Como fiel a los pitagóricos, Petrus Bongus bosqueja hasta que los ojos no resisten más, tratando de no faltar a los dogmáticos cristianos. Los números son misteriosos y mágicos, tienen su propio significado cósmico pero debe, por su vida, mostrarlos como obra de Dios y parte del Evangelio. Relacionado íntimamente con dos cardenales inquietos, Petrus obtiene su licencia para reunirse con nocturnidad con Unicorni y Fontana, dos científicos de mente abierta que suplen, el primero sus carencias en química y, el segundo, es el primero en leer parte de sus textos, no todo, ni de ellos se fía.
Ah, los números, muchas oscuridades en la interpretación de la Biblia serán resueltas con ellos, pero cómo y qué citar, qué ocultar, que esclarecer... Ellos explican la creación del Mundo...
Su amigo el cardenal Ludovico Madruzzo acaba de advertírselo como amigo y como inquisidor: "Piensa, pero no seas libre de expresarlo. El acto primo depende de Dios".
¡Ojo, amigos!
Cuidado con dónde aparece el número en el poso de vuestro café...
Cerca de la Piazza Navona, en la ciudad de Roma, se abrió la primera biblioteca pública italiana, la Biblioteca Angelica en el año 1604. La publicación del libro de Pietrus Bongus, su obra Mysticae numerorum... se encuentra allí, a disposición de los estudiosos.
Oh! qué genial... lo que me gustan a mí estas historias de ciencia de la antigüedad.
ResponderEliminarPor cierto he buscado Mysticae Numerorum... (no se si le has puesto enlace pero si es así no va a la página)
Bss
Gracias, compi. Ya he tomado nota, rápida y veloz, y he puesto un nuevo link, a ver si así puedes acceder.
EliminarBeso y cafelito.
Ahora perfecto!!
EliminarUn relato muy bueno , donde a parte nos das las claves de los números esos que tanto gusta saber , me encanta..y es cierto el enlace no va , si por favor lo puedes volver a poner es interesante.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz noche.
Gracias, me alegra que te guste, pero más me alegra que TE INTERESE, no recuerdo dónde vi una vez parte de este texto traducudo latín-inglés...
EliminarEl enlace ya está cambiado. Un beso y tu cafelito de hoy.
Muy interesante y completa tu aportación: Como siempre.
ResponderEliminarBesos
Gracias, compi.
EliminarSerá cosa de beber te para que no te averigüen el futuro ¡
ResponderEliminarSalut
Pues que no sea té de China, porque ellos ponen las hojitas dentro del agua y las pueden leer igual :)
EliminarGenial, veo que toda la buena gente está hoy en Roma.
ResponderEliminarAy Censura, me quedo con esa frase:
"Su amigo el cardenal Ludovico Madruzzo acaba de advertírselo como amigo y como inquisidor: "Piensa, pero no seas libre de expresarlo. El acto primo depende de Dios". "
Feliz noche ... de jueves
No sé yo si algún inquisidor tendría un punto flaco con algún "amigo"...
EliminarUn abrazo y feliz noche, amigo.
No conocía de la fecha de apertura de la primera biblioteca popular, hubiese arriesgado que había sido anterior. Desconocía también el Mysticae numerorum.
ResponderEliminarMuchas gracias!
Abrazo!
Yo creo que en mi vida de fantasma vagaré por una biblioteca de este estilo :))
EliminarMe chiflan los libros con olor a viejo, jajajjajaa!
Un beso bien gordo.
Que elocuentemente amenazadora esa advertencia y eso que lo hace como amigo, además de como inquisdor.
ResponderEliminarQue instructivo.
Un abrazo
Muchas gracias. Ya decía yo cuando lo escribía que mi mente jugaba una mala pasada pensando en que inquisidor podía advertir antes de pasar por la hoguera al "pinchito moruno" que le llevase la contraria... :))
EliminarUn abrazo y gracias.