A bordo del bosque y a trino de pájaro navegué durante tantos años.
Sujétate fuerte naturaleza terrena, zarparemos calmos de nuevo.
Cerraron el astillero de desguace y el barco guerrero, reliquia de la Segunda guerra mundial, quedó abandonado en la bahía. En su centenario casco oxidado se acomodó una frondosa vegetación durante cuarenta años creciendo. En el SS Ayrfield viven en armonía varias especies de animales.
Hoy no hay café...
Y bien bonito que es; como se enteré alguno del PP, se adueña de él.
ResponderEliminarNada, nada, sino hay café casi que mejor. Las hierbas y tés son más sanos.
Besos.
El barco fue incautado por la naturaleza. Breve e interesante.
ResponderEliminarUn abrazo.
No conocia la historia de este barco. Original y armonioso. los pájaros estarán como en el paraiso.
ResponderEliminarGracias por la Ensalada. La he aliñado con aceite del nuevo y me ha sabido a gloria.
Es muy bonito que a la naturaleza le llegue alguna vez la hora de viajar.
ResponderEliminarTe agradezco que hayas picado mi curiosidad hacia ese barco. He entrado a curiosear y me ha cautivado su característica de bosque flotante donde viven varias especies animales. Siempre nos ilustras en tus escritos.
ResponderEliminarYa te he enlazado, aunque se te olvidó comunicarme tu participación.
Un fuerte abrazo.
La naturaleza es inteligente y convierte en belleza lo que toca, le ha dado una nueva vida al barco. Saltibrincos
ResponderEliminarTal vez la imagen de una nave abandonada como registro de un pasado que nunca volverá sea la muestra más precisa de lo que tanto nos inquieta...el paso del tiempo con sus irreparables consecuencias.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
En este caso, es la Naturaleza la que ha decidido intervenir
Eliminar=)
Me parece una imagen preciosa y su historia también...
ResponderEliminarBesines...
Gracias, H...
EliminarFue divertido buscarla.
Beso.
Bonita la imagen y no son necesarias más palabras. Es como si la vida diera una bofetada a algo tan frío como el cascarón de un barco. Lo que una vez fue para sangre hoy es para vida.
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Hola, asterisco. Yo creo que la bofetada debería dárnosla a los humanos, que no pensamos en nada bueno :))
EliminarUn beso, gracias y cafelito.
Una bella estampa sin duda alguna. Lo más impresionante es toda la flora que a crecido de forma proporcionada por lo que deduce que lleva varios años existiendo así. Está bien sino hay cafecito. Será la próxima.
ResponderEliminarBesos
Hola, Yessy, sí, parece que lleva más de cuarenta años el proceso de la flora en ese barco.
EliminarHay imágenes que impresionan, sobre todo las del barco en la puesta de sol.
Un beso, compi.
Qué bonito! voy a buscar más información, que como a Pepe la curiosidad me puede.
ResponderEliminarBesos.
Ya verás que fotos más chulas.
EliminarUn besito.
La naturaleza en su esplendor, preciosa imagen y precioso escrito. Besos.
ResponderEliminarLa naturaleza en su esplendor, preciosa imagen y precioso escrito. Besos.
ResponderEliminarGracias, Molinera. Si dejásemos tranquila a la Naturaleza nos iría mejor a los brutos de los humanos.
EliminarUn beso, compi.
Se ha unido a la naturaleza, ese era su final.
ResponderEliminarUn abrazo
Ella ganó la guerra por las buenas, no aprendemos, Carmen.
EliminarAbrazos.
Todo un símbolo... algo que se creó para la guerra y la muerte, hoy está lleno de vida.
ResponderEliminarUn beso.
La Madre Natura es muy sabia y nosotros muy lerdos :))
EliminarCafelito y beso.
Gracias, chicos, cuánta gente ha venido a verme, estoy feliz.
ResponderEliminarOs leo a todos, leo y leo y muchas veces no me siento satisfecha y vuelvo a leeros con más profundidad.
No, nooo, no soy pelota, es verdad de la buena. Aportáis riqueza a mi imaginación, gracias de nuevo. Un beso y vuestro cafelito siempre a punto.
Qué alegría que aquel barco acabara siendo un auténtico Arca de Noé.
ResponderEliminarUn beso
Todavía me estoy riendo después de pasar por tu blog :))
EliminarPreciosa foto y preciosa historia...la naturaleza siempre tan sabia!
ResponderEliminarUn beso
El viaje de nacer, crecer y posiblemente morir, sin cruzar el río. A veces la vida está en tres metros cuadrados.
ResponderEliminarBesos