He
salido sin saber a dónde iba. La luna brillante, recortada sobre el cielo
negro, ha sido mi única guía. He caminado sin certeza, sin más inspiración que
la que he podido percibir de las estrellas, celestiales diamantes que me
cuentan que la vida es bella, pese a todo… pese al dolor, pese a la soledad,
pese a las dificultades cotidianas.
Sin
saber cómo, he llegado hasta el río. Inmenso en su quietud me regala la
frescura de su aliento. En sus cercanías, el bullicio de la ciudad queda en el
olvido, diluido apenas como un rumor que se contiene a mis espaldas. Las luces
centelleantes, blancas, amarillas y rojizas de edificios y automóviles me
brindan su espectáculo insomne, haciéndome perder la noción del tiempo
transcurrido en mi peregrinación de noctámbulo solitario.
Con el
rítmico acompañamiento de un grillo mis pensamientos se dejan llevar a lo largo
de la ribera dormida. Logro desprenderme de mis ataduras temporales y me libero
de las oscuras tensiones del día… al menos eso creo porque me sangra el
espíritu pese a la calma externa.
Ansío ver
el reflejo de mi rostro en el agua para cerciorarme de nuevo de que los
insultos y vejaciones tienen razón para su existencia. Quisiera poder faltarme
a mí mismo el respeto y ser uno de ellos; pero en el fondo sé el motivo de
haber llegado hasta aquí, hasta el río, dejándoles a todos atrás, porque aunque no reniego
de mi fealdad, sé que en el río mi rostro no puede reflejarse, pero sí
llevárselo la corriente.
Colaboración con nuestra querida amiga Mónica, una de las personas más críticas, conscientes y lógicas que conozco...
AQUÍ el otro relato compartido con ella...
Cafelito...
Buenos días:
ResponderEliminarTe escribo desde otro lado del río, uno desde el que la corriente que se lleva tu reflejo en palabras se percibe como un flujo sonoro de ideas y sentimientos.
Me ha gustado este chapuzón en el que me he visto como un moderno Prometeo.
Y ahora a por una taza de café aromático.
Nos leemos.
¡Qué grata visita!
EliminarBienvenido, Nino. Gracias por tus palabras.
Abrazo y cafelito.
Verónica
Doña Censu, tú no te pierdes ni en la noche oscura del alma,
ResponderEliminarDe nada, es la verdad.
Bueno, algunos oscuros callejones retorcidos tengo que recorrer de tanto en tanto, pero suelo encontrar la salida tarde o temprano. Esperemos que esta vez ocurra de nuevo...
Eliminar¿Sabías que iba a darte las gracias, eh? :))
Como acabo de decirle a nuestra común amiga y colaboradora en esta entrada, cuando dos brillantes sensibilidades se aúnan, lo lógico es que el trabajo común sea perfecto, como en este caso.
ResponderEliminarMi enhorabuena a ambas.
Un abrazo.
Sí, amigo Juan, ha sido un privilegio compartir relato con Mónica.
EliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo.
Me encanto este dueto a cuatro manos, las dos se reflejan muy bien, hasta en el río mas enmarañado, porque las letras hablan del propio carácter que les nace, naturalmente.
ResponderEliminarGracias por acompañarme:)
Un abrazo compi y me llevo el cafecito.
Resulta muy curioso cuando recibes el inicio del relato del otro compañero, porque ni estu estilo, ni tu forma de organizar las palabras, ni el vocabulario... pero va tomando forma en tu cabeza hasta que lo haces tuyo y la mente sigue la historia casi sin querer...
EliminarUn besito, Compi!
Ambas habeís hecho un buen trabajo, en este caso 1 + 1 no suman 2, no se pero mínimo 6. Muy bien conseguido. Con un final que refleja todo lo contrario a lo que le pasaba a Narciso en el mito griego.
ResponderEliminarEs preferible ver y comprender nuestras cosas y no dejarnos llevar por nuestro ego.
Un besazo a ambas.
Gracias, Oskar. Ojalá pasara lo mismo con los sueldos (lo digo por eso del 1 + 1 = 6 y el buen trabajo), que se pagase según la calidad del trabajo ¡¡¡muchos políticos serían más pobres que las ratas!!! :)))
EliminarUn beso y muchas gracias por tus apreciaciones. Eres un sol.
