Comarca, país, marquesado, imperio, provincia, condado, pedanía, reino, pueblo, continente, autonomía, baronía, la casa del vecino y hasta el planeta Tierra... son palabras que vienen todas marcadas por líneas de separación reales o ficticias que, amodo de fronteras, nos hacen ser conscientes de un allí y un aquí. Aquí somos y allí son, sin que ello tenga que ver con las distancias sino con lo diferente.
Y son las diferencias, cualesquiera, las que nos hacen pensar, mal claro porque somos humanos, que el otro no es como yo, y porque yo siempre me consideraré mejor o distinto, seguro que el otro es peor o distinto; no importa si política, cultural, física, tradicional, idiomáticamente o en custiones de gustos...
Fue el sentido del primer concepto del paso de aldea a ciudad, desde el momento en que hubo excedentes una vez asentados, y los humanos cuidaron de su grano, ganado, su trozo de río, sus árboles y los animales que en él vivían, sus casas... cuando delimitaron por primera vez un espacio propio y protegido en el que otros no podían entrar más que por las malas codicias... y así, surgieron los límites; se hicieron vallas, muros, paredes y murallas para separar lo suyo de lo de otros. De este modo, las mentes comenzaron a ser manipuladas y se pudieron utilizar para fomentar odios, porque de este modo, esas mentes, supuestamente diferentes de las otras, se unieron bajo una misma bandera o una misma patria. Y cada bandera y cada patria era distinta de la otra, así como quienes bajo y en ellas vivían. Pero, bajo el mismo "amparo", unos se lo creyeron y otros no. Y en lugar de luchar con el de más allá, se pelearon los de la misma comarca, los de la misma finca de vecinos, los del mismo pueblo, los del mismo país y con los que llevaban distinto modelo de sombrero.
En este blog no peleamos nunca porque todos somos genialmente desiguales, cada uno toma el café con su modelo de sombrero...
Posiblemente tienes razon, debe estar en la parte oscura de los genes.
ResponderEliminarCompletamente de acuerdo. Cuando nacemos no entendemos de límites entre otras cosas porque durante un tiempo todo nuestro mundo se reduce a una madre y algunos familiares. Pero qué pronto aprendemos a poner fronteras, lo mío es mío, pero si quiero algo tuyo iré a buscarlo te guste o no te guste.
ResponderEliminarSiempre un placer leerte, mente clara y privilegiada.
Un abrazo.
Las fronteras y las banderas, eso que alguien inventó para justificar los odios.
ResponderEliminarBrillante trabajo, amiga.
Un beso.
Andaba totalmente perdida en cuanto a intentar hallar inspiración para escribir sobre el tema, luego de leerte, me doy cuenta que nada meritorio podría escribir más allá de lo que ya has escrito, porque te adelantaste y lo redondeaste genialmente! Me contento entonces con entrecomillar una de tus frases 'Aquí somos y allí son, sin que ello tenga que ver con las distancias sino con lo diferente." Magnífica manera de describir el origen de nuestras miserias. Un fuerte abrazo!
ResponderEliminarMira es otra lectura que no se me había ocurrido,pero es muy interesante.
ResponderEliminarSi algo tengo claro es que la patria es el lugar en el que uno vive feliz...
ResponderEliminarY si algo rechazo es a los patrioteros y nacionalistas de baja estopa, que tanto abundan en estos tiempos...
Un abrazo, amiga
Muy brillante dedución, el de las fronteras, las vallas, los límites, lo mio y lo tuyo, lo peor lo mejor y lo diferente. Si, todo ello muy esclarecedor y filosófico, aunque yo habia entendido que teníamos que explciar nuestros orígenes. Una descripción del lugar,(verdadero o ficticio), del que hemos o habriamos querido nacer o residir.
ResponderEliminarDe todas formas una visión distinta, digna de tener en cuenta. Feliz finde, amiga.
Por cierto yo ne he nacido en una baronia, ¿que no figura en tu lista? ¿...?
Créeme, me ha pasado como a ti. Hace poco he cambiado a Windows 10 y todas las direcciones que tenía en Outlook, me han desaparecido. Solo tengo antiguas que tenía en Yahoo.
ResponderEliminarHaré lo siguiente: pondré el lunes día 9 por la mañana mi correo en el perfil del blog, aunque por la tarde lo retire.
No se me ocurre otra solución.
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Un beso.
Buenos días, Verónica:
ResponderEliminarantes de acudir a curiosear sobre la belleza, permíteme que agradezca tu encanto.
un abrazo cafeinado.
Me ha gustado como has dado ese recorrido boomerangico. Aquí estamos, efectivamente, creyéndonos diferentes de los del otro lado de la raya y enfrentados entre nosotros por bobadas.
ResponderEliminarAsí es. Desde una comunidad dividida entre madridistas y atléticos (lo siento, la imagen de cabecera me ha llevado a ello) y que se cree superior a las otras de Europa, te envío un beso y otros tres para repartir.
En nuestro pensamiento también hay fronteras. Conforme vamos profundizando y descubriendo, nos acercamos a la verdad...Pero traspasar esa frontera no es nada fácil porque el corazón no se deja conquistar así como así. De esta manera vamos desde la tierra del garrulo, has la tierra de lo mistico...desde esa tierra hasta la otra, hay un camino recorrido y en el mío encontré a dos fronteras que se dejaron ver.
ResponderEliminarCuando la gente se eduque y reconozco el valor de las cosas, será libre sin necesidad de clanes, razas o credos y entonces, el mundo será mejor.
Como tu poco me fio de fronteras que marcan diferencias, yo la diferencia la encuentro en las caracteristicas geograficas de cada lugar, son diferencias que enriquecen y que dotan de belleza a todos los lugares. Tu vision aunque inesperada no puede menos que hacer que me sienta de acuerdo contigo, besos.
ResponderEliminarACÁ EN COLOMBIA ES PEOR: VIVIMOS AÚN EN "LA PATRIA BOBA".
ResponderEliminarABRAZOS
Es cierto lo que comentas. El apego a lo local puede llevar a la rivalidad con gente de otros lugares, sin ningún motivo racional. Y eso no implica que no haya rivalidades internas.
ResponderEliminarEs cierto de que en los blogs nos llevamos bien. Hay diferencias y también aspectos en común.
Un abrazo.
GRACIAS, CHICOS. HAY ALGUNOS QUE DICEN QUE DICEN: "BLOGS AFINES, PERSONAS AFINES"
ResponderEliminarUN ABRAZO PARA CADA UNO Y MUCHAS GRACIAS A TODOS.
Yo siempre fui de pueblo, sin fronteras, me crecieron las alas y cuando regresé a mi pueblo me di cuenta que los vecinos no se hablaban entre si, me volví a marchar y cuando regresé, el pueblo estaba vacío, ahora me tomo un café mirando a los pájaros y me doy cuenta que sigo siendo de un pueblo sin fronteras...
ResponderEliminarMe encantó leerte y me reí mucho con el sombrero, todavía huelo a café...