No estaba seguro de qué iba a ver. Porfirio esperaba entre inquieto e incrédulo. Con la mente en blanco observaba la sábana tensa y blanca delante de las sillas en pulcras hileras de a diez que habían colocado en el sótano de la Droguería de Don Augusto. Era la noche del 14 de julio de 1895 cuando Porfirio se enamoró por primera vez.
Asombrado más por la historia que se contaba que por aquellas imágenes en movimiento que al resto sobrecogieron, Porfirio, con los ojos empañados, salió de la Droguería transtornado.
La última escena, la del grito, permanecía marcado a fuego en su retina.
¿Cómo se había atrevido a tratarla así?
...llueve otra vez...
No cejaría hasta encontrar a la mujer. Qué hermosa...
...¿Cuánto tendré ahorrado?...
La salvaría, la consolaría y tranquilizaría.
...mañana compraré el billete...
El sería su compañero.
...aunque no sepa el destino...
Con todo el amor que sentía su corazón le explicaría, tomándola de las manos, que el "chulito" del bigote no la merecía.
Cafelito...
Pues yo mira; no estoy para gritar mucho, así que mejor estaría ahora medio mudo: se me ha descoyuntado media boca. O lo que viene a ser más o menos lo mismo, una contractura importante.
ResponderEliminarBesos café y cuídate.
¿Contractura medio mandibular? ¿La de arriba o la de abajo?... Eso te pasa por gritar sin impostar la voz. Esas tareas sabado dominicales te están maltrechando, chico :))
EliminarBeset.
Una bella historia de amor.
ResponderEliminarBesets, bonica.
Igual me forraba haciendo de Corin Tellado...
Eliminar2 i 2, gràcies, templat.
Pobre Porfirio quedó prendado de ella.
ResponderEliminarUn beso.
Lo triste es que nunca la encontró, y lo alegre es que acabó casado con la sobrina del boticario porque tenía su mismos ojos...
EliminarBeso, compi.
Que buena historia. Un planteo original.
ResponderEliminarY te digo que he pasado más de una vez lo que a Augusto.
Recientemente me he preguntado como alguien pudo traicionar tan feo a Maléfica.
Muy bien escrito.
Yo también disfruté cuando el narigudo rey cae por el desfiladero, la historia de Maféfica es bellísima.
EliminarMuchas gracias.
Buenas tardes, Verónica:
ResponderEliminarPreciosa esta historia de Porfirio. Tu relato tiene el mismo efecto sobre el lector que la película sobre el espectador: nos lleva a vivir la realidad fantaseada.
Disculpa la brevedad de mi visita. Hoy Internet me es especialmente esquivo.
Un abrazo silente, Verónica.
Si que anda unos días lentorro don Internet. Se ve que le afecta el calor. Muchas gracias, NIno. No soy muy de fantasear, así que me alegra que te gustase.
EliminarTu visita puede ser breve, pero siempre esperada con cariño. Señor Ortea, le concedo el privilegio de la promantía.
Un carajillo de ron negro del tiempo y tu abrazo de finde.
Muchas gracias, Verónica:
EliminarComo buen desleido, tengo que buscar el significado de "promantía" en cuanto acabe de escribirte. Pero te agradezco (y mucho esta distinción)
Es una suerte el leerte y es motivador el saberte ahí.
Gracias, Verónica.
Muy buena interacción de la película con los sentimientos del espectador, de ese Porfirio. Original y muy buena.
ResponderEliminarBesos para todos.
Gracias, Juan Carlos. La idea de Demi era buena y daba mucho juego.
EliminarUn beso de cuatro.
Encantador tu relato. Que originalidad, un grito mudo! No se me hubiese pasado por la mente.
ResponderEliminarTe quedo genial.
Saludos
Yessy, muchas gracias, eres muy amable.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
Un abrazo y el cafelito de hoy.
Las más bellas historias son las que siempre ocurren en nuestras cabezas y el público ignora por el más puro placer...
ResponderEliminarSuerte
J.
Hay cabezas por este mundo mononeuronales y con encefalograma plano que piensan menos que una piedra.
EliminarGracias, José. Eso esperamos.
Me ha gustado. Se enamoró de una químera, de una actriz, amiga que suerte tenemos nosotros que si nuestros princepes/princesas gritarán de ese modo nos tendrían a nosotros. Nosotros no somos químeras somos reales para ellos.
ResponderEliminarVerónica, que pases un feliz verano. Me voy a mi casa y estaré sin conexión a internet. Te lo digo para que no creas que no te sigo. En agosto daré otra vez la lata. Un beso muy fuerte.
Pues sí, somos afortunados y aunque no griten somos felices a su lado.
