miércoles, 12 de noviembre de 2014

Este jueves: "Superstición..." y la palabra: "Libertad"

María la bordadora es una mujer entrada en carnes, guapa y risueña. Observa que hace días su esposo evita mirarla. Ya lo sabía, porque las tijeras del taller de costura apuntaron hacia ella dos veces antes de su boda y cuando contrajo matrimonio con Agustino, hacía ocho meses, éste llevaba la corbata torcida. No la miraba a los ojos, agachaba la cabeza. Ya lo sabía...
Plantó perejil en nueve tiestos y los dispuso en la entrada de su casa, se quedó pronto embarazada. Ya lo sabía...
 El embarazo estaba yendo bien y su descendencia estaba segura. Lo sabía... el arroz que le lanzaron en la puerta de la iglesia fue muy, pero que muy abundante.
El parto se adelantó pero ella lo tenía todo preparado: las toallas, las vendas, su muda y la ropita del bebé dentro de la cuna, hierros, cazos, cacerolas, tapaderas, herramientas, cubiertos y todo aquello que hiciese mucho ruido. Las complicaciones no se hicieron esperar, una fuerte hemorragia la dejaba sin fuerzas. Oía al bebé llorar... Se iba.
El estruendo la sobresaltó, debajo de la cama sintió como los objetos metálicos que tiró la partera resonaron fuertemente en la habitación. El bebé calló unos instantes para seguir llorando con más fuerza, y la hemorragia cesó. Ella ya lo sabía.
Eloisa nació con dientes y desde niña trajo problemas, por su carácter, por su actitud y porque escondía objetos valiosos en su habitación. Objetos que no eran de su propiedad. Los pesares de María aumentaron cuando su esposo la abandonó y la niña empeoró en su mal comportamiento. Ella lo sabía. 
Pero también sabía que el resto de los dientes de Eloisa habían salido demasiado pronto, y por ello ya preparaba desde hacía unos meses toda su ropa negra.

Hoy os dejo unos supositorios que no debéis usar jamás... pero jamás, jamás, eh?

Y una frase de uno de mis libros favoritos...
"Y es que la peor superstición es creer que la fe es algo muy distinto a la superstición"...
El credo falsificado de Karlheinz Deschner, pág. 102. 

Y un cafelito que os elevará hasta las nubes... creéroslo, va en serio, tened fe :) 



Y no menos importante porque con ella no existiría el relato superior, o si...
os dejo esta maravillosa representación de lo que muchos consideran libertad...

32 comentarios:

  1. Has retratado a un tipo de persona que me recuerda a algunas que conozco. Todo lo sabían con antelación por algún indicio que, cuando lo explican, no los entiendo. Es una buena historia.
    Genial la viñeta de Forges.
    Besos pa'tos.

    ResponderEliminar
  2. La viñeta es genial, Forges sirve para todo como Mafalda. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Esos supositorios como van; por vía anal o bucal.

    Besos Censu.

    ResponderEliminar
  4. Por si acaso me llevo algunos supositorios..... gracias por el buen relato Censura

    ResponderEliminar
  5. QUÉ COSA NO? MERO MASOQUISMO EXISTENCIAL.
    UN ABRAZO

    ResponderEliminar
  6. Siempre me han resultado muy curiosos esas supersticiones que llegan de antaño y cuyos orígenes y significados se pierden entre las nieblas de la historia.
    =)

    ResponderEliminar
  7. Ay, que seria de nosotros sin esas supersticiones que nos ayudan tanto a vivir, digas lo que digas... La iracionalidad nos da esa poca confianza y seguridad que, tantos dias, nos ayuda a levantarnos... Sin ella, todo es inseguro...

    Un abrazote,amiga

    ResponderEliminar
  8. Un realto muy bien tratado, pero soy del que opina que las supersticiones responde a ñoñerias de las Edad Media.
    Y ese medicamente que has puesto ahí, yo lo retiraría del mercado.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  9. Núnca creí en las supersticiones, ni las de la iglesia y las otras. El relato me gustó, y me temo que en cuanto a la libertad, estamos siendo tan borregos que nos la van quitando poco a poco y nosotros solo pensamos en Messi o Ronaldo.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Tu relato es intrigante. ¿Como es que María sabía tanto? ¿Que implica que Eloisa haya salido con dientes y esa maldad que parece tener?

    Ese execrable medicamento se puede intentar revertir con Otro ladrillo en la pared ", de Pink Floyd. Y con Agora, la película sobre Hipatia de Alejandria.

    ResponderEliminar
  11. Muy completa tu entrada, aunque "ya lo sabía" que iba a ser así.

    ResponderEliminar
  12. La superstición, la fe, la libertad, y Eloisa ... ah, y un buen café. Que mas se puede pedir, Censura. Bueno, si acaso, entenderme y entender a todos los que me rodean, ya sabes, Lo dijo Goucho: "Debo confesar que nací a una edad muy temprana."
    Tu blog me pirra.
    Feliz noche.

