Día 12 de junio de 1816
Comenzando el verano de 1816, formo parte de la tripulación de la fragata que se dirige a Senegal. El buque, la corbeta y el bergantín, tras nosotros. Muy deterioradas están las maneras de nuestro capitán, dos décadas en tierra firme le han dejado débil en sus funciones. ¿Se ganará nuestra confianza? Veremos, no da capitanes preparados el favor político.
Día 15 de junio de 1816
El viaje está siendo tranquilo, se habla en la bodega de que el coronel será el nuevo gobernador francés de Senegal ¿Cómo francés si Senegal es inglés? Mi hermano cuenta maravillas de ese gobierno y las tasas aduaneras. El coronel lo ignora, pero su altanera esposa no deja de pasearse pomposa y excitante por cubierta flirteando con los viajeros. No le importa ni su edad ni su estado. No debe importarme.
Día 17 de junio de 1816
La calma chicha nos está desesperando, no hay sombras sobre el barco ni fresco en su interior desde hace cuatro días. No hay espacios de consuelo y cualquier movimiento nos agota. Los pasajeros se quejan continuamente por todo y por nada. El agua ya escasea, casi toda se ha podrido en los depósitos debido al calor, apesta. Nadie tiene fuerzas para vaciarlos, pero los cuatrocientos pasajeros no deben notar ni su olor ni su escasez. Nosotros, los 160 miembros de la tripulación hemos renunciado a la mayoría de nuestras raciones.
Día 21 de junio de 1816
Por fin ha pasado la calma, un suave viento movió las velas ayer noche, la corriente nos favorece y el coronel y su esposa creen que haremos un buen tiempo de navegación si desplegamos todas las velas. Tal vez recuperemos el tiempo perdido, dicen, no lo creo. La falta de experiencia de nuestro desentrenado capitán podría costarnos la vida, además de casi toda el agua potable, en los bancos de arena, deberíamos dar un rodeo.
Día 28 de junio de 1816
Hemos adelantado al resto de los navíos que nos seguían, llevamos demasiada velocidad. Ni el coronel ni el capitán nos escuchan.
Día 1 de julio de 1816
Sí, seguimos navegando a gran velocidad, el viento es tan magnífico como peligroso....
Patric ya no siguió leyendo las deterioradas notas, con el rostro compungido siguió contándome lo sucedido después... Ocurrió entonces, a 62 millas* de la costa. El barco encalló el día dos de julio de 1816 en uno de los abundantes bancos de arena del Atlántico africano. El incompetente capitán y las prisas del receloso coronel fueron los culpables del desastre. No hubo forma de liberar al barco y todos, tripulación y pasajeros, tras abuchear e ignorar al capitán, decidieron subir en los seis botes habilitados de la fragata. No todos podían subir a bordo de las pequeñas embarcaciones, solamente 250 personas. Los pasajeros comenzaron a llorar y a gritar, a codearse y golpearse sin control. de las más de 300 que quedaban, 150 hombres y una mujer construyeron con maderas de la fragata una balsa de 20 m por 7 m; los demás decidieron no abandonar el navío.
La balsa se hundió bastante debido al peso de las personas y, aunque el capitán ordeno amarrarla a los botes para ser arrastrada, los remeros no podían con ella. La cuerda que nos unía se soltó. Yo más bien creo que alguien la soltó.
Llegó la noche y todos tratamos de descansar. Devoramos la única bolsa de galletas y tomamos un poco de agua; afortunadamente, dos garrafas de agua habían caído al mar durante el alboroto y habíamos conseguido pescarlas. A la mañana siguiente veinte hombres aparecieron asesinados. La posibilidad de sobrevivir eran así mayores.
Después de 13 días en alta mar, la sed y el hambre hicieron que nos deshiciésemos de los rebeldes, molestos o moribundos. Sin comida ni agua, la carne de los fallecidos y su sangre nos permitió alargar el tiempo de vida. Otros decidieron acabar con su vida dejándose caer al mar.
