Mochilas arhuacas, fuente de comercio.
En la sierra nevada de Santa María de Colombia, siempre cubierta de nieve pese a estar sobre el mar, vive uno de los pueblos ameríndios más noble, fuerte y luchador, el pueblo arhuaco o ika.
Fuertes de espíritu y con creencias muy similares a las de los griegos presocráticos, solicitaron hace hoy 98 años al gobierno de Colombia que les hiciese llegar maestros de lectura, escritura y matemáticas para la formación de sus niños.
Pero, como siempre están metiendo las narices donde no les llaman, allí aparecieron, con el rosario bajo el brazo, monjes capuchinos a ver si entre suma y resta podían agenciarse con la mente de estas personas. Cuatro años después ya habían organizado una especie de "orfanato" en el que reinaba el terror bajo un réginen dictatorial y habían prohibido las muestras de su cultura al pueblo entero. Además les obligaban a trabajar para ellos sin ningún tipo de compensación.
Los arhuacos pidieron la expulsión de los capuchinos, pero fue negada la petición e impuesta una multa: la expropiación de la mayor parte de sus tierras para construir una granja que únicamente beneficiaba al estado y a sus socios capuchinos. Los arhuacos se enfrentaron a ellos. Sobre uno de sus santuarios se construyó una torre de televisión y una base militar de represión. Los arhuacos volvieron a enfrentase a ellos, al gobierno y a los constructores, se organizaron y fundaron La Liga, una asociación que actuaba contra todas estas usurpaciones y humillaciones; pero los misioneros y el inspector de policía la prohibieron y castigaron duramente a sus miembros o reuniones.
Aún así, los indígenas lograron reorganizarse y expulsar a los capuchinos en 1983, ocupando a la fuerza su misión.
Bien por ellos
Café de Colombia, cómo no...
Esto de viajar se vuelve vicio. Y con buena compañía y aportes, valgame Dios!!!!
ResponderEliminarbesos y gracias por viajar en este charter
Muy interesante "tu" viaje, y el café delicioso. Gracias por las dos cosas
ResponderEliminarUn detalle precioso que salga a colación una civilización cómo ésta.
ResponderEliminarSiempre son muy interesantes estos aportes o granitos de café culturales.
Oiga,buen café el de Colombia...!
Abrazos.
Bien por ellos!!!
ResponderEliminarAcepto un rico café colombiano.
Besos
!!!Vendrás bien cargada de buen café para ofrecer!!!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bien por ellos, sí
ResponderEliminarQué rico el café
Donde se mete gente con un rosario, siempre es para joderla. Bien por los indígenas y el café.
ResponderEliminarBesos Censu.
Mucho que aprender de los nativos, su sano juicio es de este mundo, el problema es que (pienso tras leerte) lo que ofrece este mundo parece de otro planeta.
ResponderEliminarBesos.
CAFE, CAFE, hoy más que nunca CAFE, CAFE!!!!
ResponderEliminarBesos
Pues me alegro muchísimo de que finalmente consiguieran expulsarlos y sobrevivir sin perder su identidad y su cultura.
ResponderEliminar¡Eso se merece un buen café colombiano!
Los Pueblos originarios, merecen ser reivindicados, les robaron mucho, desde tiempos remotos.
ResponderEliminarUn beso Compi!
Y cafelito por supuesto.
Donde la Iglesia meta sus narices, todo acaba oliendo a podrido, qué vergüenza.
ResponderEliminarBesos
Pero cuanto sabes mi "arma". Besos.
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