¿Por qué silencias tu picardía, Afrodita?
¿Quién, sobre vosostros recitaba poemas a los vencedores?
No os oigo avanzar, hoplitas de Micenas... vuestra carga no resuena.
Se pierden en el eco de la sala tus gritos de júbilo, pequeño mío.
¿Y tus alegres relinchos?
Dime qué te asusta anciano, tal vez podría ayudarte.
Ni tus pensamientos escucho, joven Dimoclidis, sentado en la proa.
Las guerras acabaron para ti y para siempre.
Tu lanza enfurecerá a los mares, Poseidón, mas su rugir no sentiremos.
Y todo esto venía a...
si deberíamos mantener un silencio sepulcral y de veneración en un museo tratando visualmente la obra como un intocable, como algo sacro, o mirar la obra de arte introduciéndonos en ella para comentarla, dialogar e interactuar con su creador y su historia, la historia de su momento, su estética, tamaño, evolución o influencias...
¿El silencio de los museos es natural o antinatural?
En los primeros museos, aquellas salas dieciochescas parisinas que se llenaban de cuadros de arriba abajo y de derecha a izquierda, en la que cabían todos, adultos, niños y perros, y todos charlaban, observaban cuadros y se rearmaban de frescos cotilleos, había vida; porque eso es el arte, la vida de su creador, de lo que representan, hasta las naturalezas muertas nos cuentan estaciones. La vida de los museos se han esfumado. Solo queda el conserje que pide silencio y que no se hagan fotos con flash...
Feliz semana y vuestro cafelito, amigos...
Y el regalito de Nieves...
Cuanta razón llevas en tus palabras...
ResponderEliminarDentro de nada nos prohibirán respirar y tendremos que ir viendo las cosas con la respiración contenida. Hasta que aguantemos...!
Un abrazo.
Es cierto, ir al museo se ha convertido como un placer solo digno de "sobre-entendidos" o sobrados en el tema artístico. Si en lo lúdico nos dan órdenes que pasará con el resto?
ResponderEliminarAhh, y cuando quieras ese cafelillo que tienes varios mensajes míos reclamando atención ;)))
Besos!!
Me quedo con el silencio de Afrodita, tiene picardía y sensualidad incluso en silencio.
ResponderEliminarTodo hay que tomarlo en su justa medida, el silencio también.
ResponderEliminarme lo hiciste pensar, claro que tenes razón... por que ese silencio religioso si se tendrían que festejar los hallazgos mas que otra cosa... el otro día fui a uno y el guarda estaba a los gritos para que no pisen la linea del piso, esa que te aleja del cuadro para resguardo... en fin... salu2 y lindas fotos...
ResponderEliminarSolemne entrada y por fin alguien rompe el silencio en torno al porqué de ese silencio en los museos. Una mañana, en las Atarazanas barcelonesas, mi hijo andaba chillando con su primo en torno a un barco muy famoso. Se acercó un progre de barba al uso de la era, los 80, y pidió silencio a nosotros, los padres: "Le contesté que no podía hacerlo porque estaban leyendo la historia del barco en su imaginación" ... (No me pegó porque no pudo).
ResponderEliminarEl silencio ayuda a dar solemnidad a las obras que se exponen, a concentrarse en ellas e intentar captar su esencia. Me gusta el silencio de los museos, me estaré haciendo viejo.
ResponderEliminarUn besito susurrado.
Muy buena la foto de los científicos, ya se está perdiendo el hablar con las personas de tú a tú, tomando una cerveza o un café como se ha hecho toda la vida, ahora sólo priman la mierda de los móviles. En cuánto al silencio de vez en cuando es bueno no oír, ni los pensamientos de uno mismo. Y de los museos como que paso.
ResponderEliminarBesos Censu
Todo, hasta el último cartel, es una artistada.
ResponderEliminar(lapsus en el "seplulcro")
A veces puedo comentar o preguntar pero procurando no molestar, porque a veces me quedo callada, muda ante algunas obras y el silencio me deja apreciarlas mejor. Tu entrada merece leerla en silencio y disfrutarla. Un abrazote
ResponderEliminarSilencios,... a veces tan incómodos,...no hay nada mas incomodo que ese silencio que se arma en la incomodidad del momento,...los museos son tan silenciosos,..tan solemnes,..sera que para apreciar el arte se debe hacer en silencio?
