miércoles, 16 de enero de 2013

Este jueves un relato: "El árbol del ahorcado..."



A la hora del otoñal ocaso, el cura sería ahorcado. Lástima que su muerte se produjese de forma tan rápida y poco dolorosa. 
Sabina sentía una grata euforia al pensar en la gran cantidad de semen que habría acumulado en la celda, siempre vigilado para impedir que, a pesar de estar solo, practicase sus impúdicos desahogos.
Sabina pensó en provechar la entrada noche una vez desmontado el cadalso. 
Las semillas de mandrágora estaban listas.

Cuando Sabina se acercó al lugar del descampado, las huellas de las pisadas del aglomerado público y las señales del desmontado cadalso había aplanado la tierra. Allá donde se notaba la marca del cuerpo arrastrado, Sabina, la anciana curandera, sabía que era exactamente el lugar donde el cura había caído. Mala bestia, en el lugar de tu muerte sembraré estas semillas.

Florecía la llanura y las bayas de mandrágora tenían justo el tono blanco rojizo que necesitaba.  Realizó los tres círculos alrededor de la mata con una pequeña espada en su mano izquierda; al finalizar, la levantó hacia el cielo y el brillo del filo reflejó hacia el lado de poniente. Recogió las bayas y cortó la parte oriental de sus raíces con sumo cuidado para no dañar la mata. Procuró que el viento no le diese de frente y rogó a Circe, su protectora, que el semen y la orina del bastardo hubieran alimentado y nutrido la tierra.

Regresó a su cueva, dispuso las bayas sobre blanco lino y las raíces en el mortero. Las trituró y mezcló con aceite rosado y vino.
Tras cinco lunas crecientes, el afrodisíaco elixir y el ungüento para las inflamaciones y dolor de ojos estaría listo. 



* Todas estas prácticas siguen realizándose cerca la tumba de un recién fallecido macho.

37 comentarios:

  1. Pues la planta tiene una alegría que te cagas. Menudo semen tenía el cura de los cojones. Ahora para toda la gente mala como el caso del cura, efectivamente la horca es una muerte demasiada rápida y dulce. Por cierto el árbol del ahorcado es también el título de una película del Oeste muy buena de Gary Cooper.

    Café carregaet y besos.

    ResponderEliminar
  2. Me ha encantado la narración. Magnífico enfoque del tema y muy didáctico como todas tus entradas.
    Al final el cura aportó algo bueno, el concentrado líquido fertilizante que la magia de Sabina convertiría en beneficiosas pócimas.
    Besito y café con unas gotas de afrodisíaco elixir.

    ResponderEliminar
  3. Hola hola, compañera juevera, regreso de entre los casi muertos, pues menuda bronquitis que pillé en ese viaje a tierras norteamericanas!
    Y como la buena hija prodiga, regresaré con post nuevo y muchos cuentos que contaros... ya vereis
    Besos y cafe
    Wendy

    ResponderEliminar
  4. FULLLL, MUY BUENO!! SIEMPRE MUY INTERESANTES TUS POST.
    BESOS

    ResponderEliminar
  5. La muerte rápida y poco dolorosa. Parece dar mas dolor a quien le ha dejado daños irremediables.

    No sabia lo de las practicas, bien por el aporte que me nutre.

    Un abrazo,:)

    ResponderEliminar
  6. Además de literatura en tu relato siempre se recogen frutos pedagógicos bien elaborados con humor y ciencia.

    ResponderEliminar
  7. jajajaja, Vero, siempre dejando tus huellas ;-)
    Un beso

    ResponderEliminar
  8. Pues hoy en día a las Sabinas Circes y Medeas no les suministran semen de macho ni ahorcado ni crucificado, mala cosa esta costumbre de ejecutar penas de muerte con inyecciones. Y más te digo, incluso se ha abolido la pena máxima en muchos países, no sé si podrán hacer su triacas curativas recolectando ese semen cerca de tumbas macho, que van los muertos en cajas tapadas, no sé, no sé.
    Tal vez en conventos do habitan frailes, tal vez en sacristías...en tierras musulmanas do aún se cuelga, lo veo complicado.

    Sensacional receta, magnífica redacción, con un punto siniestro y mal aliento porque esa receta hecha con el líquido del asqueroso clérigo debía saber a rayos que ni la belladona ni la mandragora ni el rosado vino, mitigarían. !Salve! oh docta. I petons a doju contents.