Tú no te pierdes ni entre ríos por mucha orillas que cruces, ni montañas, porque eres muy inteligente y astuta. Cuando tú ya estás de vuelta, otros ni han ido. Magnifico texto: Gracias por las visitas y besos, con pastas y cafelét.
ResponderEliminarAy, Rafa, la inteligencia y la astucia están reñidas...
EliminarNo es lo mismo ser listo que inteligente, puedo ser inteligente pero soy más tonta e ingenua que una hoja de nabo!
De nada, visitar tu blog es como abrir una caja sorpresa... de culos a poemas tiernos y hermosos, jajajaja! Hay de todo. Me divierte pasar a verte, me sacas del aura de cascarrabias...
Un beset.
Impresionante esta historia, Verónica...Ese hombre, que la sociedad lo critica y le da de lado debido a su fealdad física. Cuántas historias se darán, que ignoramos...Sin embargo, siempre queda el espíritu, que sabe remontar el vuelo, sobrevolar la realidad e imponerse a su apariencia física...Mi felicitación por el realismo y la intensidad que le habéis dado, amigas...Mi abrazo inmenso para ti y para Mónica.
ResponderEliminarM.Jesús
Puede que uno no sea ni feo, sino que los demás se lo hagan creer por cualquier razón. El humano es muy cruel y hay que ser muy fuerte para soportar tantas embestidas.
EliminarGracias por tu afecto y tus bonitas palabras. UN beso.
Qué bien habéis relatado la historia de este hombre. Sin embargo, el espíritu quiere seguir creciendo y no puede estar satisfecho nunca.
ResponderEliminarMi felicitación para Verónica y para ti por esta brillante historia.
Mi abrazo grande para las dos…
Alejarse del mundo habitado y mirarse en el río le da la fuerza para seguir su vida, dar la vuelta y regresar.
EliminarGracias, Oriana. Beso y cafelito.
Me ha conmovido. Enhorabuena a las dos.
ResponderEliminarUn beset.
Gràcies, templat, per vindre i per les teues paraules.
Eliminar2 besets i dos cafenets
Le habeis dado la vuelta a Narciso. Una vuelta perfecta.
ResponderEliminarMuchas gracias, María Jesús.
EliminarColaborar con Mónica es muy interesante.
Sin duda alguna un relato a dúo muy genial. Lastimosamente vivimos en la era del culto al ego y a la propia imagen. Para descubrir la belleza y la fealdad no bastan los ojos. Hay que tener “alma”, capacidad espiritual para contemplar.
ResponderEliminarSaludos
Imagino que depende de la forma que le enseñen a uno a ver el mundo, si los padres te hacen fuerte, soportarás mejor los embistes.
EliminarUn abrazo y tu cafelito.
Gracias por el cafelito.
ResponderEliminarMaravilloso, impresionante. Tenéis que escribir más juntas lo hacéis fantásticamente.
El texto es genial, lleno de sensibilidad.
Besos
Seguro que otra vez nos volveremos a juntar, muchas gracias por venir, compañera. Tus palabras me llenan de ánino.
EliminarUn beso y un cafelito a la orilla del río.
COMO IDEA, ME REFIERO AL GIRO QUE LE DAS A TU PARTE DEL RELATO, ES GENIAL...la corriente se lleva mi rostro feo...nunca había escuchado, leído esta imagen...es muy muy inteligente, sabía, audaz, si tú quieres...
ResponderEliminarbesos, mamá.
perdón, medio beso.
Caray, me sonrojas, Gustavo. Suelen pasar imágenes por la mente difíciles de describir. La huída que planteó Mónica en el inicio me dio pie a buscar un motivo por el que alguien quiere alejarse del cosmos...
EliminarLa otra mitad para ti, amigo.
Es más complejo tu relato de lo que parece a primera lectura. Si es cierto lo de que su rostro no puede reflejarse, entonces hay algo más que no soportar su fealdad.
ResponderEliminarMe recuerda al cuento El Extraño de Lovecraft.
