En tiempos medievales era habitual que las uniones entre personas se realizara, la mayoría de las veces, sin tanto cermonial, simplemente se basaban en la palabra o promesa de fidelidad dada por ambas partes. El caso era hacerlo frente a testigos y suscribiendo unas clausulas ante notario para que la esposa y los hijos habidos tuvieran algún derecho a heredar, porque las concubinas no lo tenían. Este tipo de uniones solía hacerse cuando personas solteras, no viudas, compartían el mismo techo; generalmente, el esposo era clérigo, y la mujer que cohabitaba en estas condiciones con él recibía el nombre de barragana y ellos eran los abarraganados.
Este término está documentado desde el siglo XI. Una especie de matrimonio de hecho, no?
Éstas y demás uniones, tipo casorio, tan ostentoso como rica era la familia, solían celebrarse en el mes de junio. Sí, en junio, pero no porque hacía buen tiempo... es porque como se lavaban una vez al año y solía ser en mayo; así, en junio el aroma era todavía soportable pero no mucho, por eso las novias llevaban ramos de flores cerca de su cuerpo, para que no apestasen demasiado. Ya véis de dónde viene la tradición de mayo, el mes de las novias, y su ramo...
Feliz sábado... cafelito para todos...
Todo muy interesante...Me gusta.
ResponderEliminarEl otro día leí en un sitio que prepara unos cafés excelentes:"la vida es muy corta como para tomar un café malo".
Abrazos.
Ah, pues que no decaiga el buen aroma, compañero. Yo sigo preparando tu exquisita receta :))
EliminarUn par de abrazos.
Es que las gentes medievales eran muy sabias... Muy sabia, sin duda, esa practica de abarraganarse...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga, y feliz domingo
Luego dicen que el aparejamiento de hecho es algo moderno y está más atrasado en la ley de lo que estaba hace 1000 años... muy sabios los clérigos :)
EliminarCafelito, amigo.
Casi era como un casamiento por civil.
ResponderEliminarCasi, casi... pero pagando al notario y rompiendo el documento la herencia iba al mejor postor cuando el clérigo moría.
EliminarY mira tú con lo que les caía, el Apocalipsis nada más ajuntarse en ajuntamiento pecaminoso o amancebamiento sin bendición !perdición, calderas del pedro botero!
ResponderEliminarPero, barraganas y abarraganos ellos, el ser y la ser humana no tenemos freno desde Masopotamia, olé, y que no decaiga.
Ponme un ouruxiño doble que me has acalorao.
En pecado estamos todos los que osamos escribir sobre cualquiera de estos temas... pecatoso orujo, amiga. Yo prefiero un aguardiente de hierbas bien frío y unas bolitas de coco con leche condensada, jajajaja. Golosilla...
EliminarUn beset.
Nada nuevo bajo el sol, aunque siempre imaginamos que "creamos".
ResponderEliminarLas necesidades marcan las pautas y a partir de ahí, para las mismas necesidades, los mismos remedios..
¡qué geniales investigaciones haces!
Sí, sobre todo si las necesidades las tienen los que tienen algún tipo de poder... los pob res no ponemos ni las notas en el pentagrama, amiga mía.
EliminarQue barbaridad la de años que llevo engañada con lo de los ramos de novia y el mes de mayo. Al final va a ser verdad de que todo no es lo que parece.
ResponderEliminarNo creo que nada ni nadie sean lo que parece, todos tenemos un poco de maquillaje cara al exterior... incluso, a veces hacia nosotros mismos.
EliminarGracias por venir. Cafelito.
Aquí en mi región -que no en toda la Argentina- suele decirse ¡qué baranda! cuando el olor corporal es insoportable.
ResponderEliminarNo quiero imaginar la baranda a partir de julio, por ser generosos.
No conocía el término barragana ni sus derivados, así que siempre es bueno acopiar para poder decir mejor.
Besos
Así pienso... lo bueno es que en la mente siempre hay espacio para más, aunque la mitad de la información se pierda con el tiempo ¡¡¡y los años!!! Jajajaj.
EliminarUn abrazo y un cafelito bautizado :))
En la mía hay cada vez más lugar, muchas cosas se fugan, así que bienvenidos los nuevos (aunque de paso) Ja!
EliminarGracias por estas agradables lecciones de historia. En la Mancha profunda, se usa la palabra de barragana, pero no conocía la historia de esta acepción.
ResponderEliminarUn casamiento civil, pero sin gel ni Chanel nº 5.
Un abrazo.
Yo la utilizaba mal porque la escuché en un contexto equivocado y no me había preocupado en buscar la acepción correcta. Hay tanto que aprender, Juan...
EliminarMuy buena la del gel, jajaja.
Un abrazo y cafelito.
Muy interesante lo de los abarraganados, pero yo no puedo, ni quiero, imaginar a un ser humano bañándose una vez al año, que no te digo que no es cierto, digo que ni pensarlo quiero, tengo un olfato que ni te cuento. Lo que me da pena es de donde viene la tradición del ramo de novia, que penita. Menos mal que me voy envuelta en el aroma de este rico cafelito. Besos.
ResponderEliminarPor eso llevaban gorros y vestidos bien gruesos, para que no se saliera el aroma silvestre.
EliminarVaya, ya somos dos con lo del olfato, será por eso que nos gusta el olorcillo a cafetera. Un beso, Pepi.
Verónica, interesantísima tu aportación a la vez que original y bien contada...Te dejo mi gratitud y mi abrazo inmenso,compañera...Gracias por ese cafelito,que nos une siempre.
ResponderEliminarM.Jesús
Gracias a ti, amiga María Jesús. Tus cálidas palabras son un bálsamo para mi; las agresiones externas son tantas.
EliminarUn besito y tu cafelito de hoy.
Vaya vaya con las palabrejas y los aromas... Me ha encantado, amiga. Eres, si, eres genial. Un beso.
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