Hoy nos vamos a Chile de
la mano de María. Además de apetecerme un café, el estómago está comenzando a
rugirme, grrrr.
Paramos a comprar una de
las especialidades de este país, las famosas empanadas chilenas que he
preparado más de una vez en casa porque son fáciles y sabrosas.
¿Os apuntáis a
elaborarlas para el placer de vuestros paladares?
Bien, ¿delantales listos? ¡Ya!
Para empezar necesitamos:
500 gr de carne picada
¡No molida!
1 kilo de cebolla picada
¡No rallada!
Sal y pimienta. Si tenéis
cominos los usáis, sino cualquier especie de hoja vale: romero, tomillo,
albahaca, orégano, perejil… la que más os guste.
Con estas cantidades os saldrán doce empanadas.
Ponemos a cocer 2 minutos
en agua caliente la cebolla porque así luego no molesta al estómago.
Cuando ya está la escurrimos bien, bien.
Sofreímos la carne.
Añadimos la cebolla y las hierbas, y dejamos sofreír unos 10 minutos a poco
fuego para que no se dore. Dejar enfriar, pero mejor si dejáis hecho este asunto
el día anterior o por la mañana si las vais a hacer por la noche.
Este será parte del
relleno de las empanadas, la otra parte se compone de:
4 huevos duros cortados
en cuartos para hacer las doce empanadas
12 aceitunas
Contar con unas cinco pasas
de uva para cada empanada.
El preparado del día
anterior.
Ahora hacemos la masa de
las empanadas con:
700 gr harina
200 gr de margarina
2 tazas de agua calentita
¡No hirviendo! y 1 cucharada de sal, lo juntamos todo para hacer una salmuera.
Comenzamos:
Unir la harina con la
mantequilla y hacer un “hormigón”. Añadir poco a poco la salmuera tibia hasta
que la masa sea suave y podamos hacer 12 porciones sin que se nos peguen a las
manos.
Con el rodillo se hacen círculos
de masa delgada, a mí me gusta finita, de unos 20 cm. Se pone el relleno en el centro: una cucharada colmada del preparado de carne, las pasas, un trocito del huevo y una aceituna. Se cierra el paquetito doblando los bordes.
Pincelar con unas gotitas
de agua mezclada con yema de huevo y poner en el horno a 200º unos 30 minutos.
¡Que aprovechen los sabores chilenos!
Yo creo que la empanada
ResponderEliminares la esencia de la vida,
paraíso de sabores,
quién la comió... no la olvida...
(Jen-O)
Tantas ganas me dieron al escribir esta entrada que he preparado una empanada familiar... es decir, sin porciones.
EliminarUn abrazo, cafelito y trozo de empanada.
Anoto la receta, me encantan las empanadas y estas tienen muy buena pinta. Y qué envidia, ir a Chile, os espero de vuelta tomando café con empanada. !Buen viaje! Besos.
ResponderEliminarYa quisisera yo, amiga mía, de momento me conformo con viajar por medio de estas entradas y las posibilidades que me da la tecnología... con los bolsillos vacíos y pensando en el sustento diario, tengo que conformarme con la imaginación ¡¡¡y la buena cocina!!!
EliminarUn besito y tu trozo de empanada acompañada de café y muchas ganas de viajar, con lo que me gusta...
A la receta le falta un ingrediente: el ají color, una cucharada en el pino...
ResponderEliminarLo cierto es que la he adaptado a las hierbas de olor que tengo como más familiares...
EliminarMenuda pinta tiene, yo me apunto a estas empanadillas, el café lo dejaré para el postre.
ResponderEliminarBesos-
Están de lujo, Chelo. Ideales para viajar o "excursionar"...
EliminarUn cafelito para luego, pues, calentito te lo mantengo. Beso.
Tomo nota, No parece difícil, así que cuando me meta en harina, ya te contaré como quedó.
ResponderEliminarBss.
Cualquier día es bueno, incluso para ver una buena peli sin separar las narices de la pantalla :))
EliminarUn abrazo. Gracias por venir.
¡Mmmm! Las he probado alguna vez y ahora que leo tu receta se me hace la boca agua, saboreando lo que resultará aplicda tu receta.
ResponderEliminarBuena comida y aperitivo virtuales.
Besos para todos.
Pues a ponerla en práctica para que deje de ser virtual, te aseguro que os saldrán de lux!!!
EliminarUn abrazo a todos.
Me gustan las empanadillas, pero casi siempre las hago para aprovechar: ¿que me queda jamón o carne o chorizo de un cocido?.A picar y o empanadillas o croquetas.
ResponderEliminarPero la masa la hago diferente y el "cierre" ya va "a máquina".
Me tomo un café.
Lo mismo hago yo, es de lo más socorrido para las sobras ¡¡¡y siempre están buenas!!! Solamente esta receta y la de tomate es la que hago con lo ingredientes que toca; bueno, y la de queso...
EliminarUn abrazo.
MMMMMM...... qué delicia. En este paseo era lo que faltaba. El espíritu llenito!!! faltaba la pancita!!!
ResponderEliminarGracias por todo y en especial por la receta.
besos
De nada, María, gracias a ti voy descubriendo yo países y algunas de sus grandes cosas.
EliminarUn beso y tu cafelito.
Uy que rico!!! Me encantan las empanadas de todo tipo, acá es un plato muy común para degustar. Me guardo tu receta.
ResponderEliminarBesitos.
Un abrazo, Sindel. Suguro que si las haces, entre fáciles y ricas, repites más veces la receta, como yo.
EliminarCafelito?
Hola, Marta ¿Cómo vas? Pues sí que eres suertuda, aunque me gusta la cocina, el pensar el qué y el cómo cada día, cada día...
ResponderEliminarUn abrazo, espero que os guste si la preparan tus chicos. Cafelito para luego.
¡Tú también, jamía! (como diría ahora Julio Cesar). Yo de cocina nada de nada.¡Y estoy rodeada de grandes cocineros! Envidia os tengo.
ResponderEliminarNada, no sufras, ya te mando yo media docena en un "táper"...
EliminarNo me tientes que tengo los trigliceridos muy altos.
ResponderEliminarBesos.
Ya, ya, ya las escondo... un agua sin gas y una ensalada pelada.
EliminarBeset i cafenet, amic, al menos el vicio que no nos lo quiten ¡Y bautizado si puede ser!
¿Cómo? ¿En Chile también?
ResponderEliminarY yo que pensaba que los argentinos éramos los únicos con mal gusto culinario...
En fin.
Saludos!
J.