Jacinto y Céfiro, vasija ática del s. IV adne.
Cuenta la mitología espartana, que Apolo y Jacinto, el hijo del rey Amiclas, eran amantes, y que el viento Céfiro les envidiaba. Jugando los dos hermosos jóvenes a lanzarse un disco y queriendo Apolo demostrar su fuerza, lanzó el disco golpeando con tal potencia a Jacinto en la cabeza, que cayó desplomado a sus pies. Tal vez el disco fue empujado por el viento...
Grabado de Johann Wilhelm Baur, siglo XII.
A los pies de Apolo nació una flor de pequeñas y fragantes campanillas que recibió el nombre de su amante. Le atribuyó además una fragancia refrescante que revitalizaba las mentes cansadas y daba luz al oscuro invierno.
Por eso, colocar unos bulbos en las ventanas a finales de invierno, hará que, cuando éstos florezcan, nuestra casa de llene de paz. No hay que comprar jacinteras, hay copas de cristal de boca estrecha que seguro tenemos por casa y no usamos que van de lujo; también hay tiendas, como Zara Home que, en tiempos de rebajas, super requete rebajas, les quedan copas sueltas de cristal tallado y son preciosas, quedan muy bonitas juntas siendo desiguales.
Cafelito florido, amigos, feliz día a todos...
Y mi regalito...
Muy aromática y docente tu entrada, con recomendaciones incluidas, el cafelito encantador
ResponderEliminarGracias, por vosotros escribo y para vosotros.
EliminarHasta para un simple ornamento floral, encuentras bellas historias.
ResponderEliminarSiempre agradezco tu ofrenda de café, pero aun más el compartir de tus conocimientos.
Un abrazo.
Gracias, Juan. A ver si pronto compartimos también un rato.
EliminarUn abrazo y que no nos falte ese cafelito, amigo.
Lo tendré en cuenta!
ResponderEliminar=)
Cuando son copas distintas los planto del mismo color y cuando son copas iguales, de colores diferentes, son muy chulos.
EliminarBucaritos, eso es, me has hecho abrazar la imaginación para despertarla. Te leo y sonrío ... ¿¿?? - Te tendré que leer a todas horas, Censura...
ResponderEliminarY yo encantada, amigo :)) Tu sonrisa es un bonito regalo.
EliminarCafelito para la pareja feliz.
Que linda historia, voy a tener en cuenta esos consejos de ponerlos en mi ventana, para que aromen y me llenen de buena energía.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Gracias, pajarito. Esas palabras semanales son mi debilidad.
EliminarAbrazo, beso, achuchón y cafelito :)
Buenas tardes, verónica:
ResponderEliminarMira, esta leyenda sí que la sabía pero no tan bien contada.
Y es que es lo que tiene la pasión, que en los arrebatos de fogosidad uno puede acabar destruyendo ¿sin querer? lo que más quiere. Y luego vienen los lamentos y flores vivas de suspiros que se convierten en hojarasca seca de olvido. Ya lo cantan Los Secretos: “La culpa es del viento, que nos arrasó”.
Probaré ese consejo para que los jacintos llenen mi casa de paz, quizá así no tarde en volver a ella Gloria.
Por cierto, así que os gustan los baños en el agua de mar cálida; pues no os imagino a los 4 bañándoos en el Cantábrico. Aquí no somos “fideos”, sino “cubitos” y no precisamente de los que se usan para enriquecer la sopa, aunque sí que deja la piel de gallina.
Os deseo un florido atardecer, Verónica.
Hola, compañero,
EliminarEse sin querer que a veces nos sales de un ramalazo y deja al otro hecho polvo, siempre es entrecomillado, porque se hace con ganas de herir. Luego viene el arrepentimiento y el llamarnos burros de remate... Así es, pero el mal ya está hecho.
Espero que tus jacintos tengan éxito, me deberás un café :)
Besito.
Una leyenda que no conocía y con unos consejos que pienso llevar a cabo. La primavera próxima habrá Jacintos en mis ventanas.
ResponderEliminarBesos
Y en las mias, corazón.
EliminarFeliz día tengas.
Como siempre aprendemos cosas nuevas contigo. Tendré en cuenta lo de los jacintos.
ResponderEliminarUn abrazo
Nunca deberíamos dejar de aprender, de cualquier cosa por más insignificante que sea.
EliminarBeso.
Una gran tragedia para los enamorados. Tomare en cuenta tu consejo, que preciosura de aporte. Me encanto tu plantita por la ventana!
ResponderEliminarSaludos
Gracias, Yessy. Muchas gracias.
EliminarSon fáciles de plantar y necesitan poquita agua.
Un saludo y tu cafelito.
Con que facilidad unes la palabra perfume con una historia mitológicas y al final nos presenta una realidad tan natural como el aroma de los jacintos. Es alucinante como creas....
ResponderEliminarYo quiero aprender a hacerlo.
Y las historia perfecta a caballo entre el mito y la realidad del Zara. Para quitarse el sombrero.
Un beso.
Caray, si ya digo yo que me vas a sonrojar...
EliminarPues no podría aconsejarte porque así me sale, "aseguramos a nuestros lectores que esto es en vivo y en directo", jajaja.
Un beso, Oskar. Pasa buen día con tu princesa.
Muy acertados tus consejos sobre decoración, me gustaron mucho.
ResponderEliminarLas mejores copas son las que tienen algún dorado, con el jacinto florido parecen joyas.
EliminarPara los apasionados de la mitología, como yo, tu blog es un pequeño tesoro.
ResponderEliminarUn saludo :)
Hola, Sara, buen día. Me alegra que disfrutes de mis humildes aportes. Un beso y tu cafelito.
EliminarCuánto me gusta esta entrada, Verónica. La leyenda mitológica es bella, y tu recomendación floral excelente. Los jacintos florecen muy temprano y alegran nuestras ventanas sin esperar a la primavera.
ResponderEliminarDespués de saborear tu café y aspirar el perfume de tus flores...
¿qué más puedo pedir?.
Un abrazo.
Pues tienes razón, saborear un buen café por la mañana mientras alguien me cuenta una bonita historia y huelo el aroma de las flores, puede ser la combinación perfecta. Yo ni lo había pensado, gracias por la idea. Igual sacas la moda y ya nos olvidamos de "salud, dinero y amor"... no, mejor no, mejor las dos cosas...
EliminarBeso.
GRACIAS POR LA RESEÑA Y LAS RECOMENDACIONES.
ResponderEliminarBESOS
De nada, amigo. Con cariño lo hago.
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