Fragmentos de cuerpos enfermos se mostraban en el Museo de Historia de la Medicina. Catalogadas por patologías, las ceras recogían manifestaciones de las enfermedades que permitían así la formación de los nuevos.
Las consecuencias de la sífilis repugnaba a quienes veían las ceras por primera vez en aquella sala; pero María las hacía con amor, las mimaba y acariciaba con ternura.
Pincelaba suavemente capas de escayola sobre los miembros afectados y la dejaba endurecer. La retiraba luego con esmero y rellenaba el molde con cera que coloreaba para dar un tono natural. Al fin y al cabo, iban a ser sus amigos en poco tiempo.
Hoy café...
No, no, no el de siempre, sino el que usaremos para la cara tres veces por semana; que noooo, que no te quedarás como la del museo, ya verás.
Lo mejor para estímular tus células contra el envejeciniento, es poner en un tarro tres cucharadas soperas de poso de café, del de cafetera de toda la vida que tiramos a la basura o las plantas, y dos cucharadas de acetite de almendras dulces. Haz una pasta y aplícalo sobre el rostro a modo de mascarilla. Déjalo diez minutos y retira con agua no muy caliente y jabón. Listo.
Si quieres hacer exfoliante, prepara una pasta con el poso del café y leche, que quede como una crema; la misma es supereficaz para los cúmulos de grasa y celulitis, frotando siempre con ambas manos en círculo.
¿A que hoy no os quejáis de tanto café?
Más información sobre el Museo
Hoy café...
No, no, no el de siempre, sino el que usaremos para la cara tres veces por semana; que noooo, que no te quedarás como la del museo, ya verás.
Lo mejor para estímular tus células contra el envejeciniento, es poner en un tarro tres cucharadas soperas de poso de café, del de cafetera de toda la vida que tiramos a la basura o las plantas, y dos cucharadas de acetite de almendras dulces. Haz una pasta y aplícalo sobre el rostro a modo de mascarilla. Déjalo diez minutos y retira con agua no muy caliente y jabón. Listo.
Si quieres hacer exfoliante, prepara una pasta con el poso del café y leche, que quede como una crema; la misma es supereficaz para los cúmulos de grasa y celulitis, frotando siempre con ambas manos en círculo.
¿A que hoy no os quejáis de tanto café?
Más información sobre el Museo
Sin duda ese tipo de museo da pie para explotar cierta vena macabra que muchos llevan latente.Buen microrrelato!
ResponderEliminarUn abrazo
p.d me anoto la receta contra la celulitis jeje
NO SABÍA QUE EL CAFÉ FUNCIONABA COMO MASCARILLAS. JEJEJEJEJE.
ResponderEliminarABRAZOS
No se si lo dices de broma o de veras, porque si es cierto no se como lo voy hacer para mantenerme y recuperar mi lozania y juventud. Y tu que eres tan estudiosa e inteligente: Dime ¿que propiedades tiene el chocoltate? .....Muchos besos gordos
ResponderEliminarUn trabajo diferente el de María, le debe costar trabajo en casa comer ciertos alimentos. En cuanto al café sirve para todo, incluso como infusión para el desayuno. Abrazos
ResponderEliminarComo dijo "El Gallo": "hay gente pa tó".
ResponderEliminarSobre los posos del café, (en mi tierra les llaman granzas del café), sabía que servían como abono, para aclarar el pelo y como fijador.
Al menos esos nos decían las monjitas que las recogían en el bar familiar, aun que todos sabíamos que las utilizaban como "recuelo", para el desayuno de los viejecitos del Asilo.
Un beso.
Con tanto café mi piel va a coger de los nervios...
ResponderEliminarPobre María si se lleva a casa los problemas del trabajo... Yo me quedo con la mascarilla de café, quietecita para que haga efecto.
ResponderEliminarBesos, muchos.
Tu no me avises eh ! jajajja. menos mal que te conozco de otras veces, y he venido a aprender y a disfrutar con tu entrada.
ResponderEliminarMaría, parece conformarse con su futuro, mientras que yo, me llevo otra lección aprendida de tus generosas letras.
Bravo Maestra !
Y ahora que hago yo con mis arrugas si no soporto ni el olor del café ? Anda...buscame otro remedio,te doy una pista : Soy adicta a todo tipo de thés
Abrazos a los cuatro, mi cariñosa amiga.