    ResponderEliminar
  9. Pues no sé yo que habría podido hacer el cura tan malo para ser ejecutado, la verdad, en fin, en cualquier caso, me uno a quienes dicen que siempre sueles escribir textos que nos enseñan cosas, yo siempre aprendo algo nuevo cuando entro por aquí, así que, gracias por compartir con nosotros tus conocimientos ;) Un beso.

    ResponderEliminar
  10. práctica por práctica...
    no hace mucho tiempo me sorprendí al saber que en los cruceiros, ¿sabes de lo que hablo, verdad?, pero sobre todo en los cruceiros que en verdad estaban dispuestos en cruce de caminos...perdón, bajo los cruceiros o en su inmediato alrededor, se da aún...repito, se da aún la costumbre de enterrar a neonatos...la historia continúa ,a lo que parece, cuando en cierto día del año..y no recuerdo ese día, los familiares y no familiares se reúnen en las cercanías de ese cruceiro para realizar llamamientos, no sé con qué motivo, a los bebés sin nombre ni bautismo...
    cuando quieras nos vamos por las galicias y excavamos bajo un cruceiro de esos a ver si encontramos huesos de niños...
    agggg
    medio beso, mamá.

    ResponderEliminar
  11. Vero guapa, estoy pensando qué con la moda de incinerar los muertos, resultara dificil recojer su semen, la pócima resulta asquerosa, pero si hacia su efecto, podria pasar....Me reconozco fan de todas tus entradas, siempre divertidas y pedagogicas.
    Si tengo la ocasión en otra vida, intenteré buscar varon fuerte y fecundo, para realizar la receta.por intentarlo....Qué no quede jajjajaj.
    Besos sin censura y llenos de cariño.

    ResponderEliminar
  12. Es el segundo cura que padeció castigo, según llevo leído hasta aquí... por qué será?
    Has creado con palabras imágenes muy nítidas, del lugar, del movimiento que se creó ante la expectativa del ahorcamiento, y esa Sabina, sabia hechicera, haciendo lo suyo.
    Hay costumbres que pueden hoy por hoy sorprendernos, pero no dudo que aún se sigan practicando. Existen creencias que sobreviven al tiempo.
    Besitos!
    Gaby*

    ResponderEliminar
  13. Bueno al menos sirvió para algo aquel ahorcamiento, ese unguento debía de ir bien, aunque menos mal que quien se lo pusiera no sabría de que estaba hecho.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  14. Devuelvo la visita, para quedarme por acá...
    Me gusta el estilo del blog.

    ya comienzo a leerlo...

    un saludo

    ResponderEliminar
  15. Verónica,eres la reina de todos los secretos y misterios antiguos,todo sale a la luz contigo...No hay cura,ni maestro griego,ni bruja que se te resista...Qué maravilla,siempre consigues algo original e interesante.
    Mi gratitud por esa curiosa animosidad,que mantiene viva la historia y sus recovecos.
    Mi abrazo grande por tu cercanía y variedad de temas.
    Feliz fin de semana,Verónica.
    M.Jesús

    ResponderEliminar
  16. ajjjj! Censu!...¿de dónde sacas estas cosas??????...no me digas que tenés un antiguo libro de brujería en casa, o algo parecido jejeje! (no me sorprendería!)
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  17. Uy no quisiera que me apliquen ese ungüento ahora que ya sé de que está hecho!!!
    Una nueva historia que me deja con la boca abierta.
    Siempre logras sorprenderme!!!
    Un beso enorme!!!

    ResponderEliminar
  18. Muy original relato. Felicitaciones
    Abrazo

    ResponderEliminar
  19. censu he visto tu comentario en el blog, diciéndome que no aparecen algunos, pues no lo sé no tengo ni idea. Los últimos desde luego si que se han quedado, y he mirado en spam y no hay nada.

    Besos.

    ResponderEliminar
  20. Tan sólo de me ocurre una pequeña pega al dichoso elixir afrodisíaco, y es que del semen de ese cura, aunque sólo fuera la base de un elixir o un ungüento, sólo podrían salir malas bestias.
    Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  21. De sabinas y mandrágoras. Todo tiene que ver con todo. Ambos como símbolos en un soliloquio que llevaría horas llevar al diálogo.

    ResponderEliminar
  22. Me encanta venir a leerte Censu!! Al fin se saca algo bueno de un cura jajajja, que no se ofenda nadie porfa! Aunque una vez leí que los presos se ponen semen en los ojos para hacerse infección y poder escaparse de la carcel(que imaginación) Y justo es uno de los componentes.
    De cosas extrañas está lleno el mundo y vos que nos llenas los ojos , gracias por compartir lindura! Besotes muchos.

