La momia y el sunu...

Los sunu o "el hombre del diente" tuvieron trabajo de sobra en aquellos tiempos, hace unos cinco mil años más o menos y en lo que llamamos ahora Antiguo Egipto; aunque se cepillaban los dientes con una pasta confeccionada con polvo de uñas de buey, mirra, cáscara de huevo requemada, polvo de piedra pómez, sal, pimienta, agua, un chorrito de orina (1) y menta o flores machacadas para darle un buen sabor, las enfermedades dentales y bucales en general, eran muy frecuentes.  

Los cepillos podían ser en forma de palo al que roían un extremo, como el regaliz que mascábamos algunos de pequeños, o con un plumerito pegado en el extremo o bien sujeto.

Uno de los "hombres del diente" más importante fue Hesy- Ra o Hesire de Menfis; los médicos no se dedicaban a estos menesteres y eran los sunu, quienes tenían sus jerarquías y honores de igual modo, quienes trabajaban este campo uniendo medicinas y extracciones a conjuros de magia, ya que algunas dolencias se curaban elimimando los gusanos que habían causando el malestar. 

Hesire tenía varias sucursales en Menfis y llegó a obtener los mayores honores además de lograr un alto cargo en su trabajo con la realeza. 

Otra de las ocupaciones de los sunu era la de supervisar que la dentadura de los cadáveres estuviera lo más completa posible, pues el cuerpo humano debía permanecer intacto para el Gran Juicio.

(1)  . La función de la orina era la de blanquear los dientes. No olvidemos que antes de que existiese la lejía, la orina era el mejor blanqueador para la ropa.

Y aunque no sean de la misma época, os dejo estos maravillosos trabajos esculturales sobre muelas.

Ahora sí, el cafelito...