EliminarPásalo bien, entonces. Disfruta de estos dias con los tuyos. Aquí te estaré esperando.
Beso y cafelito para cuando vuelvas.
Una historia entrañable que has hilado magníficamente!...me encantó!
ResponderEliminarBeso
=)
Gracias, Mónica. Siempre me ha apasionado el cine mudo y las expresiones remarcadas.
EliminarUn gran abrazo.
INOCENCIA ES AMOR.
ResponderEliminarBELLO TEXTO.
UN ABRAZO
Porfirio siempre la recordará como su primer amor...
EliminarUn besito y tu café.
Cómo me gusta este Porfirio, bueno este y los muchos que aím anda por ahí. Me gusta muchísimo cuando escribe Censu en exclusiva.
ResponderEliminarBesos multiplicadisimos.
Gracias, Chelo. Para mí es un disfrute poner a prueba la imaginación.
EliminarNos han llegado los besos a todos. Uno bien gordo y familiar para ti.
Y si amiga,...a mas de uno le paso que se enamoro prendidamente de la protagonista de la peli,...jejjejjeje eso es gracioso pero de verdad pasa, y hasta a mi, cuantas veces en el cine me enganche y viví la película al maximo que llegue a enamorarme del buenon de la pelicula jejjejejeje
ResponderEliminarBueno, yo con Clark Gable me hubiera casado desde que tengo uso de razón, jajajajaja!
EliminarUn beso, Janeth. Me gusta verte por aquí.
Hay gritos que enomoran... y los mudos más.
ResponderEliminarUn bello cuento del extraradio, donde la motivación para la aventura nos llegaba en blanco y negro.
"Todos somos Porfirio..."
Besitos
Todos y todas nos hemos enamorado y dormido pensando en algún actor o actriz. Soñando aventuras con ellos... Todos tenemos de Porfirio, es cierto.
EliminarBesos de cuatro.
Un relato único, que no solo habla del amor de quimeras sino que nos trae el recuerdo de aquellas películas mudas.
ResponderEliminarHermoso!!!!!!!!
Cariños….
Gracias, Oriana. Me salió del corazón el recuerdo del cine mudo y sus gestos para transmitir sensaciones al espectador.
EliminarUn beso y tu cafelito.
A mi tambien me pasan esas cosas... Si, se ve que sigo siendo ingenuo...
ResponderEliminarUn abrazo, amiga
Cada cual fantasea como puede, jajajaa!
EliminarUn abrazo, compañero estimado.
Algo así ocurriría seguro durante el visionado de aquellas primeras películas en algún espectador de ojos inocentes. El cine, como el mundo, aun parecía tener ese punto de ingenuidad.
ResponderEliminarQue bonita historia Verónica.
Un beset
Sí, esas películas que ahora disfrutan mis peques, con ese humor tan ingenuo: El Gordo y el Flaco, Charlot...
EliminarSi pasa ahora que lo tenemos todo tan visto, cómo sería entonces.
Gracias, José Vicente.
Besos (Capítulo 9)
Es que debía de parecer tan real, que no me extraña que se creyera la historia. Qué tiempos aquellos.
ResponderEliminarMuy bueno el relato
Un abrazo
No creo que muchos, así de primera vez, distinguieses la realidad de la fantasía filmada. Debía ser un shock.
EliminarGracias, Carmen. Un beso.
Magnífico Censura. recordando aquellos primeros cinematógrafos. Debía de ser algo que descolocaba, estoy de acuerdo...
ResponderEliminarUN abrazo y ¿un cafelito?
Gracias, esa sensación es la que quería transmitir, seguro que los gritos mudos impresionaban mucho más que ahora con un millón de efectos especiales.
EliminarLas dos cosas acepto, abrazo y cafelito, ponle hielo, porfa... y rodajita de limón, :)))
me gusta como escribes y me relamo mientras te leo tomando te de vainilla azucarada
ResponderEliminarMuchas gracias, debe estar bueno ese té, para mí, dulce, dulce y mucho hielo.
EliminarA cambio de gritos te dejo muchos suspiros de esos bien románticos...
ResponderEliminarbesos
Oooooooooo, aaaaaaaaa, oooooooooo...
EliminarMUAC, MUAC, MUAC
:))
ya sabes que apenas si veo la t.v.
ResponderEliminarpero creo haberme enterado de una mamá, cuya hija había sido violada por un tipo, se lo cargó a este...de estos hechos se siguió que la mamá fue condenada a no sé cuántos años...pocos, eso sí lo recuerdo....el caso es que ha sido indultada... OLÉ Y OLÉ...
que se joda, pudra el violador.
medio beso, mamá.