    ResponderEliminar
  13. Pues esos supositorios los receta Wert (sin anestesia y masivamente).
    Muy bueno. Pero, antes de leerlo, ya lo sabía. Y no es superstición, es que eres tu quien escribe.

    ResponderEliminar
  14. Un final inesperado para este ajustado relato de conciencia de la mala suerte y de saber como contrarrestarla.
    Como "ya sabía que no me ibas a dejar me el link" he venido a tu casa, espero recibir visita en la mía que siempre olvidas, desde hace tiempo. Gracias por participar. Un besote

    ResponderEliminar
  15. Un relato muy inquietante amiga, sobre todo el final.
    Muy buena la ilustración de Forges.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  16. Me ha parecido fantástico el relato...cojo el café porque hay mucho que conversar sobre tus letras...sobre la fe, la creencia, sobre ese tipo de personas que todo lo saben...en fin, sobre el destino de los hombres que algunos se empeñan en decir que está escrito desde las más altas instancias...
    Besos

    ResponderEliminar
  17. ¡Gracias, gracias a nuestros antepasados por regalarnos tantas, tantas, tantísimas supersticiones!

    ¿Qué sería del realismo mágico sin ellas?

    Libertad --> Mito --> ¿Cuál será el género literario que le toca?

    Besitos!

    ResponderEliminar
  18. Algunos matan a los hijos inyectándole esos supositorios. Y cuando falla la receta, empiezan a preguntarse.
    Eloísa eligió otro camino para la desviada.
    Muy (pero recontramuy) bueno!
    Besos

    ResponderEliminar
  19. buenas tardes, Verónica:
    disculpa mis prisas,
    Excelente cuento.
    Y sí, desde mi experiencia, la diferencia entre los religiosos y los supersticiosos es que hacienda no subenciona a quienes evitan pasar bajo escaleras y sí a los que se arrodillan ante ellas.
    un abrazo

    ResponderEliminar
  20. Ay Verónica sos genial! Desde el relato hasta los regalitos posteriores todo este aporte es imperdible! Gracias por participar una semana más.
    Un beso enorme.

    ResponderEliminar
  21. Las supersticiones son consideradas como irracionales e insignificantes. Pero algunas veces, estas creencias tienen un efecto real como lo demuestra tu protagonista. O la sugestión, inducida por uno mismo? Me encanto la viñeta y ese cafelito. Los supositorios no me van. =)
    Besos

    ResponderEliminar
  22. Se sugestionó con todo y la vida fue para ese lado quizás porque ella prestaba demasiada atención a esas cosas! Me encantó el relato! las superticiones responden al igual que la fe a lo que se desconoce,soy persona de fe no lo puedo negar pero comprendo que conforme la ciencia avanza menos lugar hay para estas cosas.Un gran abrazo para ti y los tuyos!

    ResponderEliminar
  23. El relato, impecable, un paseo con determinación por lo supuestamente inevitable.
    ¡Ah...! Los supositorios están pasados de fecha, me quedo con el nebuloso café y la Libertad de Forges.
    Me gustó todo, todo, todo...
    Besos X4

    ResponderEliminar
  24. Que cosa fea eso de la superstición amiga, ya lo sabe todo, y para todo tiene remedio ja!,...los supositorios pues muy apropiados jejjeje,.la frase del libro que escogiste,... una analogía sugerente,...

    ResponderEliminar
  25. Siempre geniales tus relatos, tus selecciones, tus reflexiones. Que gusto seguirte, guapa.

    Besets per a tots.

    ResponderEliminar
  26. Mira que hay gente así, que todo lo sabe antes de que pase y que bien lo has narrado, pero eso yo ya lo sabía jejeje.
    Besos.

    ResponderEliminar
  27. Resulta difícil librarse de la mayor de las supersticiones. Pienso que forma parte de la filogénesis de la raza humana y que aún no ha llegado el momento de desechar por irracionales determinadas creencias que se dan en todas las culturas.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  28. Qué bueno Censura, y qué bien lo censuras, como para tener fe están los tiempos... y con supositorio jajajaja. Siempre es un gusto leerte porque todo lo que escribes me parece genial, amiga. Besos y hoy el café me sabe a gloria, me lleva directo al Paraíso. Gracias.

    ResponderEliminar
  29. Un relato inquietante de los que remueven entrañas y demás, que te deja de esa manera, porque ella sabrá mucho pero uno se queda sin saber lo que debería y el por qué y el para qué. Como las entrañas son las que se vuelven críticas se llega al punto de pensar seriamente en utilizar los adminículos -nunca mejor dicho- que aconsejas no se usen.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  30. ERES INTENSAMENTE INCREIBLE
    MIL BESOS

    ResponderEliminar