ResponderEliminarDespués de leer tus entradas, siempre se hace el silencio.
ResponderEliminarPara volver a leerla otra vez.
Besos silenciosos
Me encantan los museos, a veces los transito en silencio y otras voy comentando con mis acompañantes lo que vemos. No creo que ningún extremo sea bueno, mientras no se moleste a los demás me parece bien poder hablar.
ResponderEliminarEl cartel del final es genial =)
Un beso.
En una bibliteca el silencio, en un museo hay que hablar, las obras de arte estan para ser vistas, comentadas, vividas..... Lo que hay que saber es comportarse, una cosa es hablar y otra perder los modales.
ResponderEliminarComo siempre genial, sólo me queda una cosa, releer lo tuyo, en silencio.
Un beso.
Florecilla de mi corazón, siempre das en la clave, los museos deberían ser para el diálgo, para preguntar y aprender, para dar clases de arte, de historia, de matemáticas, de lengua de todo!!! pero siempre han querido acallar a los artistas, no sea que contagien a los demás de esa temida enfermedad llamada libre pensamiento, hala! me quedo aquí a tomarme un cafelito contigo, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarBuena reflexión, aunque no estoy del todo de acuerdo contigo. Tampoco es cuestión de convertir un museo en la plaza del pueblo, pero bueno, como bien dice la compi Sindel, ningún extremo es bueno, un término medio estaría bien. Beso y cafelito. ;-)
ResponderEliminarel azar me trajo a este blog, y me ha gustado encontrarlo, un abrazo
ResponderEliminarLa belleza que puede encontrase en los museos, entiendo, que debe ser admirada en silencio.
ResponderEliminarParece ser que en la sede de la manzana mordida, se trabaja a tumba abierta para conseguir en el menor tiempo posible una última aplicación, que será definitiva en el mundo de los smartphones: juntar dos amigos en un café, mientras hablan de sus cosa mirándose a la cara frente a frente.
Un abrazo.
Todo un lujo este post...para pensar y disfrutar. Te cuento que quizás vaya contra la corriente, pero a la hora de recorrer salas de museos y exposiciones, prefiero la escasez de personas jejej
ResponderEliminarBeso
Qué razón llevas! Cualquier ruido dentro del museo o la sala de exposiciones, parece una profanación, da hasta vergüenza el sonido de los pasos ante tanto cartel que dicta: Silencio... Tal vez, sin caer en ningún extremo, vendría bien algo de sonido, voces de comentarios y hasta un intercambio de opiniones ante las obras de arte... pero algo calmado... y luego sí, en la cantina, nos reunimos para charlar amenamente de todo cuanto nos dejó asombrados mientras compartimos ese café cara a cara!
ResponderEliminarSiempre muy buenos tus enfoques a cada propuesta.
Besos!
Gaby*
Tienes toda la razon. Como es posible que nieguen tertuliar en un museo? Lo importante no es sólo que miremos las pinturas, sino que también hablemos sobre ellas. !No solamente por una vision pasiva! =)
ResponderEliminarBesos
Muy imaginativo tu escrito Censura!!
ResponderEliminarPues si, mejor sería así. Tantos silencios no pueden ser buenos; pero en esta sociedad nos hacen creer que eso es educado y nos lo creemos.
ResponderEliminarMuy interesante.
Un abrazo
EXCELENTE TU PUNTO DE VISTA.
ResponderEliminarUN ABRAZO
es una buena pregunta la que nos haces entre tus letras.
ResponderEliminarSe asoma parecido al silencio de una iglesia, casi sepulcral.
Ah, pero la gente existe...
ResponderEliminarY se puede contactar con ellos...
E incluso manosearlos un poco...
Pues no lo sospechaba... Creia que eran, como Afrodita, mitos puros...
Un abrazo, amiga
Anda, pues tienes razón. No lo había pensado, pero si lo había sentido. He vivido una parte del cambio, recuerdo como eran los museos hace 40 años, cuando era adolescente y eran más acogedores. P.ej., el Prado ahora me resulta excesivamente frío. Besos a los cuatro.
ResponderEliminarLa cultura debe ser algo vivo, con garra y emocionante. Los museos no acercan las obras a la gente.
