Las seis y media de la
mañana y el verdulero de abajo volvió, como toda la quincena anterior, a gritar
MELONEEEEES, MELONES DEL CAMPOOOO, MELONEEES… Tenía los melones en el tímpano
resonando durante el día. Y ahí estaba él a su lado, roncando. ¡¡¡Manolo,
despierta, ¿no oyes al verdulero? Despierta, Manolo!!!
Manolo despertó y se
levantó a orinar por no escucharla más, una vida entera despertándole de
madrugada, si no era el verdulero era el coche de la vecina o la puerta del
tercero o la cafetera de la bruja de enfrente.
Mientras seguía
refunfuñando en la cocina de peor humor que el día anterior, ella se lo propuso
firmemente, si mañana lo repetía tomaría medidas con el verdulero.
MELONEEEEES, MELONES DEL
CAMPOOOO, MELONEEES…
Esta vez se ahorró el “¡¡¡Manolo,
despierta, ¿no oyes al verdulero? Despierta, Manolo!!!” y salió disparada con
el raído camisón y sin pantuflas, hacia el segundo cajón de la cocina. Cogió el
cuchillo jamonero y corrió escaleras abajo. Cruzó la calle sin mirar y al
llegar a la verdulería comenzó a apuñalar sin control cada uno de los melones
del puesto. Al terminar, desapareció calle abajo. Dicen, que después de dos
meses, la siguen viendo acuchillando melones
por los campos. La asesina de melones está en busca y captura.
Manolo es feliz, cada
mediodía se toma una caña a su propia salud.
Más cañas y tapas variadas en la tasca de M.J.
Feliz cafelito, amigos...
Y el premio DARDOS que fue triple...es ahora cuádruple porque me ha llegado también de la mano de mi amigo el creativo MISÁNTROPO DIGITAL...
GRACIAS, AMIGO
Y el premio DARDOS que fue triple...es ahora cuádruple porque me ha llegado también de la mano de mi amigo el creativo MISÁNTROPO DIGITAL...
GRACIAS, AMIGO
Con lo ricos que están los melones. En silencio claro. Un abrazote
ResponderEliminarAhora vendrá el verano y llegarán todos con un corte de cuchillo... a ver qué hacemos, jajaja!
EliminarBeso.
:) jajaja...
ResponderEliminarYa se sabe que las paranoias están al día...
Abrazos.
Y cada vez más fecundas, amigo...
EliminarUn besito.
Se lo tenía merecido el verdulero. Claro que luego la reacción se descontroló pero Manolo podrá dormir tranquilo.
ResponderEliminarEs que estos verduleros no tienen conciencia vecinal... que no me lea ninguno, jajajaja, es broma.
EliminarManolo disfrutó de la vida caña viene y caña va.
Pues yo en vez de apuñar los melones, los robo, y se lo vendo al melonero. Pero eso sí, que cargue Manolo con ellos.
ResponderEliminarBesos Censu.
Pues déjamelos a buen precio, cuando venga el melonero al pueblo miraré si eres tú, jajajaj.
EliminarBeset, company.
Increible esa reacción inesperada...Los melones sufrieron las consecuencias...¡¡¡Qué pena de melones...!! Menos mal, que nos invitas a tus tapas y olvidamos por un rato la catástrofe...
ResponderEliminarMi abrazo siempre...Y no temas, tampoco yo soy partidaria de divinidades...La naturaleza es el más grande y bello templo para visitar y descubrir el misterio de ese Creador generoso e incondicional...,que llevamos todos impreso en el alma.
Feliz martes, Verónica.
M.Jesús
Seguro que al menos ahora, el verdulero dejará de berrear a horas intempestivas. Manolo feliz y meones a precio de saldo, jajaja!
EliminarLa madre naturaleza, amiga mía, ha sido la más respetada desde que alguien se dio cuenta de ello hace miles y miles de años. Si aprendiéramos a respetarla sería el planeta más bello del cosmos...
Un beso bien gordo y tu cafelito debajo de un olmo.
Antiguamente los melones se daban a "cala y a cata". Tu protagonista se los tomo "al asalto".
ResponderEliminarLo peor es que el vago de Manolo, acabe feliz con su cañita al aire.
Un abrazo.
Yo pensaba en Manolo como la víctima de los gritos de la señora esposa más que de los del verdulero... Es un buen punto de vista el tuyo!!!
EliminarMuy bueno eso de la cañita al aire, jajajaja!
Abrazos.
No hay mal que por bien no venga: ha nacido u dormilón feliz.
ResponderEliminarUn dormilón feliz y melones de oferta en el barrio.
EliminarEsta señora si que tenía mal despertar. No me extraña que manolo este feliz al perderla de vista.
ResponderEliminarAbrazo guapa.
