Este jueves: "El mar..."

En el Departamento de Antigüedades Griegas, Romanas y Etruscas del Louvre, primer piso, sala 41, se encuentra esta belleza de placa que nos muestra a Poseidón, la divinidad de las aguas.

Templado y calmo o muy violento si se le antoja o provoca, es capaz de deleitarnos con un plácido mar brillante y azul o alterarlo y ennegrecerlo a rabiar con la más potente de las tormentas. 

Su rostro no invita a bromas.

Su peor vanganza, dejar las tierras estériles al regarlas con el salitre de sus aguas; su afición, violar féminas transformándose en cualquier ser.

Pero, a esta divinidad la conocemos todos.

No ocure lo mismo con su esposa, una gran desconocida... a la que Poseidón descubrió, de la que se apropió y a la que solamente le ofreció un sin fin malos recuerdos.

Cuenta Higinio (Gaio Julio Higinio) en su II Libro de Astronomía, que Poseidón necesitaba esposa y se encaprichó de la hermosa Anfitrite, pero ella prefirió mantener su virginidad y se resguardó en Atlantis. Poseidón hizo llamar al mensajero Delfín para que la buscase y le hiciese saber cuánto la deseaba. Éste recorrió islas y mares hasta que la encontró, la convenció, a Poseidón la entregó y con ella se casó.

Anfitrite tiene un oscuro origen porque ningún clásico coincide en él; no es una de las diosas del Olimpo pero no debe restársele importancia porque fue elegida por Poseidón, hermano de Zeus, y la encumbró a Reina del Mar; de hecho, su nombre se empleaba en los poemas como sinónimo de mar. 

La primera aparición de ambas figuras y en la que se demuestra que había dos divinidades marinas, un Poseidón y una Poseidona, nos consta en una tablilla de arcilla de la Edad del Bronce, hace unos 5000 años, procedente de Creta, en la que se lee PO-SE-DA-WO-NE y PO-SE-DE-IA. Posedeia no parece corresponderse con Anfitrire ¿Por qué motivo la una fue sustituída por la otra? 

Feliz día...