No era todavía el año 1000, época conocida por el dominio de la pornocracia que duró unos 25 años, cuando Octaviano, con 18 años, fue elegido Papa tomando el nombre de Juan XII.
Cuando el rey de Italia trató de conquistar territorios de la iglesia, Juan XII le dijo a Otón I, el que está en la imagen concordando con él, que le daría la corona de Italia -como si fuera suya- si impedía que Berengario, el rey italiano, avanzase en su conquista. Todo esto de las tierras ya le venía de familia, si os pica la curiosidad leed sobre la biografía de su astuta abuela, la "noble" y noble Mazoria.
Nooooo, no os voy a dar una lección de Historia... solamente os diré que lo que os cuento se encuentra entre documentación y rumores.
Juan consiguió lo que quería, que Otón confirmase que las tierras eran y serían siempre de la iglesia, y Otón fue coronado emperador del flamante Sacro Imperio Romano Germánico, cuyo centro neurálgico estaría en Roma.
Cuando Juan decide que ya no le es útil, es más, se está convirtiendo en un incordio porque lleva la tarea imperial debidamente, se alía con otros para echar a Otón de la capital.
Otón se mosquea y comienza a contar la vida de Juan XII, que sería llamado desde entonces "El Fornicario"... Organiza a sus soldados y echa a Juan de Italia que se lleva con él todas las riquezas de la iglesia en carros cubiertos.
Además de ladrón, Juan XII era ludópata, organizaba reuniones a lo grande con prostitutas, eunucos y esclavos infantes, a todo se ayuntaba, celebraba orgías, violaciones e incestos organizados con su madre, hermanas y sobrina. Todavía sobreviven unos escritos a modo de panfleto, en los que se advertía a las mozas que no fueran a la iglesia de San Laureano, lugar en el que "trabajaba" afanosa y primorosamente el amigo Juan.
Además, era inculto, no hablaba latín, brindaba por satanás y blasfemaba como un bellaco, cortó orejas, narices y testículos. Tenía más de 2000 caballos a los que alimentaba con higos mojados en vino y almendras.
Transcurría la noche del 14 de mayo de 964, cuano Juan es asesinado, mientras ejercía de fornicario, a golpe de martillo por el marido celoso.
Feliz día, amigos...
Me encanta cuando pones miniaturas. En seguida me fijo en qué prendas llevan los personajes.
ResponderEliminarGracias por esta píldora, que cierta o no, llena de morbo la Historia.
Café con mucha paz.
Pues no había pensado en ello, procuraré esmerarme en las miniaturas que busco. Gracias por venir, cafelito.
EliminarUna joyita el hombre...!
ResponderEliminarNo sé por qué, pero siempre las mejores joyas están en la iglesia...
Sigo apuntado a tus clases de historia.
Abrazos.
Bueno, del año mil o del dos mil trece, ejem, ejem... pocas diferencias. Siempre hay un Otón que los denuncia, afortunadamente :))
EliminarUn abrazo y buena tarde.
De seguro no ha de haber sido el único, el tal Juan, el que acumulara en su persona tantas características tan llamativas sobre su persona.
ResponderEliminarNi será, tampoco, el único caso vinculado a esa ciudad.
Saludos
J.
Ya sabemos algunos que cuando hay raso de por medio...
EliminarBueno, en esa ciudad o en la que habite uno de ellos.
Un saludo y tu café.
¿Qué quieres que te diga? Me cae bien el jovencito fornicador Juanito. Me cae mal el Otón, se repartieron el pastel y aluego, por quítame esas posesiones le da por criticón con aires de censor, !envidia cochina! ¿Acaso no hacían todos lo mismo? A su edad el papito y con el poder en las manitas infalibles y divinas, hizo lo esperado. Antes y después, ahora, le cópian o le copiaron, a estas alturas, no vamos a escandalizarnos por cuatro narices capadas. Por cierto, bruto a topes el marido cornudo martillo en mano, aiiinnnns, cómo eran.
ResponderEliminarPetoooooooooooooo i, !oído micro! cafelet amb ouroxiño i turró nadalenc.
Ni papa ni rey ni hombre de capa es de mi agrado... Divinas, nobles o coronadas, amiga, todos tienen los mismos andares, salvo excepciones, claro... porque yo soy divina, honesta y reina de mi casa y soy un primor, jajajaja!
EliminarAh, torrons, ja venen ja... Arriba el michelín :)))
Beset, companya.
Oruxiño tamén para min.
ResponderEliminarPues pago yo esta ronda, chicas...
EliminarVaya regalito, mi tocayo. ¿se sabe, rastreando el árbol genealógico, de algún parentesco con Berlusconi?
ResponderEliminarUn abrazo y el café calentito, por favor:
No, su pariente más actual se llama Berlusjoytero... :(
EliminarUno que da por saco a todo bicho viviente que encuentra por el camino.
Calentito, calentito...
A Dios rogando y con el rabo (con perdón) dando.
ResponderEliminarUn abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Jajajaaa, muy buena esa, no la sabía!
EliminarUn abrazo, Mos, tu cafelito! Gracias por volver!
Pense que ibas a escribir sobre Alejandro VI, también conocido como Rodrigo de Borja, padre de Lucrecia y Cesar Borgia.
ResponderEliminarOtro día se lo dedico en tu honor!
EliminarParece que hay mucho sobre lo que deben pedir perdón los muchachos!
ResponderEliminarSiempre aprendo cuando paso por aquí!
:D
Oooopaaaa, qué sorpresa!!!
EliminarY muchas piadosas sobrinitas que les acompañaron a lo largo de los tiempos... :)))
Gracias. Beso, me alegra volverte a ver rondando!
No conocía esta historia, curiosa como pocas, pero tanto se ha ocultado en los altares... Me ha encantado leerte contigo siempre aprendo algo nuevo para mi... Y con café, sabe a historia.
ResponderEliminarEs que las intrigas palaciegas, amiga mía, dan para mucho cotilleo :)))
EliminarBeso y cafelito bien, pero que bien caliente... Brrrrr....