El eco de la propia imagen...
La imagen deforme que se refleja en el agua, se asemeja a la voz que escuchamos cuando las montañas nos devuelven la nuestra.
Eco fue castigada a repetir la última palabra de quienes se comunicaban con ella por amar tanto su propia voz, aunque ello no era un error más que de narcisismo, a Hera, esposa del padre de todos los dioses, el corazón le latía con fuerza al esperar que Zeus se enamorase de ella, al igual que había hecho anteriormente con cualquier belleza que se le cruzase. Así, la castigó. En silencio y oculta, Eco se enamoró de Narciso el pastor. Al ser descubierta, Narciso se rió de ella y así fue castigado a no poder evitar contemplar su belleza decrépita en las aguas del lago hasta perecer ahogado.
Narciso, pintura barroca de finales del XVI, de Caravaggio.
Hoy cafelito que es lunes, a ver si abrimos los ojos...
Y mi regalito de Sindel...
El mismo Eco, con mayúscula, hemos elegido unos cuantos, a ti te ha quedado precioso, yo confío en vuestra benevolencia. Me tomo un café, gracias y dos abrazos
ResponderEliminarMuchas gracias, Ester. ya voy viendo que muchos hemos elegido el mismo tema, pero es normal este mito seduce.
EliminarBeso, compi.
Uy si hoy día tuvieran que recibir castigo todos los que ostentan alguna vanidad,pues no le alcanzaría a los dioses la imaginación para castigar.Que buena la comparación entre eco y reflejo en el agua,ews verdad son similares.
ResponderEliminarTe dejo un fuerte abrazo querida VERÓNICA PARA TI Y LOS TUYOS!
Podrían las divinidades hacer hasta un código penal por la variedad de vanidades y sus grados, jajajjaj. Qué buena idea has tenido.
EliminarUn beso para ti y abrazos para toda la familia, amiga mía. Te estimo.
Fascinante personaje.
ResponderEliminarNarciso siempre me ha parecido un tonto. Yo no desdeñaría a una ninfa.
Un abrazo.
Aaaaahh, pillín... Mira qué listo!! jajaaja.
EliminarUn abrazo bien grande.
Unos miran su imagen reflejada en las aguas y se ahogan en ellas, otros se miran el ombligo y también se ahogan en su cortedad de miras.
ResponderEliminarUn abrazo
Francesc Cornadó
¡¡No sé yo si los que se ahogan son ellos o ellos los que aogan a los demás con su burrez!! Uf, quina gent.
EliminarBeset i cafenet, gràcies.
Preciosa leyenda condenada en todas las montañas del mundo.
ResponderEliminarA algunos gobernantes tendría que resonarlarles en los oídos, una y otra vez hasta su muerte, cada uno de los fraudes y desdenes que cometen.
EliminarCuenta la leyenda que hubo una mujer a la que nadie conocíó. Caminaba por las calles iluminando belleza a la vez que misterio mas, jamás se le conoció amor...Su voz era encantadora con unos ademanes tan refinados, que venían del Olimpo. La constitución de su cuerpo se prolongaba en cada recuerdo como eco de lo sublime... Las mujeres le tenían envidia, los hombres deseo y la naturaleza, afán en imitarla con la procreación de cada ser vivo...
ResponderEliminarCorrían las habladurías a lo largo y ancho de Grecia comentando que estaba encantada; hechizada por un conjuro maldito en la que estaba destinada a no conocer el amor. A su paso, los pájaros parecían cantar a la primavera más fuerte y las palomas blancas, alzaban el vuelo en cientos de alas batientes para cubrirle el sol de su piel blanca. En su mirada azul la gente conocía el mar. En su pelo negro, conocían la noche más oscura. En su tacto al roce de sus manos, las sedas de oriente y en su voz, las maravillas que esconde el corazón para quién sabe escucharlas...
Hubo conspiraciones contra ella; crueldades de los humanos con corazón roto que se vengan de lo sublime por no poseerlo y también de quién conoció la belleza pero no la mantuvo... La mujer más hermosa del mundo era Griega y filósofos debatían en la universidad de las sinrazones que causan los desvarios de la gente normal cuando una musa, les roba el corazón. Jamás podría ser amada ya que rallaba la divinidad y eso era como ofender a los Dioses.
