Este jueves: "La ducha de las cinco..." Y PREMIOOOO...

Dividían los helenos los días en diez partes que iban desde la aurora hasta la puesta del sol, cada una tenía su nombre y, entre todas, sumaban unas 12 horas...

1- Avguí o Aurora

2- Anatolí o aparición del sol

3- Musea o la hora de las musas, las enseñanzas, escuelas y estudios

4- Yimnasia o el momento de los ejercicios físicos

5- Nimfe u hora de las Náyades, espacio de baño y acicale

6- Mesembria o mediodía

7- Spondí o la hora de las libaciones

8- Lití o la hora de dar gracias a la divinidad

9- Actí y Kípris o la hora de regocijarse y comer

10- Dísis o la hora del ocaso

Las horas de la noche se dividían en cuatro periodos de tres porciones largas en invierno y tres cuatro periodos de tres porciones cortas en verano y sumaban, al igual que las anteriores, unas 12 horas.

Pero como vamos de cincos y de obligaciones y cálculos ya tenemos bastante, vamos a ver quieres eran esas Náyades y por qué se les dedicó el espacio de tiempo entre los ejercicios físicos y las libaciones, esa ceremonia en la que se ofrecía, vertiéndola en el suelo y a veces rompiendo la vasija, un líquido a una divinidad y que podía ser vino aguado o puro, leche, miel, aceite o agua.

Las Náyades eran pequeñas divinidades, féminas inmortales, de agua dulce que, siendo menores de edad fueron invitadas a asistir a las asambleas divinas del monte Olimpo ¡Gran honor codearse con los Grandes Dioses!

También de cinco formas se clasifican, según su dominio y hábitat, las de los manantiales, las de las fuentes, las de los arroyos y ríos, las de los lagos y estanques y las de los pantanos y lugares húmedos. Mitológicamente teníana una diferente responsabilidad según se tratase de niñas o de niños, eran protectoras de niñas y doncellas, y sanadoras de niños y jóvenes. 
Cuentan que solían casarse con reyes locales y formaban con ellos largas estirpes; además, eran excelentes bailarinas, porque con ellas danzando y Apolo mirando desde la otra cara, se acuñaron hasta monedas.

 

Quien tenía una fuente cuyas aguas estaban dotadas de alguna propiedad, erigía inmediatamente un santuario al lado del manantial y convertía el lugar en un sitio de culto, lo cual le suponía unos suculentos ingresos. Así ocurrió en el río Érquina, en el que la náyade Érquina habitaba y en cuya fuente bebían y se aseaban quienes solicitaban profecías o sanación en el Oráculo de Trofonio (previo pago). Otro día os hablo de Trofonio que es muy chula su historia... 

Aunque la única vinculación que haya entre el nombre de la hora y el baño sea la del medio acuático ¿No es más poético disfrutar de la hora de las Náyades que decir "voy a darme una ducha"? A ver si no...

Más V de lagartos, retrasos, en puntos, medias y menos cuartos en Juan Carlos.

PREMIO

Ahora llega el momento de agradecer un premio, aunque siempre me parezca no merecido y me sorprenda grandemente.

Gracias, Gaby, por el premio y por tus palabras

Estos bien recibidos siempre premios tienen una serie de normas, pero ya me conocéis…

1-      Debo premiar a otros blogomigos: El premio, y no me escaqueo de mis responsabilidades, es para todos los que están visitando este humilde blog casi recién estrenado y que va tomando forma y personalidad muy poco a poco.

2-      y 3- No le devuelvo el premio a quien me lo ha otorgado porque estaría muy feo y es mío para siempre jamás y los regalos no se devuelven; pero sí que ofrezco de corazón un obsequio de mi estilo a Gaby como marcan los cánones premiadores. Se trata de una frase de agradecimiento de Baltasar Gracián que me dio la explicación de por qué cerré el anterior blog. Ahí va: “Triste cosa es no tener amigos, pero más triste debe ser no tener enemigos, porque quien enemigos no tenga, señal de que no tiene: ni talento que haga sombra, ni valor que le teman, ni honra que le murmuren, ni bienes que le codicien, ni cosa buena que le envidien.”

4-      Anotar el último comentario  que, la verdad, es original porque muy humorísticamente me pide cuentas y reclama, nuestro amigo OJO, que repare los errores de un cómico juego en el que casi todos, yo la primera, caímos:

“A mi cochambroso me suena a un lugar mugriento y desordenado. Tan lejos no estuve.

Beso

PD: Las soluciones a las palabras están todas erradas. A ver si puede arreglarse.”

5-      Debo deciros tres cosas -y especifica cosas, ni lugares ni personas- que me gustan y tres cosas que no me gustan. Vale. Me gusta el mar, el café y los relojes, los coches y las zapatillas de deporte bien cantaores. No me gusta ni la ropa roja, ni los tacones ni el rape.