Érase que se era un dragón solitario que suspiraba mirando las altas montañas deseando amar a alguien. A cada suspiro que lanzaba, una ventolera barría dos kilómetros de hojas, ramas secas, además de las cosechas de los labriegos cercanos.
Dio un amanecer la casualidad que las hojas estuviesen cubiertas de rocío y en una de sus gotas, una pequeña hada se encontrase dormitando. Revuelta entre hojas y rocío despertó y observó que no hacía viento. Será una ráfaga pensó. Mientras se sacudía el agua fresca se percató de dos grandes cavernas, una al lado de la otra, que no eran más que las fauces del dragón.
Ni corta ni perezosa voló hasta el enorme hocico reflejándose en la gran pupila del ojo del dragón que la miraba con ojos bizcos perplejo por tamaña temeridad.
- ¿No tienes miedo de que te coma?
- No, porque no te saciarías conmigo.
- Entonces ¿Puedo amarte? Necesito amar.
- No, porque si me abrazas doblarás mis alas, si me besas me prenderás fuego y si lloras por mi amor me ahogarás...
- Oh... ¿ Y qué puedo hacer?
- Sonreír siempre junto a mí... así ya no serás el terrible dragón suspirador, sino el agradable dragón sonreidor...
Así, el hada y el dragón vivieron juntos felices para siempre, al igual que los aldeanos, quienes nunca más vieron volar sus cosechas.
Colorín colorado el que no levante el culo se le quedará pegado...
Feliz café...
Ohhhhh me has dado con eso de la hadita ..son mi debilidad ..me encanto que una sonrisa se calmará el dragón ..
ResponderEliminarFeliz noche y un abrazo.
Pobre dragón, el hada sólo lo acepto como amigo. Aunque ya no estará solo. Y eso es algo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja qué dragoncito tan dulce... Y es que a veces que hay seres que tienen mala fama para amar.
ResponderEliminarMuy bonito :)
Bss
me ha sentado de maravilla ese café ... y el culo no se me enganchó a pesar de que ya me cuesta mucho levantarme, Censura.
ResponderEliminarMe ha encantado ese cuento pero ¿Es real? no sé, me suena haberlo vivido alguna vez.
Feliz jueves
Supongo que será el único modo de amar que podrá tener un dragón.
ResponderEliminarTan complicado como rascarse las patas traseras.
Besos
Se lo contaré a mis nietos que juegan con tantos ladrones.
ResponderEliminarQué bueno!
ResponderEliminarY el Colorín colorado le puso la cuota de humor a una historia tan bonita. Por suerte los dragones echan fuego por la boca y no por donde se pueden quedar pegados, de no levantarse. Sino en lugar de suspiros...
dejémoslo ahí, ja!
Es un hermoso relato
Beso!
Si vivir/cambiar fuera tan fácil como en tu fábula...
ResponderEliminarSaludos,
J.
La amó al fin de uentas jeje
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Vero!