Su vida era completa soledad. Decían que venía de tierras extrañas, allá donde los conjuros de los Dioses envían una maldición para todo aquel que quisiera hacerse con la sabiduría pues, quién se enamoraba de ella, perdia toda orientación de juicio y claudicaba así hasta la muerte más ordinaria...
A cada respuesta suya no había quién la reclamara y en cada acto, todos huían por no tener cabales sus sentidos en imitarla. La mujer más bella del mundo era Griega y se llamaba Eleutheria...
Obraba de la forma más inteligente conocida en cada aspecto de la vida. En su profundidad se dividaba la profundidad de quién es libre en todas sus consecuencias pero, la soledad y la virtud, la libertad y la belleza, la crueldad y la sabiduría, se dan la mano al juicio humano.
Los Dioses la enviaron al siglo XXI como eco a tantas plegarias que la humanidad pedía en cada oración pero, en respuesta a la respuesta de esos ecos, la humanidad en su conjunto, destilaba las injusticias de la crueldad que da el no aceptarse así mismo cuando unos ojos se miran a un espejo...
Un día, Eleutheria bebía agua en un lago. Estaba cansada de vivir. Sus ojos la miraban en el espejo de la orilla, su torso desnudo era de nacar y sobre la superficie de aquel profundo lago, con lágrimas en los ojos, Eleutheria se dió un beso que la llevo a lo más profundo; donde cada día, las mujeres mas bellas del pueblo cubren su piel como quién reza a San Antonio con agua bendita...Recordando aquel eco del pasado y todo aquello que ha de tenerse presente en darse como fruto al Amor...
Si cuentas las líneas de la bandera de Grecia, verás que hay nueve entre blancas y azules. Su significado y el número otorgado responden a las palabras ελευθερία ή θάνατος , libertad o muerte.
EliminarPero, pero, pero... ¿De dónde te nace esta inspiración? Debes tener una hermosa musa rondando especialmente para ti. Muchas gracias, es un precioso regalo.
Con Francesc Cornadó
ResponderEliminarSalut ¡¡
Entonces, estamos deacuerdo los tres.
EliminarBeset i cafenet.
Una historia hermosa por su contenido, no por su final. Estas leyendas siempre terminan con castigos infames, celos y odios. Pero ha sido un placer refrescarla en tus letras.
ResponderEliminarUn beso.
Esta leyenda debería tener su propio eco en algunas personas especialmente que desdeñan a los demás por su propia vanidad, metafóricamente hablando, claro, no hace falta ahogarlos a todos, se llenarían los mares y ríos de porquería... :)
EliminarUn beso bien fuerte, compi.
Siempre es muy ilustrativo y didáctico pasar por tu blog. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarGracias, Mónica. Un beso.
EliminarHistorias que nos dan paso para entender de donde esta el origen de las cosas.
ResponderEliminarEn este caso el eco de una voz.
Besos
Cada palabra surgió por un hecho concreto, nada aparece de la nada. Eco, que en griego se lee y escribe como "íjo" significa sonido, y al latinizar la palabra se quedó con "éco". Un beso, compi.
EliminarEs un mito muy atractivo, tanto que me ha gustado leerlo planteado de distintas maneras. Muy enriquecedor.
ResponderEliminarGRACIAS
ResponderEliminarYa he visto que muchos amigos hemos caído en el sugerente mito.
Me enriquece leerte aprendo de vos tus comentarios y tus textos
ResponderEliminarMe encanta ver otro punto de vista sobre una historia que yo no conocia, triste destino el del pastor, pero en el fondo nuestro reflejo es solo el eco de quienes somos, besos.
ResponderEliminarQue interesante entrada. Una leyenda de pasión y rechazo, donde la represalia y la venganza se llevan el mérito. ¡Qué bueno que solo es un mito! =)
ResponderEliminarBeso
Ondas en el agua..ondas en el aire...eso es el eco...asi como lo son las nuevas ondas gravitacionales descubiertas que bien pueden ser ecos de todo el pasado..
ResponderEliminarbss
Habéis elegido varios un personaje mitológico pero mira, esta variante del eco en Narciso no se me había ocurrido aunque sí, es cierto, el eco es un sonido distorsionado.
ResponderEliminarMe ha gustado, la verdad.
Besis.
Interesantes ecos, con final triste. Supiste escoger el personaje. Te felicito.
ResponderEliminarUn beso