Y así esperé de nuevo aquella noche de tormenta. Me acomodé dentro del ordenador mientras aprovechaba el calorcito que emanaba todavía del motor.
Tenía una gran curiosidad en saber si en esta ocasión de darían cuenta, porque si volvía a ocurrir lo mismo que las otras dos veces pasadas en las que nadie se había asombrado ¡Caray, con la de cosas de la casa que cambié de lugar! tendré que mudarme.
Eran brillantes las buenas energías de esta casa...
Me gustan las buenas energías porque de ellas me alimento, de ellas vivo, de ellas sonrío y con ellas me divierto.
En mi naturaleza está el buscar el mejor hogar. Un hogar en el que únicamente reinen las buenas intenciones y ÉSTE es mi hogar favorito. ¡Ya he hecho todo lo posible! ¡Les he movido y escondido y perdido cosas pequeñas y grandes, y les he enchufado y desenchufado todo lo posible a cualquier hora del día y la noche, ¡He hecho decenas de travesuras!, pero si no se dan cuenta... ¿cómo van a saber que estoy aquí?
No podía imaginar el duende que el ordenador quedaba encendido hasta tarde para que guardase el calor en su motor, que sus risitas traviesas ya habían sido escuchadas, y que su aromático calcetín nasal siempre estaba límpio porque alguien se lo quitaba con sumo cuidadito mientras dormía y lo frotaba con un dulce jabón de olor...
Despertó el duende por la mañana y ¡¡Oh, sorpresa!!!...
Una pequeña montaña de regalos de su tamaño esperaban junto al ratón.
¡Sí, si se habían dado cuenta! ¡Ese seguiría siendo su hogar!
FELICES FIESTAS,
muchas gracias,
buen café,
y mi cariño...
Emotivo, Censura, mañana se lo contaré a mis nietos. Les hablaré del mío, también.
ResponderEliminarGracias y FELIZ AÑO NUEVO y, ah, el café está excelente, miles de cafeteras gracias.
Muy tierna historia!...ese duende sabrá entonces que sí se nota su presencia y se lo quiere, aunque haga travesuras
ResponderEliminar=)
Besotes y Feliz año!
Todos los duendes son queridos, ese en particular se debe sentir contento. Vivir dentro de tu cuento es vivir en un lugar mágico. Gracias por contárnoslo, Saltos y brincos
ResponderEliminarGracias por este bonito cuento. Felices Fiestas y un Feliz 2015.
ResponderEliminarCafelito y mazapán.
Besos para repartir.
Un bonito cuento y si me apuras real.
ResponderEliminarGracias Censu, te echaba de menos.
Precioso :))
ResponderEliminarEste cuento es muy bonito y tierno !!1 Felices fiestas tambien y Feliz ei 1015 con tu familio !!Besitos !!!
ResponderEliminarFelicidades Compi!
ResponderEliminarAbrazos fraternaes x 4 y que el 2015 llegue cargadito de felicidad.
Chin chin.
Me gustó. Parece que las travesuras del duende ayudan a tus actividades en la blogosfera. Sí es así, feliz año nuevo al duende, también para vos.
ResponderEliminarBuenas tardes, Verónica:
ResponderEliminarTe imagino acompañada de duendes traviesos que holgazanean acurrucados al calor de la buena energía que desprendéis tú y los tuyos.
Me ha gustado mucho tu cuento y cómo lo cuentas. Me gusta cómo escribes, no hago de ello secreto, hasta el punto de que, de estar escrito por ti, lograrías que releyera la totalidad del manual de instrucciones de uso de cualquier electrodoméstico caído en desuso.
Me llama la atención tu estilo claro y sintético, la naturalidad con la que transmites sensaciones y la gracia con la que narras las historias. Agradezco tu generosidad a la hora de compartir tus conocimientos y la sencillez con la que explicas conceptos. Pero, ante todo, me atrapa tu imaginación, que es capaz de narrar hechos históricos como si los estuvieras viviendo por primera vez o de incluir lo mágico en lo cotidiano: por ejemplo este cuento, donde no recurres a ambientaciones fantásticas ni a situaciones épicas, transcurre entre objetos cotidianos y cuentas algo tan humano como la búsqueda de cariño.
Gracias por cómo tratas a las palabras y a quienes te las leemos, Verónica.
Os deseo felicidad, pereza y pasión en este año que ya casi empieza.
Un cálido abrazo.
hola, es la primera vez que comento en tu blog.
ResponderEliminarMe ha encantado en cuento, y ¿sabes una cosa? en mi casa hay un duende, que se encarga de esconderme lo que busco, de encontrarme lo que no quiero y, a veces, me susurra versos.
Un cuento precioso.
una lluvia de besos
Qué dulce y tierno cuento! Me encantó el final feliz, y esa inocencia que emana de tus letras.
ResponderEliminarGracias por tus deseos, muy feliz año 2015 para vos!
Un beso enorme.
Felices fiestas y mis mejores deseos para el 2015.
ResponderEliminarUn beso y te dejo un café :)
Feliz año, amiga... Que seamos felices en este nuevo año que comienza y que el café de la amistad no nos falte
ResponderEliminarUn abrazo
JEJEJEJEJE UN TEXTO MUY DIVERTIDO.
ResponderEliminarABRAZOS
¿Será el mismo duende que me esconde los peines cada mañana...?
ResponderEliminarSé que me parezco a Tim Burton, pero tampoco para evidenciarlo tanto...
Saludos
J.
¿Cómo es que se me había escapado este precioso cuento de Navidad?. Deberías prodigarte más en este tipo de historias porque las bordas. Imaginativa, tierna, mágica. Así me ha parecido.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Un duendecillo travieso en busca de cariño, que de tanto buscarlo lo encuentra. Precioso cuento Verónica, lo cuentas de tal forma que se ve y se vive.
ResponderEliminarUn abrazo.
paso después de mucho (casi por recomendación de Nino que nos nombra en su blog) y veo que hace bastante que no escribís... vamos!!!!
ResponderEliminartodos los cafés que quieras para vos entonces....
Hola preciosa, entré en mi blog, para ir al de cocina, mi hijo me pide dos recetas, y creo que está allí, pero me he tropezado con este cuento, y no he podido seguir bajando a buscar mi otro blog, Lo he leído despacito, disfrutando cada palabra, me encanta, y aquí estoy para decírtelo, y de paso darte las gracias por tus comentarios, pese a estar alejada. Hay días que me animo a volver, y al siguiente, se me quitan las ganas. Han pasado muchas cosas en estos dos años, tampoco quiero cansarles contando todo, pero en realidad, mi blog era eso, contar lo que me había pasado, alegre. o triste, contar recuerdos, en fin, que aunque ande por el otro lado, no es lo mismo, extraño, y añoro andar por aquí. Este año ni siquiera puse la foto de Neo, eso sí, me comuniqué con ella por correos, el que contara conmigo, me llegó al alma. A ver si ahora, que dentro de lo que cabe, hay un poco de calma, me paso con más frecuencia. Un beso grande con aroma de buen café.
ResponderEliminar