Por casualidad, no porque nos buscasen, el 17 de julio de 1816, nos rescataron. Quedábamos únicamente 15 de los 150.
La vergüenza para Francia se hizo historia.
El relato y los planos de la balsa me conmueven y dan motivo para comenzar a pensar en mí mismo. La ocasión es fabulosa, porque dar publicidad a este espantoso hecho va a crucificarme o a coronarme. Correré el riesgo de pintar fuera de encargo.
Comienzo la pintura entusiasmado. Los tonos oscuros de color me los han mostrado morgues y hospitales. Represento el caos con la asimetría; superpongo dos planos estables, la balsa y el paisaje, sobre el plano móvil e inestable del mar. Esperanza sobre desespero. El barco de rescate es apenas un punto y grande la balsa. Cielo azul y nubes negras. Una línea cruzada une la pierna del cadáver, con el trapo que el marinero agita. Solo unos puntos de color rojo representan la vida sobre la muerte.
Jean-Louis André Théodore Géricault sabía, con 27 años, que el tema del lienzo sería muy polémico. Basado sobre un acontecimiento real que había escandalizo internacionalmente, lo presentó en el Salón de París de 1819. En casi cinco por siete metros, Géricault representa la tragedia de la fragata Medusa, el navío francés que iba a recuperar las tierras del Senegal tras la repartición de tierras obtenidas por Inglaterra en el Acuerdo de París tras la Guerra de los Siete años. Los ingleses la habían perdido ahora. El cuadro La Balsa de la Medusa necesitó de una ardua investigación, muchos esbozos y bocetos de la balsa, como el que vemos arriba. Pero lo más importante fue la entrevista que hizo a dos de los supervivientes.
Cinco años después fallecía. El Louvre compró su obra. Logró, como quería, hacerse famoso con La Balsa de la Medusa.
* 100 kilómetros.
Dos formas de romper las reglas.
ResponderEliminarUna forma autodestructiva, que llevó al desastre.
Otra, la creativa, que desafió las normas de la epoca. En cierta forma, denunciando a la primera.
Bravo, Sr. Creador. Hay varios saltos de normas en este relato, unos por soberbia, otros por superviviencia...
Eliminar...Y yo añadiría una tercera: Todavía no es Domingo, el GUS te va a dar un tirón de orejas.
ResponderEliminarBesos, nos leemos más adelante
Shhhh, que te van a oír y me van a declarar ilegal, shhhh :)))
EliminarUn beso, compañero. Te queremos.
Gracias por tan magnífica lección de arte y de historia. Lo cierto es que conocía la obra pero un cierto instinto de conservación me habita, el de intentar alejarme de todo lo que me pueda causar dolor innecesario, hasta ahora que el dolor ajeno se ha convertido en un placer de lectura. Muchos bss.
ResponderEliminarPues ya somos dos, no voy a ver ni una peli de llorar ni de broma. La última obra de teatro que vi de estos temas iba de un monólogo de no sé quién que estaba en fase terminal. Con la realidad ya me llega de tristezas, amiga.
EliminarUn beso, me alegra que te entretuviera un poco.
DEFINITIVAMENTE AQUÍ APRENDO MUCHO. GRACIAS.
ResponderEliminarUN ABRAZO
NO hay de qué, tú ven con calma y tómate ese cafelito que te dejo. Besito.
EliminarDiablos... .____. Me he quedado chocada. No conocía la historia del "Medusa" y con esto me invitas a querer saber más. Gracias por el pedacito de cultura -^^-
ResponderEliminarNo hay de qué, dueña de ese blog pasajero :))
EliminarYo conocía el cuadro pero no la historia completa.
Un beso y gracias por venir.
La balsa de la medusa y su historia. No la conocía. Tengo una extraña versión de ese cuadro, la portada del disco Rhum Sodomy and the lash, de los Pogues.