Me ha gustado lo del café. He de probarlo, desde luego más barato que esas cremas tan caras.
ResponderEliminarMe imagino a la chica haciendo los moldes de ceras, bueno, al menos es un trabajo, no muy divertido,mpero un trabajo.
Un beso
Y bueno es un trabajo después de todo.
ResponderEliminarMuy buenos consejos para las mascarillas, a ver si me animo a embadurnarme y luego te cuento.
Un beso :)
Dos máscaras contrapuestas, la de la eternidad garantizada y la que te promete la eternidad. La que muestra cómo somos y la que nos engaña. Muy bueno. Saludos.
ResponderEliminarHola, Verónica.
ResponderEliminarHay muchos trabajos asquerosos, pero lo mismo hay personas valientes y con buen estomago para ejercerlos, como tu protagonista. Al menos lo veo más entretenido. ¿Te imaginas el que analiza excrementos? =0)
Con tu permiso me llevo la receta de café, no es malo comenzar temprano. Me parece genial!
Beso
Hola, Verónica.
ResponderEliminarHay muchos trabajos asquerosos, pero lo mismo hay personas valientes y con buen estomago para ejercerlos, como tu protagonista. Al menos lo veo más entretenido. ¿Te imaginas el que analiza excrementos? =0)
Con tu permiso me llevo la receta de café, no es malo comenzar temprano. Me parece genial!
Beso
Entre el museo y el café, me quedo con este último.
ResponderEliminarYo preparo un bizcocho, nos tomamos tranquilamente el café y después me preparo la mascarilla.
Ya veo que no se puede desperdiciar nada.
Cariños y buen fin de semana.
Kasioles
¿De verdad era necesario sacar moldes de las pústulas? Pobre mujer, que estómago debía de tener para ejercer su profesión. En cuanto a las mascarillas a base de granzas de café, no sé si comentárselo a Toñi, no sea que se le caiga la piel a cachos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Claro que María los cuida, sabe que ella va a terminar expuesta igual que ellos, como os digo al final del relato "van a ser amigos en poco tiempo", ella también es sifilítica.
ResponderEliminarHola, hola, hola... ya veo que estáis todos guapísimos después de mascarillas, exfoliantes y anticelulíticos. Los que gustan más del chocolate, como ya existe la chocolatoterápia como baño corporal POR FUERA, les recomendaría la chocolatoterapia POR DENTRO, al cuerpo hay que mimarlo por todas partes, :))))
A Doña Tetera le dejo una que yo he usado y me gusta por su frescor y por los antioxidantes del té verde:
1 cucharada de harina de arroz
2 cucharadas de miel
3 cucharadas de té verde.
Haz una pasta y póntela en el rostro. Aguanta 10 minutos. Ya está.
MUACS
Una idea muy interesante. Yo me tomaré el café y te guardo las zurrapas.
ResponderEliminarTodo sea por el conocimiento. ..
ResponderEliminarSe necesita una mentalidad especial para hacer ese trabajo con ternura.
ResponderEliminarNo tengo aversión por el café, sobre todo en este otoño invernal.
Un abrazo.
Creo que a Maria le gusta su trabajo y lo realiza con esmero y amor y eso es lo importante. Hay trabajos que muchos no hariamos (por ejemplo tanatologo) por la dificil relación que tenemos con la enfermedad y con la muerte, pero estas aunque nos pese, tambien forman parte de la vida. Magnifico relato y gracias pir tus consejos cafetiles. Besos.
ResponderEliminarCreo que a Maria le gusta su trabajo y lo realiza con esmero y amor y eso es lo importante. Hay trabajos que muchos no hariamos (por ejemplo tanatologo) por la dificil relación que tenemos con la enfermedad y con la muerte, pero estas aunque nos pese, tambien forman parte de la vida. Magnifico relato y gracias pir tus consejos cafetiles. Besos.
ResponderEliminarNada mejor que disfrutar con lo que se hace aunque para algunos sea cuestión de sangre. No todos valemos para estas cosas pero gracias a personas como María no vivimos tan ignorantes.
ResponderEliminarY el café de hoy, con todos los matices y utilidades a flor de piel.
Un beso enorme.