Fernando sin Isabel...

Cuenta la historia que al morir Isabel en 1504, Fernando necesita de un heredero porque Juana no le vale y hay otros que amenazan con plantar su casta en el trono. Al final se decide por una moza de sangre medioreal y 36 años más joven que él, Germana. Un año después de quedar viudo,  el 19 de octubre de 1505, se casan... ella con 18 y él con 53.

Su primer hijo varón muere al poco de nacer y el ansiado heredero no llega. Fernando y sus consejeros temen que es culpa de la "senilidad" y comienza la aventura del pro-viagra real.  

Para empezar, siguieron el consejo de las damas de la corte y le prepararon la receta del chef italiano Bartolomeo Scappi, el famoso Pasticcio de testicoli di toro, un plato frio que funcionó de maravilla la vez que lo sirvió para el cardenal Lorenzo Campeggio  y sus amigos cardenales en 1536; le aseguraron que con este manjar, su esposa “aluego se haría preñada”. Como sé que os interesará la receta, os la dejo más abajo...

Pero nada. Tras el nulo efecto, le dieron otra opción, la de los coleópteros, en una copiosa ración de moscas españolas o cantáridas que ingirió durante años; unos escarabajos amarilloverdosos metalizados llamados científicamente Lytta vesicatoria. Estos bichos eran tomados como afrodisiaco porque tienen en su organismo un componente tóxico que al ingerirse irrita la piel,  mucosas, vías urinarias y provoca la erección del pene. 

Tras nueve años de moscas que le provocaron una severa inflamación de los riñones, murió sin hijos. 

RECETA

Ingredientes: 2 criadillas de toro, 8 riñones de cordero, 100 gramos de jamón, 1 cebolla, 250 gramos de masa de hojaldre, 1 vaso de vino de Masala, caldo de carne, orégano, tomillo, 3 clavos de olor, sal, pimienta blanca y nuez moscada.

Preparación: Se cuecen las criadillas, se cortan en lonchas finas y se sazonan con sal, pimienta y nuez moscada. Con los riñones, el caldo de carne, el jamón tostado o frito y escurrido, el orégano, el tomillo y tres clavos de olor se prepara un picadillo con el mortero machacando sin que se quede pastoso sino en trocitos. Se abre el hojaldre y, sin estirar, se pone una capa abajo (el de mercadona tiene dos piezas) alternando las capas de filete de criadilla con el picadillo. Antes de poner la tapa del hojaldre se vierte el vino y se introduce en el horno hasta que se dore.

Si hacéis lo mismo con medio kilo de carne picada, o con cuatro berengenas medianas ya cocidas al horno y desmenuzadas los vegetarianos, no será afrodisiaco pero está de chuparse los codos.

Cafelito para los postres...