ResponderEliminarYo pienso que el silencio es importante para poder concentrarte en lo que estás viendo. Tenemos que enseñar muchas veces la importancia del silencio. No está educado. He podido comprobar que hay países que este silencio es natural, no artificial. La gente no sabe hablar en un tono de voz bajo, ni sabe respetar a los demás. Un museo es para disfrutar de la imagen, no del sonido. Es mi opinión.
ResponderEliminarNi lo uno, ni lo otro. O sea, lo que en cada momento más te pida el cuerpo. La obra expuesta es controvertida, defendible y censurada. Disfrutada y padecida. Yo, la vivo en silencio, un silencio que es el mío, aunque esté ilustrado por el murmullo de la gente. Y desde una soledad que es la mía, aunque esté acompañado por miles de variopintos observadores. Un silencio que no es tal, pues cuando la Obra te habla, la retórica te envuelve, te cuentas a ti mismo y a los que están contigo la Biblia que ves sugerida entre aquellas cuatro manchas.
ResponderEliminarBesitos museísticos.
Pues las dos cosas, para mi las dos cosas, Me gusta que me expliquen y me cuenten lo que estoy viendo, esto me hace saber más del autor y su obras, pero luego disfruto en el silencio lo que a mi me transmite, que igual no tiene nada que ver con todo lo escuchado.
ResponderEliminarDe esta entrada me gusta hasta el cartel final. Nada como lo que dice.
Besos.
Reflexiono en silencio, como tú, que te mantienen es silencio ;-) Besote
ResponderEliminar¡HOLA, AMI GOS!
ResponderEliminarYo creo que he pasado y pasaré por todas las facetas que me contáis y sobre las que yo dudaba. Depende de quién tengo cerca, que puede ser alguien muy pesado porque cuenta abiertamente y a gritos sus escasos conocimientos de los cuales se siente orgullosísimo Y LE HARÍA CALLAR DE UN ZAPATAZO Y LE PONDRÍA CARA A LA PARED POR BOCAZAS...
O por mucha que haya, si se comporta, no me molestaría porque estoy concentrada y absorta con la obra, me estremece y me comunico con ella emocionalmente AHÍ NADA ROMPERÍA LA CONCENTRACIÓN...
O los hay que OLVIDAN EL FLASH y eso me molesta sobremanera, salgo de la sala aunque sea la mejor obra del mundo. Resoplo un buen rato pero ya me han fastidiado parte de la visita... o esos que se ponen en pose al lado del la obra disimuladamente. PUF.
O los que se amorran a las vitrinas pronado el macro de su cámara, el micro y el sunsuncorda, acaparan el espacio y sacan cinco millones de fotos del mismo objeto, rueda para aquí, rueda para allá...
Es decir, que cada uno, aunque haya silencio o ruido, depende de su estado de ánimo, de sus sensaciones, del olor de la sala, de la colocación de las piezas, de la compañía... En algunos sitios, como el de la imagen de París, sería una cosa maravillosa, vivir esas primeras sensaciones con las personas, niños o perros, no me importaría.
Así, cada uno con su manera de ver y sentir las cosas. Ohalá siempre las podamos disfrutar sin dar la vara a los demás y sin que nos la den. Respeto y educación no significa silencio.
Besos a todos y muchas gracias por venir, por comentar, por opinar y por haberme dejado vacía la cafetera :)) Os quiero.
Bueeeeno, hay momentos en los que disfrutar de una obra, pasa por el silencio mas absoluto. Me gusta entrar en un museo y oír como resuenan mis pasos por el piso.
ResponderEliminarDos besos y cafe pasado por agua.
Por aquí también anda aguado el cafelito, jajajaja...
EliminarUn beso, corazón.
Pues siempre dependerá. Particularmente prefiero el silencio. Siento que es la mejor manera de contemplar la obra que se expone y dejarse llevar por las emociones que la misma nos produce. Para quien como yo, no es ni de lejos un entendido en arte, las sensaciones son importantes más allá de escuelas, estilos, épocas, etc. etc. y una atmósfera silenciosa es tal vez, la más propicia.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Los sotanos de los museos están llenas de obras de arte... eso me molesta. Exhiben lo que quieren o les conviene, ignoramos a tantos buenos artistas! Excelente trabajo el tuyo, amiga mía. Y estoy totalmente de acuerdo contigo. Un placer leerte, aprender de tus conocimientos. Gracias por lo que queda... de café.
ResponderEliminar