Bluma Zeigarnik...

En 1921 se estrena la película Metrópolis y Sigmund Freud sigue haciendo de las suyas. Bluma Zeigarnik, una psicóloga rusa de la Gestalt (1) que acaba de cumplir 21 años, se da cuenta en un restaurante de Viena mientras cena, de que los camareros ni se acuerdan de lo que han servido pero sí de lo que deben servir; lista la mujer. Como a ella le llamó la atención esta característica, la estudió y ¡Hala! le puso su nombre; así, cada uno que está más pendiente y recuerda más aquello que no finalizó y se olvida de lo acabado ya, se supone que padece este efecto, el efecto Zeigarnik.

Bueno, pues me he enterado que todo esto se aplica hoy día a quienes dejan todo para mañana y se obsesionan porque se les amontona la faena, si ese es tu caso, no llegues a la procrastinación, es decir, a hacer lo que te agrada dejando siempre para mañana lo que deberías hacer hoy, ya que el estrés que sentirás irá haciéndose mayor y cuando finalizará el año comenzarás el otro repleto de tareas por hacer. 

(1) La Gestalt que tanto se nombra no era más que una forma de pensar tal que creía que en cuanto percibimos, la información, es más amplia que la propia ,y que ella pasa por los canales perceptivos hasta que las leyes cerebrales la organizan. Es decir, que si veo un florero, no solamente estoy viendo ese florero aislado de su entorno, sino que adquiero información de lo que le rodea, sumando además lo que mi memoria retiene de anteriores experiencias; pues me recuerda un regalo a mi madre, la casa de una vecina, el color de mi viejo coche, el tiesto de la ventana de mi tía, que tengo que regar mis flores y que tengo que comprar agua. ¡Caray, es más larga la nota que la entrada, jajajjaa. Perdón!

Cafelitoooo...