decimos todos, y yo la primera, pero cuando pasa, tragas saliva y piensas: "¿Y ahora qué?"...
EliminarUn beso, Cristina. Cafelito recién hecho.
Esas sensaciones de presencias extrañas e impalpables son estremecedoras. Como cuando uno siente un frío en la espalda y se deja llevar.
ResponderEliminarUn relato que deja puntos suspensivos e intriga por saber qué habrá sido eso.
Un abrazo.
Chica, hasta me ha dado yuyu esa sensación de frío en la nuca, hay que ver la de sensaciones extrañas que tenemos. Bueno, extrañas no, es que no las podemos definir, simplemente. Dentro de doscientos años, todos calvos! :)))
EliminarUn beso.
Estás cosas suelen suceder con más frecuencia por la noche, es verdad, y cuando suceden a mi me da un yuyu que paqué, y lo has contado tan bien que esta noche toco madera :)
ResponderEliminarUn abrazo.
No son muy agradables, no, sobre todo si las sientes durante la noche. Parece que el día difumina las sombras y los temores.
EliminarToco madera yo también...
Un besito, compi!
Por eso que se presta yo me voy a la cama bien temprano, con estas edades ya no estoy para sustos, amiga!!!
ResponderEliminarBesito y cafelito.
Verónica,ese relato que nos cuentas,lo subrayo y lo hago mío...Doy constancia, amiga, de lo que cuentas es cierto,porque también yo tuve la misma experiencia hace unos meses...La intuición sabe que alguien está ahí,aunque no lo vea y deja su tarjeta de visita.`Pensemos,que es un "golpecito de aliento" para seguir adelante,amiga...es lo mejor.
ResponderEliminarMi felicitación por tu buena exposición,que suscribo.
Mi abrazo grande y adelante con tu autenticidad.
M.Jesús
Pues, aunque lo intuía, no ha dejado de sorprenderme la de compañeros y compañeras que han sentido lo mismo. Y tienes razón, mejor tomárselo a las buenas y a lo positivo, como un empujoncito de apoyo, o como un regalo, como dice Manuel.
EliminarMuchas gracias y muchos besos.
La noche exagera y exacerba los sentidos. Nunca sabremos que hay de cierto y de falso en lo que presentimos, pero qué miedo da y qué bien nos lo cuentas.
ResponderEliminarComo a Any, me impactó ya la foto de la portada.
Muchos besos y abrazos multiplicadísimos.
La sugestión es grande en las personas, a saber qué estaba soñando para que me despertase de sopetón, y a saber qué era eso que sentí. Pero ahí estaba y ahí se quedó el efecto.
EliminarBesito, madrina-amiga.
Si llego a sentir esa presencia me cago, así de claro. Ya nada mas que de leer me ha dado yuyo.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos
No da miedo, María José, es extraña la sensación y te quedas paralizada, eso sí. Pero es como si, imagina que vas por la calle a las doce de mediodía y de repente se hace de noche unos segundos y vuelve la luz como si nada hubiese sucedido. ¿Cómo te quedarías? Imagino que primero perpleja y segundo pensando.
EliminarBeso y gracias.
ResponderEliminarThanks for sharing, nice post! Post really provice useful information!
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