Mi primer miedo lo recuerdo de muy pequeña... y continua aunque trate de dominarlo...
Un cosquilleo en el estómago, siempre y digo siempre, no me deja tranquila en dos o tres días, y cualquier cosa que me roce el cuerpo lo siento como una agresión. Cada vez que esto me ocurre, existe en mi mente, y en mi cuerpo entero, una dualidad de sensaciones, la lógica y la irracional. Con el transcurso de los años y en determinadas circunstancias, he conseguido equilibrarlas. En otras, consigo una profunda respiración y no llorar o soltar un alarido, porque soy mayor y los adultos no organizamos un espectáculo por un saltamontes...
Το πρώτο φόβο μου το θυμάμαι από πολύ μικρή... και παραμένει αλλά προσπαθήσω να αποφευχθώ ...
Ένα γαργάλημα στο στομάχι, πάντα και εννοώ πάντα, δεν μου αφήνει να είμαι ήσυχη σε δύο ή τρείς μέρες, και κάθε τι που αγγίζει το σώμα μου το αισθάνομαι σαν επίθεση. Κάθε φορά που συμβαίνει αυτό, υπάρχει στο μυαλό μου και ολόκληρο το σώμα μου, μια δυαδικότητα συναισθημάτων, το λογικό και το παράλογο. Κατά τη διάρκεια των ετών, σε ορισμένες περιπτώσεις, έχω καταφέρει να τα ισορροπήσω. Σε άλλες, καταφέρω μια βαθιά ανάσα και να μην κλαίω ή να ρίχνω μια κραυγή, γιατί είμαι μεγάλη και οι ηλικιωμένοι δεν οργανώνουμε μια παράσταση για μια ακρίδα ...
Έτσι είναι... Así son...
Έτσι τους βλέπω... Así los veo...
Καφεδάκι... Cafelito...
Pasión por los insectos, pero lo entiendo. He tenido en mis manos todo tipo de bichos, pero si me tocan otra parte del cuerpo el alarido se oye a miles de kilómetros a la redonda. Todavía ahora, y soy adulta. Eso dicen.
ResponderEliminarCafé en taza con Mantis religiosa. Mi bicho favorito.
Ni ratas, ni serpientes, ni arañas... nada temo. Ya ves tú mi fobia, un pobre e inofensivo bicho verde.
EliminarAh, la mantis, cuántas mujeres pagarían por sus feromonas, jajaja!
Un abrazo, compañera. Feliz finde.
Te entiendo porque dan repelús. Yo les perdí el miedo un día, yendo al colegio uno se me puso en el hombro. Yo me puse el abrigo y lo aprisioné. Al llegar a clase el animalito saltó, libre y alocado, hasta caer en un cubo que recogía el agua de una gotera. Allí acabó sus días, el pobre. Yo lo miraba impotente, tratando de fingir que atendía en clase.
ResponderEliminarBesos para todos.
Si se me pone en el hombro o en cualquier otra parte se oyen mis alaridos hasta Madagascar. Bueno, en realidad, basta con que me mire... :))
EliminarUn abrazo, amigos.
Si nos diéramos clara cuenta de que esos animalitos nos temen mucho mas a nosotros tal vez lo superaríamos con mayor facilidad amiga Censura. ¡gracias por el cafelito que vine a compartir!
ResponderEliminarYa he intentado aplicarme el cuento, Lao. Y que es inofensivo y que come hierbas y que no muerde, ni chupa sangre, ni me hará una llave de judo y me derribará.... chico, no hay forma.
EliminarAhí lo tienes sobre el teclado, recien preparado y aromático. Un abrazo.
Creí que era la única y callaba ese terror que le tengo a los saltamontes, vamos, ni que fueran diplodocus, pero solo de pensar que las sierras de sus patas me rocen......
ResponderEliminarUn besazo
menos mal que no estoy sola en el cosmos, Rosa. Debe estar en nuestro código de barras el asunto, porque mira que es irracional. En fin... :))
EliminarUn abrazo.
Cierto, los verdaderos miedos nos acompañan toda la vida, lo querramos o no. Pero, ¿quién dice qué debe hacer y no hacer un adulto? ¿Los adultos? ¿Y quiénes son ellos para decir qué es lo que pueden hacer y lo que no...?
ResponderEliminarSaludos
J.
Ya se encargan de que seamos bonitos sociales, que no atunes...jaajaja. Un mayor irracional, me dijeron de pequeña, no tiene regalos en navidades y por eso me controlo. Hay razones para todo, amigo. Aunque, como bien dices, voy a tener que preguntarles. Igual, hasta les pido explicaciones. :))
EliminarUn abrazo y gracias por venir.
