Ernesto recibió cinco tiros por no cumplir con el pacto. Los disparos resonaron en el despacho; con toda calma, el asesino esperó a que le detuvieran. El mismo día declaró que a cambio de entregarle su cuerpo a Ernesto, éste había incumplido su promesa de legalizar su situación en Francia.
Así comenzó, el 7 de noviembre de 1938, la Noche de los Cristales Rotos, objetando que el pueblo alemán pedía sangre judía porque un judío polaco llamado Herschel Grynszpan había asesinado a Ernst vom Rath, siendo secretario de la embajada alemana en París.
Herschel tras el asesinato. Prisión parisina.
Su acto conduciría al exterminio de más de seis millones de judíos.
Mi regalito precioso de parte de la anfitriona, Sindel...
Una noche demasiado negra, que contagió su color nefasto a tantos seres humanos inocentes. No conocía esta historia y la verdad me da escalofríos de pensar todo lo que desencadenó.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Si imaginamos que esa historia ya se dio entre Mesopotamia y Egipto...
EliminarUn abrazo y muchas gracias. Cafelito.
No conocía la historia, noche negra que por desgracia tuvo sus consecuencias.
ResponderEliminarGracias por compartirla.
Cariños…
Perdón, pero la web sigue loca y no me salen las actualizaciones vuestras, incluso mis publicaciones aparecen como 2hs. después. Estoy tratando de ponerme al día…
Lo cierto es que me pasa lo mismo con la red, parece que va lentorra a más no poder...
EliminarDe nada, hay tantas versiones de la historia...
Un beso, compi.
Una noche aciaga.
ResponderEliminarCuestiones geopolíticas mortales...
Eliminarvamos a culpar a uno por todo lo demás? mmmm te parece? no me creo la historia....
ResponderEliminarigual interesante.... besos!
Al contrario, fue culpa de muchos fanáticos que aceptaron la ideología "luchadora" de un geopolítico nato, para lo malo, pero nato.
EliminarUna parte de la historia se tomó la libertad de tomar ese acontecimiento como resorte; es más, mientras ellos no actuaban para que fuese una masa ya alterada la que primero se ensañase, una vez el pueblo unido para ponerse en marcha puso en práctica el destrozo y apaleamiento de cientos de judios, de hecho murieron un centenar y apresaron a más de 30.000 en esa sola noche, ellos le dieron la razón al pueblo y se pusieron manos a la obra para comenzar la masacre que siguió.
Hay una muestra de documentación que refuerza la versión que yo aporto y otra que la desmiente. Como siempre, nunca sabremos la verdad, amigo.
Solo sé que perdieron la primera, la segunda y están ganando la tercera de forma descarada gracias a nuestros corruptos gobiernos.
Un abrazo, compañero. Gracias por venir, aunque lea todas tus entradas y no tenga tiempo de comentarte.
Esa es la disculpa. Los motivos, desde luego, parece que son otros.
ResponderEliminarY tanto que sí.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBuenos días, Verónica:
ResponderEliminarLa noche, con sus sombras protectoras y su oscuridad inquietante, da cobijo a lo prohibido y cobertura a lo execrable.
La llegada de “la hora bruja” acelera corazones y estimula la bilis.
Somos muchos los que hacemos de la noche una huida, una metáfora o una compañera.
Por desgracia, son legión los que hacen de la sombra un refugio y de su condición de “masa” –en la afección a la que tú comentabas que hace referencia Ortega– un martillo para golpear al débil, al diferente, al otro.
M
e gusta tu documentar lo que empezó como una noche de deseos rotos como la excusa factible que llevó a siete años de noches de exterminio. Me hace pensar en lo fácil que convierto mis excusas en razones.
Gracias por este café, Verónica.
Espero que hoy disfrutes con los tuyos de esa jornada playera que te frustraron las banderas rojas y los salvavidas gritones.
Un abrazo.