ResponderEliminarLa historia real es mucho más espeluznante que las que podía imaginar.
Besos para todos.
Fíjate qué cosas... ¿Tiene alguna relación la letra de las canciones con la historia real?
EliminarAbrazos a mogollón.
En la muerte han de haber encontrado la libertad que tanto ansiaban, sin dudas.
ResponderEliminarSaludos!
J.
Un abrazo, compañero José. Igual los que se zamparon a los otros ganaron en vida, pero seguro que no ganaron en libertad... qué espanto de historia.
EliminarMirá el perfil de este comentarista. Comparte un rasgo conmigo.
EliminarHola censura, me has dado una lección de historia de esas horripilantes pero que no conocía. De veras que has hecho una entrada que cumple lo de "rompiendo las normas". Es escalofriante imaginarse la situación de los náufragos en aquella balsa.
ResponderEliminarHay algo que me "chirría": "la tragedia de la fragata Medusa, el navío francés que iba a recuperar las tierras del Senegal tras la repartición de tierras obtenidas en el Acuerdo de París tras la Primera Guerra Mundial."
La Primera Guerra Mundial comenzó en 1914 y la fragata Medusa encalló en 1816. (?)
Un abrazo de Mos desde la orilla de las palabras.
Gracias, es verdad, lo que te chirriaba era un lapsus imperdonable, se me olvidó citar que era Paz de París del final de la Guerra de Los Siete años cuando Francia perdió la colonia del Senegal, luego, los tejemanejes de la fragata y devoluciones colonizadoras ocurrieron en el 16 cuando la balsa se hundió; eso sí, durante la primera guerra! Muchas gracias, fue una confusión.
EliminarGracias. Beso y cafelito!
Todo tiene un costo, romper ciertas normas pueden llevar al desastre o, a dejar que la verdad salga a luz. Una historia que tiene su gran cuota de horror por lo verídica, pero su aspecto de interés por lo desconocida -al menos para mí. Tienes la particularidad, de contactarnos con hechos históricos en la mayoría de tus relatos, lo que nos enriquece.
ResponderEliminarBesos, buen domingo!
Gaby*
Gracias, Gaby. Realmente lo disfruto. Alguno me manda un mail llamándome pedante, no creas. Me gusta saber qué hay detrás de las cosas que aprecio, conocer los orígenes o los motivos de la creación de libros, películas, cuadros, esculturas...
EliminarPara mí es fascinante.
Beso y feliz semana.
Para que aparezca el arte hay que saltarse las normas.
ResponderEliminarSí, hay muchas obras de arte que parecen basadas en convencionalismos, pero muchos autores atrevidos trasgredían las normas con pequeños detalles, o ponían elementos denunciantes o condenatorios en los retratos, era muy frecuente.
EliminarUn beso.
Fantástica descripción del cuadro. Tendrían que haber roto las normas antes y declararse en motín como paso en la Bounti.
ResponderEliminarLa referencia a la 1º Guerra Mundial la catalogo como gazapo sin importancia.
Un beso
Sí, ya me dí cuenta. Pensando en que pasó durante la Primera Guerra se me fue el santo al cielo!!
EliminarGracias, un beso. Pido disculpas.
Desconocia la historia y me ha hecho pensar como la decisión desacertada de alguien que supone con conocimientos para estar al mando, se salda con la vida de inocentes. Gracias por esta dura historia.
ResponderEliminarBueno, eso se llama falta de profesionalidad.
EliminarEn la red, resumen muy bien el final de capitán, que encima se salvó!!!
El conde de Chaumareix sería degradado en Consejo de Guerra el 7 de enero de 1817, pero se salvó de la pena de muerte, obteniendo sólo tres años de cárcel, debido a su pasado en la armada. Tras ese tiempo se retiró a su castillo de Lachenaud, la residencia de su madre, en Bussières-Boffy, y murió el 23 de noviembre de 1841 a los 78 años.
