miércoles, 13 de abril de 2016

Este jueves: "¿Qué chocolate eres...?"

Soy el chocolate del deseo oportuno, de chocolate con leche y almendra o avellana entera, blanco y cremoso, superfino y relleno de naranja o menta crujiente, siempre que tenga la textura del suizo. Soy del arrebato pasional a un placer para los cinco sentidos, hasta el tacto, cuando se derrite en los dedos por el calor y acaban en la boca bien rechupados...

Hoy os traigo dos regalos, una vasija increiblemente bonita y antigua, y una publicidad especial, ambas cosas relacionadas con el chocolate.



El Pacífico del sur de Guatemala en la antiguedad dedicaba cultivos al cacao que tenía un valor inmenso para ellos, tanto que se usaba como "moneda" de pago. Por ello, había representaciones de cacao en su cerámica. En este caso, únicamente se conservó la tapa de la vasija datada entre el 300 - 400 dne, un incensario, en la que modelaron una mujer joven que sale de una pila de granos de cacao mientras sostiene un cuenco con vainas de cacao. Su tamaño es de 32 cm por 42 cm y se conserva en el
Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Ciudad de Guatemala.




Ahora nos vamos a Madrid donde se encontraba la fábrica de chocolates Matías López López, un gallego de finales del XIX que hacía y repartía él mismo el chocolate entre amigos y parientes. Cuando la demanda era demasiada por un producto no comercializado, se estableció y tuvo gran éxito comercial por sus ideas renovadoras, al pensar publicitarse con un cartel, de hecho fue el primer cartel publicitario del país.


Los chocolates producían niños bien vitaminados...
Parece que la cosa cambió y por motivos de marketing y problemas de sobrepeso, evolucionó el anuncio.



Estos carteles, que se llamaban "los gordos y los flacoss" fueron realizados por el dibujante 
Francisco Ortego para Chocolates Matías López en 1875; Ortego cobraba 8 pesetas por cada cartel que solía colocarse en las ventanas de los tranvías y escaparates de las tiendas.




Hoy, como no, tenemos chocolate de postre...



La artista Annabel de Betten de Conjurer's Kitchen presentó en una exposición londinense sobre alimentos, Eat Your Heart Out 2012,  dos cabezas tamaño natural hechas con chocolate blanco. La idea es que te los comieras.
¡¡¡PUF!!!



19 comentarios:

  1. Te luciste. Nos trajiste información arqueologica sobre el chocolate, más unas publicidades. Y hasta que creo que contaste tus preferencias chocolateras.
    Saludos.

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  2. Una entrada muy completa en todas sus vertientes.

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  3. Me como cualquier chocolate, me gustan todos, pero comerme esas cabecitas lo declino. Abrazos

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  4. Terrible poema chocolatero te mandaste Censu!! El resto de información como siempre muy buena. Me encanta como fueron cambiando los carteles, seguramente las señoras encorsetadas no lo probarían si las pusiera muy gorditas jajjajaj. Un abrazo linda.

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  5. siempre originales y didácticos tu aportes! jeje
    Un besito... chocolatoso, por supuesto!

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  6. te he dejado una respuesta a tu respuesta de la anterior entrada.
    El reportaje de hoy me va bien, sólo encuentro que lo de las cabezas de chocolate blanco no tendrá éxito en mí casa...parece obra de jíbaros ¡¡¡¡
    Salut

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  7. El chocolate a la taza para el invierno, es un maravilloso invento.

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  8. Muy buena entrada como siempre. Preciosa tapa de vasija y los anuncios propios de otra época, hoy nadie se atrevería a decir en su publicidad que el chocolate nos hace gordos. No podría comerme a los bebés, me dan repelús.

    Un beso.

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  9. Hola Censura: las cerámicas-precolombinas son preciosas. Esta que nos enseñas hoy es una maravilla.
    Como siempre asombrada por tanta cultura. bonito post. Besos..

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  10. Los carteles plubicitarios me encantan. Mi pueblo es Rute, famoso por sus fábricas de destilados de anis...Tenemos dos museos del Anis y existe un cartel de Coca Cola que no es original de Coca Cola sino, la copia que hace el refresco a un anuncio de anis.
    La historia del chocolate es interesantísima por la amplitud de su historia.
    Este post me ha gustado mucho.

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  11. Gracias por traerme al recuerdo el chocolate Matías López, aunque debo reconocer que el que me daban de merendar en los años de la posguerra, no se parecía en nada a los que se degustan ahora.
    Eran arenosos, resecos y muy faltos de cacao, pero nos apañábamos.
    Un beso.

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  12. Tienes razón, todos los chocolates están para chuparse los dedo.
    Muy chulas las curiosidades que has presentado. Los carteles de esa época eran una maravilla.
    Un abrazo

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  13. Verónica, te gusta hacer historia y lo haces con talento y conocimiento, amiga...El chocolate es un gran alimento, no hay duda de ello...A mi me encanta el chocolate negro y tomarlo a la taza cuando estoy resfriada...
    Te dejo mi felicitación y mi abrazo por tus buenos y completitos posts...Feliz finde, Verónica.
    M.Jesús

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  14. Bravo, Censura, a estas alturas de nuestra liturgia "dietaria", saber que alguien hace un apología del chocolate, de mi amor más preciado y el de mi niña, ay el chocolate, que rico, cuan necesario es para todo ... sin chocolate no hay vida, ni amor ... ni sexo.
    Un abrazo, Censura ... y gracias.

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  15. El chocolate me encanta, es uno de mis vicios pero, nunca le pegaría un mordisco a esas cabezas de chocolate blanco. Una entrada muy curiosa y entretenida.
    Besos

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  16. El chocolate, para mi es vicio, me encanta y ademas me gusta el negro fuerte, pero no hago ascos a ninguno. Si me traen los niños, ya les pueden hacer despedida, porque no vuelven...


    Un saludo

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  17. ME TRAMA EL CHOCOLATE, PERO ESAS DOS CABEZAS NO ME LAS TRAGO, NI LOCO QUÉ ESTÉ!!!!
    ABRAZOS

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  18. Yo soy muy claro: Chocolate Valor, de ese que venden en el Mercadona, puro y con almendras...

    "Teta de novicia", amiga... Pura "Teta de novicia"...

    Un abrazo

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  19. Esta entrada no la podía dejar pasar¡¡ sabes que me encanta el chocolate... pero que mal rollo dan las cabezas de esos niños¡¡ un besote¡¡¡

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