El reloj, no la máquina de vapor, es la máquina clave de la moderna edad industrial . En cada fase de su desarrollo el reloj es a la vez el hecho sobresaliente y el símbolo típico de la máquina: incluso hoy ninguna máquina es tan omnipresente. (Lewis Mumford) Tan prosaico que suena poético. Besos
El tiempo se detiene cuando miramos a los niños con amor, Verónica...Ellos siempre estarán en tu mente y en tu corazón...Como están los míos a pesar de la distancia, amiga.Gracias por tus palabras, será una gran aventura y tengo que estar bien. Mi abrazo de luz y mi cariño. M.Jesús
Los relojes de fuego tenían una gran variedad y se organizaban según los de sol; se trataba de crear unas combinaciones de cera con otros ingredientes, además del grosor exacto, para que durase la hora casi exacta en consumir el fragmento o la porción que indicaban las líneas marcadas en la madera. Si visitáis la red, veréis que hay de muy complejos y de diseños preciosos.
Queda mucho fuego, censura ... y mucha vela ... y muchas cosas por hacer. El verbo se hizo tiempo y el mal se hizo tempestad ... solo persiste la llama que amor lleva. Saludos de miércoles noche
Reloj que quema las horas y se nos lleva la vida... Que nos deje perder las horas en la felicidad y el amor.
ResponderEliminarBesitos y buena semana!
El reloj, no la máquina de vapor, es la máquina clave de la moderna edad
ResponderEliminarindustrial . En cada fase de su desarrollo el reloj es a la vez el hecho
sobresaliente y el símbolo típico de la máquina: incluso hoy ninguna
máquina es tan omnipresente. (Lewis Mumford)
Tan prosaico que suena poético.
Besos
¡Qué curioso este reloj! He estado un buen rato mirándolo...
ResponderEliminar¿Cómo debe llamarse el reloj de fuego?
Un beso enorme.
Ingeniosa idea.
ResponderEliminarMuy bien por rescatarlo.
Ya sabes, sos bienvenida a comentar en mi blog.
Besos.
Quemar las horas como quemamos las noches. Gracias por el café y abrazos
ResponderEliminarQuemar las horas como quemamos las noches. Gracias por el café y abrazos
ResponderEliminarEl tiempo se detiene cuando miramos a los niños con amor, Verónica...Ellos siempre estarán en tu mente y en tu corazón...Como están los míos a pesar de la distancia, amiga.Gracias por tus palabras, será una gran aventura y tengo que estar bien.
ResponderEliminarMi abrazo de luz y mi cariño.
M.Jesús
El tiempo que arde... que belleza. Para una madre no hay relojes que cuenten o descuenten el amor.
ResponderEliminarUn abrazo
Preciosa metáfora la del primer renglón.
ResponderEliminarLos relojes de fuego tenían una gran variedad y se organizaban según los de sol; se trataba de crear unas combinaciones de cera con otros ingredientes, además del grosor exacto, para que durase la hora casi exacta en consumir el fragmento o la porción que indicaban las líneas marcadas en la madera. Si visitáis la red, veréis que hay de muy complejos y de diseños preciosos.
ResponderEliminarGracias por leerme.
Que siempre se detenga el tiempo en los instantes mas felices y como eso no es posible, si lo detenemos en nuestra memoria.
ResponderEliminarUn beso dulce de seda.
Queda mucho fuego, censura ... y mucha vela ... y muchas cosas por hacer.
ResponderEliminarEl verbo se hizo tiempo y el mal se hizo tempestad ... solo persiste la llama que amor lleva.
Saludos de miércoles noche
Curioso reloj al que dedicaste bellas letras. Que nunca se apague esa vela.
ResponderEliminarSaludos.
A veces si que una tiene ganas de quemar, horas, minutos y segundos, pero el tiempo es inalcanzable.
ResponderEliminarBesos
Muy curioso este reloj. Nunca había oído que existiera.
ResponderEliminarUn beso y bienvenida amiga.