Una lata era la mujer, una fisgona con pulgas en el cerebro....
EliminarManolo es un hombre nuevo, sonríe a todas horas... y come melones en venganza, jajaja!
Un besito, Rafaela.
Arrediós...pues si cambias los melones por calabazas del "All Hallows' Eve", ya tienes la peli de terror armada...
ResponderEliminarUn beso
Sí, muy de Almodovar, jajajaja!
EliminarMolt bona eixa cremaeta!
Un beso, compañero.
Me encantan tus relatos. Cortos y directos.
ResponderEliminarPor cierto, debe ser una gozada acuchillar melones... o sandías.
Café entre sombra y sol.
Gracias, debe ser divertido, sí, jajaja!
EliminarTe dejo el cafelito y me tomo yo ese sol y sombra:
1/2 copa de anís dulce
1/2 copa de coñac
Hielo
Abrazo.
Unas cañas y de postre, ¿unas rodajitas de melón con jamón? Me chiflan!
ResponderEliminarExcelente y divertido relato.
Un abrazo.
Pues te crees que no he probado nunca el melón con jamón... había un chiste que decía que los pobres comían sandía con mortadela, jajaja!
EliminarMuchas gracias por venir. Cafelito.
Gracias por participar. En cuanto pueda voy a por melones rajados y a echar unas cañas. Besos.
ResponderEliminarAhh y que me ha encantado tu historia.
De nada, me trajo el tema de cabeza, difícil propuesta y muy divertida.
EliminarUn besito.
jajaja....al final salió ganando el manolo (no estaría en connivencia con el verdulero¿¿¿)
ResponderEliminarbesos
Qué lista es mi amiga, si hasta le saca el jugo al relato para una parte II, jajajaj!
EliminarUn beso.
Bueno, mejor apuñalar melones que no otra cosa, pobre Manolo,por fin fue feliz
ResponderEliminarUn abrazo
Cada día de su vida se leía la prensa a ver por dónde paraba su mujer, cuando aparecían melones acuchilados por Soria, Jaén o Valladolid, allí estaba ella... bien lejos!!!!
EliminarApuñalar melones... Pero bueno, que crimen tan criminal...
ResponderEliminarAngelitos, si son casi humanos... Tan dulces y frescos...
Je,je,je...
Un abrazo fuerte, amiga
Pues menos mal que la emprendió con el verdulero; es verdad, pobres criaturas... tan semejantes a algunas cabezas humanas, jajajaja!!!
EliminarUn abrazo, compañero.
algo así como "melonafóbico" Ingenioso tu relato Censura.
ResponderEliminarMuy buena esta salida, Lao, jajaja!
EliminarMuchas gracias.
jajaja! me imagino a esa mujer totalmente alienada meta acuchillar melones. Y bueno, esas cañas al mediodía, tienen para Manolo el sabor y el suspiro de quien se sacó un gran peso de encima!
ResponderEliminarMuy divertido Censu, y me hiciste acordar a cierta tía, que si bien no acuchilla melones, parece que al marido lo tiene inflado cual melón con sus melindres.
Felicitaciones por el premio!
Besos!
Gaby*
Mi madre tenía una amiga que hacía lavar los pies al marido en una palangana en la puerta de su casa cada vez que tenía que entrar, le preparaba su sillita y todo y la toalla en mano le esperaba, no es broma, jajajajaj!
EliminarUn beso y muchas gracias, cafelito.
Eso s bueno, que los apuñale y así cogeremos sólo los dulces después de probarlos.
ResponderEliminarEso decía yo ¡¡¡melones de oferta para todo el barrio!!! jajajaa!
EliminarBueno, mejor que apuñale melones y no cabezas... Creo.
ResponderEliminarSaludos
J.
Depende de la calidad de ambos...
EliminarUn saludo, compañero.
jajaj suerte que no se le dio por salir a acuchillar al verdulero!
ResponderEliminar=)
La veo por los campos cuchillo en alto y dando alaridos...
Eliminar¿Te imaginas que persigue verduleros por el mundo? Jajajaja
Es que hay gente que tiene muy mal despertar. Total, por unas vocecitas de nada. Menos mal que le dío por acuchillar melones y no verduleros o Manolos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues yo diría que un clic le hizo alguna neurona que desvió su atención; porque tenía a los melones clavados en la oreja que si no, jajaja!
EliminarUn abrazo, Pepe. Besos a Toñi.
Y al final cada cual feliz y a lo suyo, Manolo a las cañitas frescas y la asesina melonera entre melones, !que buena vida!
ResponderEliminarBesitos.
Y mejor estaban así, una lejos de otro... hay personas que encajan menos que la cuadratura del círculo.
EliminarUn beso, compi.
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