Maestro de Housebook, Aristóteles y Filis (h.1485)
Aquí de nuevo vengo con el maestro, Aristóteles. En muchos de sus escritos se proclamó misógino, apoyando que las relaciones entre hombres eran muy útiles socialmente, sobre todo en lugares en los que había superpoblación; pero con ello, había que evitar las relaciones entre iguales por costumbre, no así las que se sentían de forma natural. La mujer, dotada de una razón menor e imperfecta, es peligrosa al ser incapaz de controlar su parte concupiscible y "la libertad concedida a las mujeres es dañina tanto para la constitución como para la felicidad del estado".
Bueno, así, este gran pensador de su época, lo digo sin ironía, que dedicó tanto esfuerzo a catalogarnos, cayó en el siglo XIII en una de las leyendas que le hacen caer del burro, mejor dicho, hacer de caballo... a una mujer...
Os cuento...
Dice la leyenda escrita en un lay*, que Aristóteles acompañaba a Alejando el Grande a uno de sus largos viajes. Alejandro llevaba consigo a Filis, una hetera, y el maestro le recriminaba que ella disminuía su atención para con sus tareas político-conquistadoras. Ella escuchó la conversación y se puso cautivadora en el jardín cercano al de Aristóteles. Cantó, bailó, le sedujo y le prometió unirse a él y dejar a Alejandro si le permitía cavalgarle... Alejandro les ve y se enfada con su maestro, pero éste, de rápida respuesta le respondió que si un viejo cae en manos de Eros tan fácilmente, qué le puede pasar a un joven...
Y así fue que hizo furor el cuento, las ilustraciones y las versiones aumentaron, sobre todo en época medieval, como muestran las vestiduras.
Jan Sadeler, a partir de Bartholomäus Spranger, Aristóteles y Filis (h.1587-1593)
Maestro M.Z. (Matthäus Zaisinger), Aristóteles y Filis (Alemania, h.1490-1500)
Aristóteles y Filis, Salterio Macclesfield (Inglaterra, h.1330)
Hans Baldung Grien, Aristóteles y Filis (1513)
Lucas Cranach el Viejo, Aristóteles y Filis (1530)
Esta es la talla en una ménsula pétrea del XIV que está en el Museo de Historia de Valencia, a la izquierda del todo Alejandro espiando.
¿Y éste con Filis y Aristóteles criollos, del mejicano Daniel Lezama, qué os parece?
* Un lay es un cuento cortito, cómico, erótico y burlesco. Uno de los mejores en este tema es lai d’aristote, una historia cómica y obscena sobre el filósofo que gozará de cierta fortuna en el imaginario occidental, de Henri d'Andeli, un clérigo y escritor francés de inicios del siglo XIII.
Cafelito...
¡Vaya con el maestro!
ResponderEliminarAlguien le quería desprestigiar...
EliminarCada día (mas o menos) nos sorprendes con una curiosidad y como siempre, eso sí, nos enseñas algo y nos haces disfrutar de un trozo de la historia.
ResponderEliminarY pensar que Aristóteles fue maestro de Alejandro Magno, seguro que esa enseñanza se la saltaría, jajaja
Un beso. Y como siempre me gusta tu estilo.
Gracias, Oskar. Siempre pensé que esta anécdota la escribió alguien religioso cuando se cansó de retocar sus textos para darle el discurso eclesiástico que se manipulaba en los monasterios... Digo yo, al igual que pienso que su cuarto libro, del que hablan en el Nombre de la Rosa, se lo adjudicaron a Teofrasto, su heredero, por ser poco "propio" de él.
EliminarUn besito, tu café y un montón de gracias de nuevo.
Ufa. Dos veces se me cortó la conexión y una tercera apreté algo erroneo.
ResponderEliminarLas tres veces anteriores planteé que coincidía con el comentario anterior, que Alejandro había omitido esa enseñanza tan misogina. Y agregué eso lo hacía magno.
Insisto en que algunas ilustraciones no la favorecen a Filis. Ni a las heteras, que eran muy interesantes. Aunque la historia haya sido ficticia, es verosimil. Tal vez Aristoteles le temía a sus emociones.
Mencioné también a Olimpia, madre de Alejandro. Filipo la repudió por otra mujer. Olimpia sospechó que la otra había usado magia y la hizo comparecer ante ella. Pero al verla joven y atractiva la declaró inocente, con la idea de que la seducción había sido con su juventud y belleza, no con magia.
Espero que no falle la conexión.
Era un tema medieval muy recurrente y la verdadera leyenda es india, por eso puse el último, aunque no se corresponda con la época. La dominación de la mujer sobre el hombre se impuso con furor. Incluso, si te fijas, verás que, al igual que Alejandro les vió juguetenado, uno de los personajes, en todos los cuadres, mira al espectador haciéndole cómplice.
EliminarNOooo, no te falló la conexión!
Este Aristóteles sería muy listo, pero un gilipollas total: eso es lo que le hacía falta, que una buena hembra le pegara una cabalgada y lo dejase más seco que la mojama. Me gusta sobre todo la última imagen, la de la barrigona, y el cepillo; que bueno.
ResponderEliminarBesos y cafelét Censu.
Pues si metemos en un paquete a todos los misóginos y los mandásemos a la luna, el planeta iba a ir de lujo ¡¡¡Ostras, tú, todo el Vaticano y sus "oculteces" abiertas a los investigadores!!!!! UUuuuuh, qué emocionante :)))
EliminarBeset, templat.
