Hay veces que hay que explicarlo todo, como si no se entendieran las cosas simples...
Hay veces que hablan para listos suponiendo que todos estamos en el mismo contexto...
Porque no siempre lo simple lo es tanto...
En el primer caso, que nos produce cierta comicidad, hay que leer dos veces el asunto para entender si tengo que pulsar siete veces el timbre para que los del séptimo piso me abran la puerta o es que hay que tocar los siete timbres a la vez.
Porque no siempre lo complejo lo es tanto...
En el segundo caso, suelo reírme, no de mi ignorancia que es un ente muy serio, sino de aquellos que festejan sus conocimientos haciéndolos complejos frente a un grupo de "ignorantes", simplemente por alardear.
Ni tanto...
... ni tan calvo, amigos, con cuatro pelos ya es suficiente..
FELIZ DÍA
Si es que no puede ser, fijate que hasta el perro bosteza, jajaja, menos mal que le sirven la taza de café, que no....
ResponderEliminarBesos sin complicaciones.
Con este calor que no da respiro, más que bostezar es "un no salir de la ducha en todo el día"...
EliminarBeso.
Esperaba que me invitaras a café, pero veo que hoy, estás filosofando sobre cosas muy profundas. Creo que las cosas más simples, resultan siempre complicadas, y absurdas.
ResponderEliminarUN poema precioso y complicado,por lo sencillo
Saludos de cortesía
Y tanto que había café, mira mi bostezo perruno de somnolencia veraniega, jajaja!
EliminarSí, amiga Montserrat, las complicamos nosotros solitos; hay veces que no necesitamos ayuda para liarlas.
Un beso y un cafelito exclusivo para ti con mucho amor.
Me han gustado tus elucubraciones: ni una cosa, ni otra
ResponderEliminarSiempre depende del humor del día, verdad? Hoy nos parece magnífico y mañana ya no es lo mismo, o al contrario... somos díscolos los humanos, Tracy. Un cafelito y un abrazo.
EliminarTodo es simple, complejo y complicado dependiendo de la capacidad de cada cual. Yo como a la primera no me entre una cosa, ya me pueden dar matraca, que me aburre y me quedo con la boca abierta como el perro. Ahora yo en el primer caso, sólo por joder tocaba los siete timbres, por espabilados y listos.
ResponderEliminarBesos, carajillo y lo que tercie.
Pues yo, al contrario, si no me entra me pongo cabezota hasta que entre... :))
EliminarLlama, llama, llama a los siete que algún cubo de agua te caerá!
Beset i clareta.
Tienes mucha razón, habría que exigir una licencia de sentido común o algo así para quienes dan explicaciones ... En el primer caso entiendo que hay que llamar a los siete timbres a la vez.
ResponderEliminarBesos.
Yo, más que pedirles explicaciones, me doy la vuelta y les dejo con la palabra en la boca, o apago la tele cosa habitual, o cierro el periódico... quien no habla claro, que le predique al vacío.
EliminarBesos a todos.
De acuerdo. El primer caso la verdad es que de tan simple se dan demasiada explicaciones, al revés que el segundo. Está claro que todo el mundo no sirve para esto.
ResponderEliminarUn abrazo
Surgió el pensamiento, en realidad, cuando me quedé pensando en lo fácil que puede hacerse lo difícil y lo difícil que hacemos lo fácil.
EliminarBeso y cafelito.
Dijo el sabio que el sabio es aquel que explica las cosas para que su interlocutor lo entienda...
ResponderEliminarAhí está el asunto, que se engrandece el necio creyendo que los demás lo son.
EliminarGracias por venir, Auxi, ahí te va un cafelito. Espera a que llegue el cole de nuevo y pueda fisgar por tu blog cuando no haya pequeños piratas en casa!
Pues yo entiendo que hay un solo timbre y según a donde vayas tocas 1, 2. 3...veces, pero ahora me pongo en el lugar de los vecinos contando todo el día los timbrazos a ver quien abre la puerta. El del 1 lo tiene fácil, cuando oye el segundo timbre deja de contar, lo malo es el del séptimo que hasta el final tiene que contar siempre, qué coña. Acabo de despertarme de la siesta y me has cogido espesa, ponme un café por favor.
ResponderEliminarBesos para toda tu familia.
Leonor
Gracias, Leonor. Hace siglos, en la vivienda de mis padres había tres plantas ocho puertas en el portal, un portal con ocho vecinos, vaya. La puerta de abajo de madera siempre estaba abierta, excepto de noche; cuando alguien llegaba, como todavía no había timbres -parece prehistoria, eh?- pues llamaba tantos golpes de picaportes como el número de la puerta a la que quería llamar, abrías la puerta y, a gritos, hablabas por la escalera. Era genial el cotilleo... jajaja!
EliminarUn beso y muchas gracias. te mando un café con mucho hielo.
Lo simple no es tan simple, todo depende de la inteligencia del que escribe para confundir... Abundan los listos que quieren confundirnos, pero no siempre lo logran por muchos timbres y berborrea que empleen...
ResponderEliminarMe quedo con tu café inteligente, amiga. Le da un toque de humor a la tragedia humana. Un placer entrar a tu casa. Besos.
Julie, siempre una alegría verte por aquí. Esos, que "van de listos", amiga, suelen ser los que no son claros en sus vidas, no les interesa hacerse entender. Mala cosa esa, amiga mía...
EliminarGracias por venir, un beso y un cafelito especial ¿O chocolate?
Curioso "relato". Confieso que lo he tenido que releer y complementar con los comentarios de los demás. Tal vez soy uno de esos "ignorantes". Un saludo
ResponderEliminarNo, por favor, solamente era un pensamiento, sobre los que tratan de explicarse mucho cuando algo es sencillo y así nos lían más y, los contrarios, los que siendo algo muy complejo no saben hacerlo divulgativo para los demás, que tienen ganas de saber.
EliminarIgual la espesa era yo, Alberto, jajaja!
Un abrazo y un café del tiempo, compañero.
En el caso de los timbres, creo que la explicación confunde. O tal vez eligieron un mal metodo para diferenciar a que departamento se llama. Es confuso.
ResponderEliminarImpagable la imagen del perro.