viernes, 30 de diciembre de 2016

La niña y el gato...

 Louise Vernet de niña (1818-1819)
 Museo del Louvre, París

Louise Vernet era hija de un pintor francés llamado Horacio, fue retratada de niña, de joven y una vez fallecida. Su última imagen ha permanecido en mi mente durante años y no conseguía saber ni a quién pertenecía y dónde la había visto. Ayer mismo la encontré de nuevo de forma casual.
Este primer retrato lo realizó Théodore Géricault, un compañero y amigo del padre que trabajaba con el mismo maestro. Unos años más tarde, fue el padre el que la pintó cuando ella contaba con diecinueve años. Debió ser durante su estancia en Italia porque al fondo del retrato se ven las torres de la Villa Medici. Era en esa villa donde se reunían los pintores y artistas franceses porque hicieron sede, al palacio, de la Academia Francesa de Roma. 


Retrato de Louise Vernet (1833)
Museo del Louvre, París

En 1832, en pleno auge del arte francés, coincidieron en el palacio, Hector Berlioz y Horacio, el padre de la muchacha. Encandilado Berlioz con la chica, le dedicó una canción tan pegadiza que hasta los sirvientes la tarareaban por las esquinas. 
También, en el mismo lugar y la misma época, se enamoró de ella el pintor Hippolyte Delaroche y ella de él. Se casaron y tuvieron dos hijos. Vivieron felices hasta que unas fiebres cuando ella tenía 31 años, se la llevaron. Este es el último retrato de Louise, el que su amante esposo le hizo. 




Como habéis visto, en el retrato de la niña aparece un enorme gato que más bien parece disecado por la poca vida que transmite estando tan tieso; pues en la misma pared del Louvre donde está el retrato de la niña de Géricault, aparece este retrato del gato muerto del mismo pintor. Tal vez sea el mismo porque la fecha del cuadro del gato muerto es unos dos años posterior al retrato de la niña.


El gato muerto (hacia 1820)
Museo del Louvre, París







Feliz día, amigos...


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10 comentarios:

  1. Buen año, de todo corazón
    Miquel

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  2. Estro en tí describiendo todo lomque sientesy ne dejas anonadado. Te lo agradezco mucho para educarme en esa sensibilidad que es la de transmitir lo que dice un cuadro...

    Un beso feliz año

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  3. La segunda imagen parece pasada por chapa y pintura, en la primera y en la ultima se aprecia un cuello de los que es prohibitivo regalarle una gargantilla, en la segunda tiene cuello de cisne, tendría que borrar el comentario, no está bien terminar el año criticando. Lo compenso con mis buenos deseos para ti

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  4. La imagen del gato es muy desagradable o al menos a mí me lo parece

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  5. Tambien te quiero querida Vero!
    que el 2017 les depare lo mejor.
    Un abrazo transoceánico.

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  6. Qué fuertes los últimos dos.
    Gran historia la que nos contás. A mí me gustaría creer que es el mismo gato, es muy bueno que estén en la misma pared.
    Feliz año!!!

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  7. Qué buena historia! No conocía nada de ella.
    Impresionante el retrato de Louise muerta, ¡qué buenas luces!
    El de la Villa de Médici me da la sensación de una imagen puesta sobre el fondo deseado, como un retoque fotográfico de los actuales. Y el gato muerto es genial. Parece una foto.
    Besos, cafelito por un 17 óptimo para vos.

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  8. No conocía la imagen del gato muerto, es muy bueno. Cuánto le habrá dolido al dueño su muerte que no dudó en retratarla.

    Saludos,

    J.

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  9. Impresionante la historia de esos retratos en distintas etapas, niñez, juventud, y recien muerta. Y también el retrato del gato.

    Que este año te sea propicio.
    Un abrazo.

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