Error de la naturaleza le llamaba su madre con desprecio. Hoy cumplía cuarenta y dos años, cuarenta y dos años encerrado en aquella casa. Cuarenta y dos años inexistente.
Nacido con ambos sexos, Juanito vivió entre ventanas encortinadas. Bajo el cuidado de Maruja sanaban las quemaduras del "castigo divino" que su madre le hacía con el hierro del brasero cada vez que trataba de asomarse al exterior.
La grave enfermedad de su madre le asustó hasta morir, sentía ahogarse sin la dependencia, los malos tratos, el abuso y los insultos. La castración materna le había dejado con incapaz autonomía. Pero ese día fue valiente, muy valiente. Con manos temblorosas y una gran sonrisa interna quitó los cuatro listones, colocó la palma de la mano en el cristal rectangular y lo separó del soporte de la ventana. El primer aire que llegó a su rostro le mareó; después, sacó la mano por la abertura y lloró desconsoladamente.
Porque tengáis un maravilloso día...
¡¡Qué fuerteeeee!!!
ResponderEliminarY la manera que lo has contado pone el vello de punta.
Felicitaciones.
Una historia que desgarra, mas que todo por el abuso infantil y por la mente estrecha de la madre al ocultarlo por su anomalía..ahora, ojalá pueda vivir su vida...
ResponderEliminarNoto que había una recurrencia, en algunos relatos, de personajes aislados, por algo que no eligieron ser.
ResponderEliminarY había un grave error de la naturaleza, en crear a un monstruo: la madre del personaje. O tal vez la naturaleza sea inocente. Tal vez la madre eligió ser algo nefasto.
Terrible pero bien contada historia.
Saludos.
Desgarrador relato de quién fue privado de su libertad a causa de su enfermedad por una madre mala. La maldad existe y tú la has reflejado muy bien. Gracias por participar. Un beso
ResponderEliminarQue triste, he revivido el caso de una niña que nació con Sindrome Down y la mantuvieron en casa encerrada, se avergonzaban de ella, la niñera la subía a la azotea para que le diera el aire y siempre vigilando que no subiera nadie, todos los vecinos lo sabían pero era un secreto que ni yo misma conocí hasta muchos años después cuando mi padre me lo contó. Si el relato es fruto de tu imaginación esta es una joya. Abrazos
ResponderEliminarChapeau.
ResponderEliminarMe ha enternecido tu relato!... una historia dolorosa narrada con lo esencial que logra conmover.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, Vero
=D
Hola, triste relato que nos dejas y que años atrás solía pasar muy a menudo, cuando en una familia nacía alguna persona con alguna discapacidad solían esconderlos, me ha entristecido mucho, ya que en mi familia tenemos una persona con discapacidad pero nunca se ha escondido ni maltratado, todo lo contrario ya que lo que necesitan es mucho amor.
ResponderEliminarBesos.
La belleza de lo triste, tu relato es grannnnnde, araña el alma.
ResponderEliminarBesos, muchos.
Tu relato y la manera de contarlo sobrecoge, te felicito.
ResponderEliminarEs cierto, amiga, tu relato pone los pelos de punta...
ResponderEliminarEstremecedor a tope
Un abrazo
Uyy! que terrible! Deseo con desesperación que ese ser saque la otra mano, se saque todo afuera y empiece su camino de sanación
ResponderEliminarEs como un trago de cafe fuerte, magnifico Veronica!
Abrazo
Hola Veróniiica: Una realidad frecuente en tiempos no demasiado lejanos, no por ello menos estremecedora y triste. Una narración muy notable como siempre. Saludos
ResponderEliminarFuerte relato, pero muy bueno.
ResponderEliminarHay un cuento de Mujica Lainez que se llama... (esperá que lo busco porque no me acuerdo el título).... "La casa cerrada", y está situada en la Buenos Aires de 1807 en la Segunda Invasión inglesa
Al instante tu relato me recordó este cuento que voy a aprovechar para releer.
Abrazo!
Que cosas escribes amiga. En brevedad me has hecho sentir cosas que sin vivirlas, se comprenden perfectamente.
ResponderEliminarTienes una forma de ver la realidad que me fascina...eso lo tiene poca gente.
Un beso
La peor anomalía, la que hubiera merecido un fuerte castigo, era la de esa madre que no hacía honor a tal calificativo. Sólo una mente gravemente enferma es capaz de tamaña atrocidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchas, muchas, muchas gracias a todos.
ResponderEliminarPuedo prometer y prometo (jajaja) que cuando los peques comiencen el insti seré toda vuestra!!!
MUACS