Los hombres lo son aunque se llamen Aristoteles. Me preparo el café
ResponderEliminarComo la mona y su vestidito de seda :)))
EliminarGracias, hoy estaba holgazana.
Caray con Aristóteles...Pienso, que en el fondo temía a las mujeres, porque no sabía controlar su instinto...Es la historia de siempre, a la inteligencia femenina la han querido dominar por la fuerza, pero no han podido...(sonrío)y al final...vemos las imagenes que nos muestras, prueba de ello.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tus originales posts, Verónica.
M.Jesús
Las imágenes son del XV y XVI, y fue Jacques de Vitry el que tomó la leyenda india y la reconvirtió. Sería curioso hablat con él y preguntarle, verdad?
EliminarMuchas gracias, un beso bien grande.
Aparte del amigo Aristóteles, que si resucitara en estos tiempos se volvería a morir, hay que decir, `ña Censu, que los artistas parecen regodearse con el cuentito…¡Cada uno le agregó algo de su propia cosecha! Ergo, la concupiscencia de marras, parece que también era difícil de controlar para estos intérpretes!
ResponderEliminarMuy simpático artículo y desde ya, nos quedamos con esa “lay”, interesante palabra que en inglés es acostarse, tumbar y entre otros significados “lay brother” es un beato…:)
Abrazo con cafelito guapa!
MIra, no conocía ese significado ni su uso, qué interesante.
EliminarGracias, Susana, pienso que tal vez los rostros eran auténticos y se usó la leyenda para criticar a los calzonazos ¿Cómo lo ves?
Un beso y muchas gracias por venir. MUAC.
SIEMPRE TUS POST, FULLL DE INTERESANTES.
ResponderEliminarUN ABRAZO
Super interesante, como siempre.
ResponderEliminar=)
Buenos días, censurasigloXXI:
ResponderEliminarDesconocía este lay, bueno en realidad no sabía lo que es un “lay” hasta leer tu explicación. Tu contextualización de la figura del filósofo y de su pensamiento, es tan respetuosa en el planteamiento como clara en tu posicionamiento.
Por desgracia, con mayor o menor frecuencia, somos muchos los que, desde la soberbia, desaconsejamos a los demás que hagan aquello que nos ven hacer a nosotros, ya que les falta nuestra madurez emocional, capacidad intelectual o vigor físico no ya para acometerlo, simplemente para intentar comprenderlo.
Obviamente, cuando la discriminación se debe a una categoría tan mudable como la edad o el sexo, somos legión los que nos sentimos fuertes despreciando al débil o al diferente. Reconozco que algunos de mis juicios son en realidad prejuicios basados en estereotipos.
Lo bueno de leer textos tan claros como el tuyo, es que me ayudan a ver mi comportamiento ocasional como algo tan ridículo como el Aristóteles que reflejan las imágenes.
El café de hoy tendrá aroma reflexivo.
Gracias, censurasigloXXI,
Pues es cierto, debo reconocer que me he formado, como todos, en la cultura del prejuicio, muchas veces me djo guiar por el instinto y generalmente no me falla; aunque la ingenuidad me juega malas pasadas porque confío demasiado en la gente. También he de decir que no olvido, no soy rencorosa pero no olvido, ni lo bueno ni lo malo, suelo ser objetiva hasta favoreciendo al enemigo si lo merece...
EliminarLos textos de los clásicos nos enseñan lo poco que el género humano ha cambiado, de escribir en tablillas de barro a mandar un "uasap" hay mucha distancia, pero la mente humana se quedó ahí, estacionada...
Un abrazo, Nino, tu cafelito. Gracias a ti por estos comentarios. Muchas garcias.
Supongo que la lección es que todos tenemos un precio y que se puede ser inteligente y necio a partes iguales. Siempre agradecido a tus sabias enseñanzas.
ResponderEliminarBesets amb aroma de cafe.
Si viese la escenita que le montaron, al pobre, se caería de espaldas...
EliminarPero las personas somos así, una de cal y otra de arena, inteligentes y necios... ¿Cómo puede un científico, un médico, un biólogo, un geólogo...ser religioso?
2 besets i dos cafenets.
Entre que a los hombres nos fabricaron con algun defecto, que nos lleva siempre a lo mismo, y que las mujeres sois malísimas, esta vida es una bendita bendicion...
ResponderEliminar(Aunque al filósofo lo vistan de seda, hombre se queda...)
Un abrazote, amiga...
Los hombres se han confiado y las mujeres aprendieron a sobrevivir en las sombras... :))
EliminarUn abrazo, amigo mío, ya es viernes ¡¡¡Bieeeeen!!!
Voy volviendo, lentamente...
ResponderEliminarEste lay debe considerarse todo un esfuerzo revolucionario, a mi entender.
Como muchas otras historias, casi siempre más en el mito que en la crónica, dejan entrever que por algún lado hubo grietas de descontento en la posición tan "naturalmente" machista griega.
A mí no me gustan demasiado las referencias al machismo, quizás porque es una referencia a lo obvio. Sí, me gusta atisbar aquellos espacios en los que sin decirlo a bocajarro se reconoce (o aunque solamente sea "intuye") la dignidad igual de la mujer.
Bello relato, mi cafelitera Censu.
Besos
¿Acaso algún griego de los clásicos no eran misógino? ¿No lo tienen inscripto en su adn?
ResponderEliminarSaludos
J.