Hace bastantes meses, recuerdo haber comentado con Nino sobre perder, tener o mantener la esperanza. Él decía que sí, que sin ella no vivimos y yo que no es necesaria por ser absurda, dañina e inútil, pero no lograba expresar con exactitud qué quería decir. Tras algunos comentarios en ambos blogs, creo, hoy he escuchado la clave en un documental coreano en el que, con pocas palabras, se decía lo que exactamente quise yo decir. Ahí va:
Cuando nos deshacemos de la esperanza es cuando encontramos el coraje...
Un cafelito para mañana lunes...
Pero ese coraje no existiría si no se basara en la posibilidad de alcanzar una meta, o sea, en la esperanza de llegar a un sitio.
ResponderEliminar=)
Sí, es un tema complejo. Albergar esperanza, sentir optimismo, tener confianza... No son conceptos en los que creo ni deseo creer, tal vez porque son como la niebla. Son nuestras capacidades las que nos dan el coraje en las actuaciones, teniendo en cuenta decenas de variables internas y externas o, lo que es lo mismo, asumiendo la realidad, no necesitamos ni optimismos ni esperanzas, sino que debemos permanecer en el centro de la balanza desequilibrándonos lo menos posible en nuestro interior.
ResponderEliminarBueno, es una opinión nada más.
MUACS
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ResponderEliminarMi querida Verónica:
ResponderEliminarAntes de seguir escribiendo, debo darte las GRACIAS y reconocer que el tuyo es un regalo que me da esperanza. Por favor, no me consideres desconsiderado, sí terco y quizá iluso, al reafirmar mi creencia en la “esperanza”.
Creo en la “esperanza” por egoísmo, para fabularme algo que le dé sentido a seguir vivo. También lo hago por curiosidad y por llevar la contraria a los que me auguraron un mal final. Aquí sigo, loco por incordiar y por disfrutar; y espero/confío/deseo seguir estándolo y sintiéndolo por mucho tiempo.
Creo en la “esperanza” por inocencia, ya que mi refugio frente a la hostilidad de la cordura es confiar que la vida es un mal sueño y mis ensueños son la realidad. Espero despertarme algún día en un mundo de iguales en derechos y diferentes en sentimientos.
Creo en la “esperanza” por capricho, para exorcizar al mal bicho del determinismo social.
Creo en la “esperanza” pues la casualidad se empeña en dejarme pruebas de su existencia: no por casual es muy esperanzador el haberte conocido y sentir tu aprecio, disfrutar de tu camaradería y sentirte cerca, allí en tu sitio y yo en el mío.
Me has hecho sentir tan contento que no puedo seguir escribiendo, Verónica.
Os deseo lo mejor, ahora y siempre.
Que imagen tan bella y tierna... Bellisima entrada, amiga
ResponderEliminarUn abrazo, y el deseo de unos días felices
Gracias, amigo. Felices y provechosos días para ti y los tuyos. Un abrazo.
EliminarBella y singular frase. En el salvaje mundo profesional en el que viví, a eso le llamábamos opción B.
ResponderEliminarFeliz noche.
Ah, con perdón por ser un ladrón virtual ... esa imagen ... tengo que robártela.
ResponderEliminarRoba, roba, estás en tu casa. Yo siempre la tengo como opción A, a la otra la mantengo alejada, me deprime...
EliminarFelices días.
Me ha gustado esa frase, pese a su complejidad.
ResponderEliminarUn beso para Nino y otro para ti.
Gracias, Tracy, por ambas cosas. Feliz día.
EliminarFelices Fiestas Compi!
ResponderEliminarNo importa la distancia que nos separe lo importante es el Cielo que no une.
Besos y Abrazos x 4 !!!!
Oooooh, una grata sorpresa este comentario. Es cierto, amiga querida. No me afectan ni el espacio ni el tiempo con las personas que estimo. Soy de una fidelidad inquebrantable con quienes quiero. Gracias por esos cariños.
EliminarEspero que estos días y todos los demás del año entrante traigan mucho conocimiento a tu mente y mucha calma a tu espíritu. Un beso de cada uno de nosotros.