Tinta en su propia sangre circulaba por el carril opuesto y a alta velocidad. Las primeras rosas de primavera le hundían y alejaban de lo hubiera podido ser un momento cuajado de plenitud emocional. Su modo de narrar puro y sobrio, en dúo con su técnica justa, apasionada y precísa, tejían una soberbia estructura con el hilo invisible que arrebataba a las multitudes. Sobre el fondo musical de un pasodoble, apagado por las penas y el rugir de sus tripas, el entusiasmo desbordado, iba en perfecta gradación, agigantándose. La figura del excepcional escritor quedaba nublada por las condiciones de su estado. La tregua dramática finalizaba entonces con una bella escena. No era tinta lo que corría por sus venas.
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Hoy DULCE griego de cuchara PARA TODOS, mi favorito el de pergamoto...
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Un excepciona escritor pasando por una situación desesperada, poniendo todo su talento. Seguro ha pasado más de una vez.
ResponderEliminarBien planteado.
No es el primero, ni será el último. Vivir de aquello que uno desea no siempre es posible, y si se empeña puede ocurrir lo que le ocurre a tú protagonista, Lo bueno es que una vez desaparecido todo son glorias, tiene guasa la cosa.
ResponderEliminarQue bello lo has narrado.
Besos.
El hambre, la tristeza, la soledad ... grandes herramientas para la creación del artista.
ResponderEliminarFeliz tarde, Censura
Quizá la desesperanza sea una buena inspiradora. No lo se.
ResponderEliminarSalut
FULLL INSPIRACIÓN. ME GUSTA!!!!
ResponderEliminarABRAZOS
Había o hay un dicho que decía que todos aquellos que se dedicaban a las artes o más bien a las letras nunca se harían ricos , y viene bien al asunto de este jueves , en mi tierra se les decía son unos poetas muertos de hambre ... es decir para llegar al final de mes se las veían crudas. Buen relato .
ResponderEliminarSaludos.
Dificilillo eso de comer de y vivir de la escritura
ResponderEliminarMe sobra mucho mes al final del sueldo, se dice por aquí. No sin razón. El escritor excepcional casi nunca es apreciado en su tiempo, tal vez por colegir otros horizontes.
ResponderEliminarBesos
Tendrá que morirse, si quier reconocimiento. Aunque seguro que a él, el reconocimiento le importa un pito, lo que quiere, es poder comer para seguir escribiendo. Y al no conseguirlo, terminó por manchar de rojo sus cuartillas.
ResponderEliminarBesos.
Cuántos son los que se han desangrado en sus líneas.
ResponderEliminarMuy bonito
Besos!
No era tinta, tampoco era sangre. En el interior de sus venas corría algo más, algo diferente...
ResponderEliminarSaludos,
J.
Pocos son los que viven de la escritura (bueno y de cualquier tipo de arte)son pocos los elegidos y privilegiados, ya sabemos que en el mundo actual solo triunfan los mediocres. Besos.
ResponderEliminarCreo que lo pasional es fundamental para la escritura... A veces hasta suaviza errores...
ResponderEliminarBesos sin café ☕ hoy 😉