Y a un capitulo de La Dimensión Desconocida donde operan a una mujer para darle un rostro que la sociedad de esa historia considere normal, antes de enviarla a un lugar donde habitan gente como ella. Resulta que la operación falla. Pero ser revela que ella tiene un rostro humana (además es atractiva) y lo demás son los que tienen apariencia extraña.
Lo que no soporta es tanto dolor por el desprecio...
EliminarNo recuerdo este relato en concreto, mi problema con Lovecraft es que lo leí fuera de la edad a la que debería haberlo leído y me pilló pasada de rosca; por eso lo encontré demasiado repetitivo e infantil.
No le quito su mérito, claro...
Tal vez podrías leer algo de nuevo. No es infantil y creo que no es repetitivo. Por lo menos, no lo es este relato, que menciono.
EliminarEl personaje crece en un extraño aislamiento y encierro. Sabe de los seres humanos por los libros, nunca ha hablado con alguien.
Un día decide huir (es extraño como lo cuenta, posible indicio) Luego de caminar por bastante tiempo llega a una fiesta. Apenas entra, la gente huye aterrorizada. Él se llega al productor del terror. Involuntariamente, lo toca con los dedos.
Entonces grita de terror y acepta la compañía con seres extraños, los únicos que lo aceptan. Porque lo que tocó fue un espejo.
Pues no te digo que no, me gusta la historia que cuentas. Parece distinto a lo que he leído de él. ya verás que me harás descubrir un Lovecraft diferente al que conocía.
EliminarGracias.
Es un texto duro, pero está escrito con un tono tan poético a pesar del drama del protagonista que genera emociones, y queda una esperanza.
ResponderEliminarUn beso enorme. Felicidades por lo que han logrado con Moni.
Cuando uno encuentra la forma de superar, o alejarse aunque sea, de esa sociedad que le oprime hasta que no puede respirar, es un privilegiado porque pese a todo puede respirar en un paréntesis...
EliminarGracias. Un beso.
Ayyyy Vero!...que me pongo colorada! jeje...las cosas lindas que me dices jejej...gracias, desde ya, me sorprende gratamente que me consideres así- sobre el giro que le has dado con tu parte al texto, me parece genial, sencillamente. Muy bien atado al inicio y redondo en su concepción. Me encantó.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, compañera y reitero que ha sido un gusto narrar a cuatro manos contigo
=)
¡¡¡PORQUE SOMOS UNAS CHICAS EXCELENTES!!!!
Eliminar¡¡¡PORQUE SOMOS UNAS CHICAS EXCELENTES!!!!
¡¡¡PORQUE SOMOS UNAS CHICAS EXCELENTEEEEEEES!!!!
¡¡¡Y SIEMPRE LO SEREMOOOOS!!!!
Me alegra que al final te haya parecido divertido el juego. Gracias por aceptarlo. Un abrazo, compi.
Poco importa el rostro que mostramos si lo que no se ve es auténtico.
EliminarChicas, sobre lo escrito me cuesta pronunciarme. No puedo deciros que perfecto por no creer que la perfección exista; si lo calificara de inmejorable mentiría, estoy absolutamente segura de que sois capaces de mejorarlo sin apenas despeinaros. Me quedo con "soberbio" , ya que la conexión entre vuestros decires es bestial.
Beso y cafelito.
¿Por qué tenía yo tu blog olvidado con el alto nivel que tiene?
EliminarNo voy bien, me desaparecen cosas... o las pongo donde no debo, como ayer, que puse unos calcetines sucios en el frigorífico...
Gracias por tus palabras, escribir con personas como Juan Carlos o Mónica obligatoriamente da un buen resultado, porque son buenos escribiendo, igual que tú.
Un beso y tu cafelito.
A veces uno huye de sí mismo y busca parajes tranquilos donde encontrarse, y la noche también es un refugio perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo
Cada cual necesita de su reducto, hasta mi pez tiene una plantita de plástico, el pobre, para refugiarse.
EliminarAbrazos.
Este me ha gustado. Sobre todo ese final. suele decirse que la corriente arrastra todo lo malo no? Pues creo que a veces también lo bueno.
ResponderEliminarFElicitaciones!
Cafelito y al otro relato jejeje...
Sí, la corriente lo arrastra pero hay guijarros tan gordos que ni la más gorda de las corrientes se los llevaría.