Verónica, a mi me pasaba algo parecido con las arañas...De pequeña las encontraba por todas partes y sentía un cúmulo de inexplicables sensaciones...Hasta que aprendí a cambiar la forma de mirarlas y comencé a pensar, que quizá me dieran suerte...El día que salía de casa para dar a luz a mi primer hijo, me esperaba una araña tremenda en la puerta de la calle, pero no me asusté, sabía que todo iría bien...sonrío.
ResponderEliminarMi felicitación por tu genuino estilo y tu excelente sentido del humor.
Mi abrazo inmenso y feliz finde,Verónica.
M.Jesús
Pues ni por esas, María Jesús. Ya puedo racionalizar al bicho que como lo vea a cinco metros, salgo por piernas de su alcance.
EliminarBravo por tu capacidad, envidia verde como los saltamontes siento de tu valentía.
Un cafelito y feliz tarde.
A mi me encantan los saltamontes, les gusta pararse en los geranios, lo que no soporto son las serpientes... Y los dos se comen yo sé que en China la serpiente es un manjar, y los saltamontes en México... son otra exquisitez, los chapulines, los he probado y saben a gamba... Bueno, pero prefiero tu cafelito... Feliz domingo!
ResponderEliminarBueno, serpiente no he comido pero anguilas sí, las secaba mi madre al sol con sal en verano y eran como cualquier pescado seco crudo y salado... También las he comido guisadas pero tienen muchas espinas pequeñas, son antipáticas de comer.
EliminarLos chapulines, no es que no los comería, es que no me acercaría ni al plato!!!!
Un abrazo y tu cafelito, Julie.
Vamos a ver, joven, es usted mu mala... Hasta el ultimo momento no dice que la causa de ese terrorifico terror es un pobrecito saltamontes... Eso no pue ser, joven...
ResponderEliminarYo estaba estremecido, pensando: Vaya, a esta, de niña, la sometieron a abusos o a quien sabe que... Y resulta que no, que ZAS, que de repente resulta que es un simple bichito, quizas un poco mas cariñoso de lo normal, pero un simple bichito, que solo queria descansar un poco en tu piel...
Caray, no nos pegues estos sustos...
Je,je,je...
Eso es lo que pretendéis, tú estás compinchado con los que crearon a la abeja Maya y sus amigos; queréis que lo vea amable y simpático "cariñoso y simple", con su sombrerito y ropa dandy. A ver ¿a cuánto asciende la comisión?
EliminarMira que me alío con David el gnomo y te convenceré de que los trolls son un encanto, que huelen bien y no les cuelgan los mocos...
Un abrazo, compañero, feliz tarde-noche.
Vero, de lejos y dando saltitos, bien, pero en primer plano !!aiiinnnns!!! asquito y miedo. Los bichitos llamados insectos me caen bien, menos las moscas, pero con lupa, lo juro, el el terror más terrorífico.
ResponderEliminar!Que susto! me sirvo una copita de Metaxa en ayunas, que me desmayo.
Besetsssssssss.
Pues harías buena pareja con uno que yo me sé, el Rey Antimosca ¡¡¡¡Tanqueu la portaaaaaa!!!!
EliminarMetaxa no sé si podría pero una copichuela de licor de mastija, jajaja!
Beset, templà. Tèstimo.
¿Pero como te puede dar miedo un bichito tan pequeño? Con esos saltos tan simpáticos, mirando con ojos de asustado. Miedo una serpiente, que se puede enroscar hasta asfixiarte. Solo pensarlo me muero.
ResponderEliminarPuestos a elegir, si tienes chocolatito humeante mejor.
No te fíes, Rafaela, en el fondo es un bicho terrible :)))
EliminarCalentito, calentito, amiga.
Un beso.
σε ευχαριστώ πολύ για την όμορφη συμμετοχή κι ειλικρινά ελπίζω να ξεπεράσεις αυτό σου τον φόβο (που καταλαβαίνω ότι έχει βαθύτερα αίτια), φιλιά και καφεδάκι
ResponderEliminarΤο μόνο που μπορώ να κάνω να τα ξεπεράσω... είναι να μένω μακριά τους!
EliminarΦιλάκια και καλή βδομάδα!! Κρύο, ε;
Si fueran mucho más grandes, darían miedo con cojones, porque hay que ver lo feos que son los jodidos.
ResponderEliminarBesos.
Mi jefe era más feo y más miedo daba por lo ladrón, embustero y gandul que era, no hay monstruo peor...
EliminarGrrrrr...
Beset, company.