Muchas gracias a ti, Alicia, por venir.
Dos formas ¿eh? romper la norma de la norma rota (publicar en sábado lo que se publica siempre en jueves y se cambia para el domingo) y crear de otra forma.
ResponderEliminarLos genios siempre rompen normas y moldes.
Entonces debo ser genial porque no hay forma de publicar el día que toca, jajajaj!
EliminarUn beso. Ni te cuento lo buena que me salió la empanada de lomo... Hmmmmm.
Te vuelvo a decir lo de casi todos los jueves(aunque esta vez sea en domingo), eres una maestra inspirándote en los temas, de cualquiera de ellos encuentras una referencia histórica con la que entretenernos y enseñarnos.
ResponderEliminarMe ha encantado.
Besos para toda tu familia.
Muchas gracias, qué guapa te veo en la foto!!!
EliminarEspero que lo disfrutéis igual que lo hago yo. Siempre descubriendo y aprendiendo, es un placer. Yo desconocía la historia y mira que he visto el cuadro veces, nunca había pensado en leer sobre él.
Un beso bien gordo, amiga mía.
Enseguida me he visto a bordo de la Medusa, allí todas las normas se rompieron, horrores sin cuento, pero me queda la certeza que todo fue culpa del capitán, del mandamás inepto y me veo en esa balsa a merced de todas las tempestades que hoy nos naufragan.
ResponderEliminarMagistral Censu la forma y las formas fascinantes para expresar las normas rotas en aquellos tiempos de fragatas.
Besets molts i café i galetes.
Ah, galetetes, en la fam que tinc ¡Moltes gràcies, templà!
EliminarSuele pasar que los más ineptos sean los de arriba, seguro que tú, igual que yo, conoces muchos de esos, que lo mandan todo al traste por pocas ganas y falta de formación, además de altaneros, eh?
Besito, Natàlia.
Vaya!, he visto mil veces este cuadro pero hasta hoy no lo he "visto", florecilla, me has dejado como siempre boquiabierta, heladitos los deditos, el corazón encogidito se me ha quedado, y es que el mar, ese mar que adoro, hay que tenerle mucho respeto!!!, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarY tanto que hay que respetarle, ya he tenido yo un par de sustos y eso que soy desconfiada con la mar salada. Un beso de los más gordos que tengo. Chocolate caliente que hace un frío que pela, amiga sardinita.
Eliminara veces me dices que no te supone mucho trabajo hacer jueves como este. vale, te lo creo. pero permíteme que la duda a veces se asiente en mó. hostias, este jueves, este texto tiene trabajo, no se escribe a vuela pluma como yo escribí el mío. así que esta vez...esta vez no te creeré...aquí hay trabajo. y del bueno. amén de que has sabido mezclar lo histórico con lo literario. la base de la novela histórica está en este texto, se mire como se mire.
ResponderEliminarmedio beso, mamá.
Pues sí, me dio un poquito más de trabajo que los otros relatos, pero no mucho más.
EliminarRelatar la historia sin añadir demasiada novelación es muy instructivo, me gusta. Ay madre, que me gusta y todo ¿quién me lo iba a decir hace un tiempo? :)))
Gracias, gatito.
Contigo desde luego el que no aprenda es porque no tiene interés ninguno y todo le importe un carajo. Fascinante
ResponderEliminarBesos.
Pues mira que me alegro, hay tantas cosas que no sé, que cualquier información añadida me llena de fascinación; si os contagio, me siento feliz.
EliminarGracias, Rafa. Ando escasa de tiempo, apenas un rato para mí a la semana. Termo con carajillo para que no se enfríe por el camino, con esta rasca... Hoy si que hace, eh?
Besito.
Estremecedor relato, magistralmente narrado como sueles hacerlo, nos ilustras páginas dela historia que -al menos yo- suelo desconocer.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Un abrazo.
No hay de qué, gracias a ti por venir a leerme.