EliminarGracias ¿Vienen las felicitaciones con tarta? Jajaja
Un abrazo y tu cafelito de hoy.
Qué duro ese sentimiento de desprecio y discriminación! Difícil es, poner los propios ojos a resguardo, para mirarse a sí mismo con benevolencia.
ResponderEliminarRepito, ya leí el anterior relato y ahora este, que han hecho una dupla de excelencia, mis felicitaciones a ambas!
Voy por el cafelito ahora, que con el fresquete que hace hoy, se agradece con el alma. (las manos, los pies, la punta de la nariz...)
Besos duplicados!
Gaby*
Hecho, mándame tu dirección y te regalo unos peucos de lana hechos por mí...
EliminarGracias, ha sido muy interesante trabajar con Mónica.
Un beso grande y un chocolate bien calentito, sopla!
De alguna manera hallaba paz en ese enfrentarse a la oscuridad del agua donde no era capaz de verse realmente. Doloroso relato de intransigencia y desprecio. Un excelente acercamiento a la noche ... Un beso
ResponderEliminarHay mucha nocturnidad en los espíritus de demasiadas personas, unas porque escuchan las risas a sus espaldas cuando van a pedir ayuda alimentaria, otros porque son orientales, otros por ser estéticamente no estereotipados, por panzones, calvos, miopes, cojos, tuertos... parece que buscamos un motivo para ensañarnos.
EliminarUn abrazo, compañera.
Magnífico relato habeis realizado entre las dos, grandes escritoras y mejores personas. La noche está presente en muchos de nosotros, la fealdad, la pobreza, la minusvalía, el color de la piel, tantas cosas son las que nos hacen vulnerables y frágiles, instalarnos en la noche ante la crueldad de nuestros semejantes. Y no, no se las lleva el agua porque seguirá reflejada y expuesta en la corriente nuestra debilidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias, Pepe. Así es, cuando vuelva a las luces de la ciudad, volverá su terrible sentido de vergüenza que los demás se empeñan en provocarle. No todas las personas son fuertes...
EliminarUn abrazo a los dos con mucho cariño.
Qué triste sentirse despreciado por las demás personas hasta el punto de no querer ver tu propio reflejo. Habéis hecho un magnífico relato a dos y la verdad es que os ha quedado fenomenal!
ResponderEliminarY esta vez me voy a tomar tu cafelito aunque no duerma porque me encanta el camarero!
Un beso
Muy triste, nosotros lo hemos vivido con los peques, y duele mucho.
EliminarGracias, me alegra que te gustase, fue una experiencia muy interesante.
Es camarero te sirve el café a tu gusto, hasta descafeinado piu, piu, piu... :)))
Beso, amiga Charo.
Que fácil es discriminar al otro. Esta es la sociedad que hemos estado creando; pero, debemos creer que tenemos la capacidad de hacer otra mucho más tolerante y justa.
ResponderEliminarMuy buen texto.
Saludos.
Parece que bajando al otro hasta que ya no hay más abajo, el otro se siente alguien... El humano es el ser más cruel de la creación.
EliminarUn abrazo y muchas gracias. Cafelito?
Te recomiendo un video muy interesante sobre el tema:
Eliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=SrfJAjm4bsI
Ese deambular cabizbajo, huyendo de luces y ruidos y encontrándose en el reflejo del agua del río que se te lleva a no se sabe dónde... Ese, me ha calado. Y no pienso secarme en mucho tiempo.
ResponderEliminarBesos
Gracias, me ha gustado que el texto te salpicase de sentimientos.
EliminarUn beso de los cuatro.
ResponderEliminarSensible, emotivo, bien calibrado y una combinación de habilidades literarias para sacarse el sombrero . Te saludo y me lo quito, aplausos mediante para las dos.
besos
Gracias, Vívian. Las dos recibimos tu aplauso y tu cariño.
EliminarBeso gordo de cuatro.
Sencillamente precioso. Un relato que deja al descubierto lo mejor de cada una de quienes lo escriben.
ResponderEliminarCreo que merece un lugar entre los mejores cuentos que he leído.
Besos, esta semana a los cinco, especiales a las dos.