Sin rostro...

Conquistaron los griegos hace unos 2700 años la región Cirenaica, la que se componía de cinco ciudades estado llamadas Pentápolis y que estaba situada a la izquierda de Egipto. Aquella región Cirenaica tenía un hermoso e inquietante fenómeno a la hora de esculpir o moldear sus estatuillas y estatuotas funerarias; las que se encontraron junto a algunas tumbas, en nichos o en recipientes, a veces con alguna inscripción.
No representaban al difunto sino a una divinidad. Dicen que podría ser una personificación del espíritu, que al ser desconocido no tiene rostro; es decir, al contrario que la cultura egipcia que tan cerca estaba. Rostro no, pero con más o menos kilos sí que la representaban. Mirad la de arriba y comparadla con ésta.



Dicen que tal vez era una asimilación de Perféfone, porque al bajar ésta al oscuro y profundo inframundo no podía ver las maravillas del mundo de arriba. Esa conclusión es posible porque algunas de las estatuas están hechas con mármol de la isla griega de Paros. También se deduce que a Perséfone le cubrían el rostro por el mismo motivo, con el velo la esculpían cuando la representaban estando abajo...



...y sin él, o descubriéndose, cuando se la suponía arriba.



El peinado coincide con el busto de esta joven a la que corresponden con Popea, la esposa de Nerón, el que nunca quemó Roma.







Para hoy, un original café... espero que os guste.