EliminarHay tanto que saber que necesitaría cincuenta vidas para calmar la sed :)
UN fuerte abrazo.
Ahora no te pasará por alto, amiga mía. Seguro que cuando pasees por el museo dirás: ¡Mira, el cuadro que me explicó Censu!!! :))
ResponderEliminarUn besito.
Un relato que aumenta la tensión a medida que el lector avanza. Como siempre que te leo siento que estoy en una clase de historia, nunca me voy de tu blog sin haber aprendido algo.
ResponderEliminarUna forma de diferente y desesperada de romper muchas normas hay en tu texto.
Un beso enorme.
Qué bien que te haya entretenido, me hace feliz.
EliminarEste cuadro siempre me ha fascinado, solía referirme a esta obra para ilustrar las formas de los primeros pintores románticos, cuando apenas el movimiento había comenzado. Es muy interesante este autor.
Un beso bien gordo, Sindel.
Magnifico trabajo, este que nos presentas sobre aquel suceso tan terrible y su plasmacion en una obra de arte inmortal. En situaciones extremas, el hombre tiene que actuar de modo extremo. Asi somos. No hay normas que no se hayan de saltar, si llega el caso.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte... (Me decias algo de Jaen, pero piensa, amiga, que yo no soy de este mundo...)
Ya sabía yo que algo de marciano tenías :))))
EliminarPor si te acercabas al encuentro jaenero el fin de semana del 15, 16 y 17 de marzo, y aprovechar para tomar un café, pero no soy muy consciente de los kilómetros que hay desde Córdoba.
Un abrazo, amigo.
Buena lección de arte e historia. Un beso.
ResponderEliminarGracias, Fabián. Un fuerte abrazo.
EliminarCuando se trata de la supervivencia, se olvidan a menudo las normas y el hombre se vuelve contra el hombre. Muchas son las normas que se saltan o no se tienen en cuenta en los hechos que propiciaron el naufragio de la fragata Medusa, rememorada en esa magnífica pintura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo creo que por supervivencia, la nuestra o la de los nuestros, haríamos cualquier cosa, es entonces cuando nos convertimos en verdaderos humanos asesinos.
EliminarUn abrazo a los dos, con ganas de veros.
Has visto la peli "Life of Pi" (Una aventura extraordinaria)
ResponderEliminarTu interesante entrada hizo que la recordara, lo que màs me maravillò de ella fue su fotografìa, aunque tiene un trasfondo con muchas enseñanzas.
Su mensaje..."Cuando pierdes todo lo que tienes àrmate de valor"
Besos y cafelitos x 4
No, no la he visto, pero las imágenes que emitían en la publicidad del film en televisión eran realmente bonitas.
EliminarEl mensaje me resulta muy familiar, amiga mía. Valor tengo mucho, pero cada vez menos...
Un besito de los cuatro.
Interesantísimo relato, muy bien descrito y sobre todo la descripción de todo el proceso de ejecución del cuadro de Gericaut, donde las expresiones humanas es de las cosas más importantes del mismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Es un cuadro fascinante. Tiene tanto que decir y tanto que criticar a aquel acontecimiento; casi diría yo que es mejor que un artículo de prensa.
EliminarUn abrazo, compi, y gracias por venir.
Esta historia me ha dejado paralizada,Verónica...Qué bien la has contado,con diario y cuadros incluidos...Una maravilla.Eres toda una maestra,no me cabe duda...
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo inmenso por tus lecciones,amiga.
M.Jesús
Aqui se rompen todas las reglas, nada de jueves, ni lunes, si domingos, SABADO, lo único que mantienes es la genialidad, esa sigue intacta.
ResponderEliminarTiene que impactar el cuadro, la historia ya lo hace.
Un gran abrazo.
¡Excelente entrada! Llegué tarde para verla, pero no demasiado.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la descripción, conocía el cuadro, pero no los detalles de tan desesperada situación.
Besos