    ResponderEliminar
  23. Gracias por tu visita y comentario en mi blog, en la visita de cortesía que corresponde, veo un acogedor sitio con interesantes relatos donde me quedare como seguidor de tan agradable lectura.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  24. Menudo unguento se hizo la doña, ¿sanará los ojitos? Censu un poquito asquerosillo si que es, pero tan bien escrito que quita el hipo.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  25. Conjuros y brujerías que atraen por lo que encierran de misterio y fantasía. Y otro cura que pasa por la soga...
    Besos y café!!

    ResponderEliminar
  26. Caramba!! que relato, la brujeria y estas costumbres o tradiciones no se bien como llamarlas amiga, me parecen tan funestas, y dicen que funciona, la verdad es que no me consta para nada, pero alguna ves escuche que estas cosas si funcionan, afrodisiacos y pomadas para el mal de ojo o las maldiciones, baños con hierbas especiales para todo tipo de males,....y Dios sabe cuantas cosas mas, la gente dice que funcionan....

    ResponderEliminar
  27. El ungüento se las trae... Sabinas y mandrágoras mezcladas con todo lo que cuentas... Increíble. Pero estas prácticas existen o existían en la Edad Media. Me encantan tus historias, todas interesantes y basadas en hechos realaes, no lo dudo. Me estoy tomando un cafelito con amigos y todavía no he dejado de reir recordando esta mezcla.... Besos, amiga.

    ResponderEliminar
  28. Al terminar de leer he decidido que voy a exigir conocer la trazabilidad para cualquier verdura que coma.
    Las cultivadas con ese sistema tal vez sean estupendas, pero digamos que no las quisiera consumir ... ¡encima tiene que ser de malos!
    Amiga, besos para ti y los tres que te acompañan.

    ResponderEliminar
  29. Curioso si la muerte favorece a una enemiga, que tal vez lo haya sido. Muy acertada la mención a Circe, una referente para las supuestas brujas de Grecia y Roma, en la epoca clasica. Y las leyendas acerca de la mandragora.
    Sabina tambien podria haber sido una mujer de unos 50 años.

    ResponderEliminar
  30. La preparación y los elementos no son para nada accesibles, espero que el resultado de dicho producto sean garantizado. Buen trabajo como siempre Verónica, un beso grande!

    ResponderEliminar
  31. mmm.... un elixir mágico. Sorprendente relato vero... nos tenés mal acostumbrados a la buena lectura... :P

    Un besito amiga!

    cafecito para ud! ::D

    ResponderEliminar
  32. Esa tal Sabina, sería la precursora de las actuales farmacéuticas... poco coste, mucho beneficio y toda la mala leche del cura.
    Siempre me dibujas de forma atractiva e impecable hechos pasados que se parecen a realidades presentes.
    No pasa el tiempo ¿Verdad? ¡Sólo cambian las Sabinas!

    Besos

    ResponderEliminar
  33. Este relato es un verdadero tributo a la brujería, jeje. Me encanta la licencia que te has permitido con esta pequeña venganza. Ellos quemaron a las brujas, y tú has ahorcado a uno de ellos. A esto yo le llamo Justicia poética.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  34. Da miedo...está lleno de intriga y venganza. Cuanta maldad acumula el alma humana, con eso solo se podría hacer una buena pócima, no?

    Un relato que tiene todo, bueno falta algún gualicho para el amor, que mal no vendría, porque yo de ese cura, ni una pastillita de viagra.

    besos para 4

    ResponderEliminar
  35. A mi, es que me gusta imaginar la escena, asi que te leo con los ojos entornados. Huelo la flor de la mandrágora, escucho como se arrastran los pies de la Sabina desandando el rastro del cura, macabro ugüento para salvar a otros.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  36. Suena a noche de brujas y aquelarres. Y menos mal que estamos en enero y no en noviembre.

    Un beso + café y copa (ya, ya, es casi hora de cenar, peroooo)

    ResponderEliminar
  37. Sabina sí que sabía. ¿Oye... ungüento para los ojos, solo? Y digo yo que con tanta producción lechera se podría haber estirado un poco, o el producto era de calidad mediocre por no decir maluca.
    Genial, gracias por las sonrisa irónica. Bsss.

    ResponderEliminar