Buenas, compañero,
EliminarEsa hora bruja me ha llevado años dominarla, ahora ya controlo jajajaja! hace años, cada vez que me iba a dormir cerraba la ventana del baño porque parecía un espejo por la noche y veía esa imagen del "maligno", jajajaa, que aparecía en la versión nueva del exorcista... ¡¡¡¡Hala, ya verás esta noche por recordarlo ahora!!!! Mira que soy gallina...
No ha habido mejor "profeta" que el amigo Ortega...
Un beso y tu cafelito para hoy.
Aquella noche de los cristales rotos...trajo una marabunta de muertes y exterminios...Rotunda y original tu entrada, Verónica. Mi abrazo inmenso y gracias por tus cafelitos, amiga.
ResponderEliminarM.Jesús
Las noches son idóneas para el anonimato, amiga mía. No podía más que hacer un homenaje a aquella pobre gente que pagó por el afán de territorio y poder de un genocida.
EliminarMuchas gracias por venir. Beso gordo.
Sin embargo una de las noches mas negras de la historia de la humanidad. Gracias por este trocito de historia, aunque hoy negra y amarga.
ResponderEliminarUn beso.
Hay momentos de la historia que nunca hay que dejar caer en el olvido.
EliminarGracias a ti por estar siempre por aquí. Discúlpame la falta de asistencia (como en el cole) en los comentarios a tu blog, me es muy querido, lo leo en cada entrada, pero es que no tengo tiempo más que para dos peques... cuando comience el cole, otra cosa será. Me disculpas, si?
Un besito, compañero.
Excelente entrada. Su rabia lo convirtió en un impulsivo homicida. Y ese acto creo que acelero el holocausto que estaba programado para tarde o temprano. Definitivamente fue una noche trágica para todas esas almas.
ResponderEliminarSaludos
Todo estaba más que preparado y les vino el asunto al pelo. Aunque no les gustó que saliese a la luz la homosexualidad del secretario, por ser alemán y de pura raza.
EliminarUn saludo y tu cafelito.
cuántos locos duermen para siempre en la historia...
ResponderEliminary siguen...
El problema es que se despiertan...
EliminarUn beso, Belén.
Verónica, siempre leo con interés tus post porque haces referencia a cuestiones históricas y culturales, y es necesario refrescar la memoria que nuestro bienestar actual embota con facilidad.
ResponderEliminarMi felicitación por recordar este trágico acontecimiento que desencadenó otro aún peor.
Un abrazo.
Gracias, Fanny. La palabra noche me trajo inmediatamente la masacre de los seis millones de desaparecidos en los hornos o las duchas. En una visita a un campo de concentración exploté en llanto al entrar en una cámara de gas, miles de manos apretaban mi cuerpo. No bromeo y soy escéptica por naturaleza, solo hablo de lo que he vivido.
EliminarUn abrazo y un cafelito.
Hay noches que mas valdría que no hubieran venido, por que tras ellas se cambia la historia del mundo y de las personas.
ResponderEliminarBesos
En este caso cayó la noche y llegó lo peor, que no debemos nunca olvidar, lo que el hombre puede hacer contra otro hombre.
ResponderEliminarUn abrazo
Y la gente no aprende, solo hay que ver Jerusalen estos dias.
ResponderEliminarBesets.
En todo caso, habrá sido al excusa, no la causa del exterminio. Cualquier otro "suceso" hubiese sido motivo suficiente para desatar la matanza que ya estaba proyectada.
ResponderEliminarUn abrazo
La noche de los cristales rotos . Un presagio que se convirtió en una monstruosa pesadilla. Saludos cordiales
ResponderEliminarMuy pobre justificación para tan enorme genocidio. Los políticos siempre buscando excusas, no importa que sean pueriles, para llevar a cabo sus ideas, en este caso de exterminio y aniquilación. Lo que llama la atención es como nos dejamos arrastrar hacia posiciones tan violentas y fanáticas. ¿será cierto que nos convertimos en borregos sin criterio?. ¿Somos tan fácilmente manipulables?. La historia parece que confirma ese borreguismo. Un abrazo.
ResponderEliminar