El pintor de Carmen...

Además de vivir en un burdel, era íntimo amigo de muchas prostitutas, era un niño rico con pocos complejos pese a medir metro y medio. La sociedad de los bajos fondos parisina de fines del XIX, ofreció a Henri de Toulouse-Lautrec una amplia gama de modelos llenos de originalidad. Una de sus favoritas y a la que retrataría casi siempre de medio perfil para evitar que se le viera el estrabismo de sus ojos, y si la reproducía de frente, evitaba que el defecto se viese demasiado evidente, fue la peliroja Carmen Gaudin. Carmen pasó penurias y una guerra, se dice que falleció en 1920. 

Si le hubieran dicho que sus retratos colgarían en importantes museos, si hubiera sabido que el primero de noviembre de 2005, en la subasta de Christie’s de Nueva York, uno de sus retratos, se vendería por 22.416.000 dólares...



A las posturas naturales a modo de instantáneas ayudó mucho en esa la época la fotografía...



Parece que en todos los cuadros se refleja cansancio, nostalgia y melancolía entre los dos mechones sueltos que se escapan del atado en la nuca...



Este retrato lleva por título “A Montrouge” Rosa La Rouge, ca. 1886, lo cual dio pie a conjeturas absurdas de que la modelo no era Carmen sino Rosa, otra pelirroja conocida de la zona sur de París. Pero el título hace referencia a la canción del cantante y compositor Aristide Bruant, otro amante de lo nocturno amigo de Lautrec,,, que dice:  "Es Rosa, no se de donde viene. Tiene el pelo rojo y aspecto perruno. Cuando pasa, todos dicen: Ahí va Rosa, una Motrouge."



La lavandera pasó por su lado una mañana de sol y el pintor quedó fascinado por su simple semblante, cuerpo desgarbado y su extraordinario cabello rojo. Su seriedad y discreción la hicieron la modelo ideal para otros pintores y salas de estudio.






Como no sería muy adecuado invitaros a café en esta entrada, mejor armonizamos con el momento y compartimos un HADA VERDE... ¡¡Que nadie conduzca!!